Actualizado: 29/04/2024 20:56
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Querella criminal contra Fidel Castro

Texto íntegro de la demanda judicial presentada el 14 de octubre de 2005 por la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba ante la Audiencia Nacional de España.

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DOÑA MARÍA ELENA CRUZ VARELA presenta denuncia por las torturas infligidas sobre su persona. El 19 de noviembre de 1991 las Fuerzas de Seguridad del Estado, sin uniformar, irrumpieron en su casa. Golpeándola, la obligaron a bajar los cinco pisos agarrada por el cuello, dándole patadas por todo el cuerpo, a la vez que le decían topo tipo de obscenidades. No solamente fue ella quien resultó vejada o maltratada, según se expone, sino también sus dos hijos menores.

Una vez en la calle le obligaron a tragar sus propios escritos (ella es escritora de profesión).

Durante tres días cercaron la vivienda no permitiendo el acceso a nadie obligando a permanecer en la misma a Doña María Elena y sus dos hijos sin electricidad, sin combustible y sin comida.

El 21 de noviembre, la Seguridad del Estado la detuvo y la llevó a Villa Marista, donde fue objeto de malos tratos psicológicos. Resultó condenada a dos años de cárcel y durante este tiempo fue objeto de sofisticadas torturas por espacio de seis meses. Si bien inicialmente no estuvo enferma, enfermaría con posterioridad del grave trato sufrido.

El Juicio del que fue objeto careció de las mínimas garantías legales. Se acompaña como documento nº65.

DOÑA CARIDAD ROQUE PÉREZ presenta denuncia por las torturas infligidas sobre su persona. Juzgada y condenada a 20 años de prisión, en 1961 fue trasladada, junto con un grupo de mujeres, en condiciones infrahumanas a la cárcel de Guanabacoa. Encontrándose allí fue enjuiciada por indisciplina siendo enviada a "Las Tapiadas", a mucha profundidad y sin ventilación, con una humedad indescriptible, por lo que las llaman "Los Pozos".

Cary describe las mismas como: "una bartolina, con una hermética plancha de hierro por puerta, tiene un muro como cama de piedra, y en el piso un hueco con dos planchitas de concreto, llamadas 'patines', para poner los pies, agacharte y hacer tus necesidades, cuando puedes y las ratas no te saltan para morderte. Del techo cuelga una cadena para soltar agua sobre ese hueco cuando dan agua, y ése es el mismo hueco donde cae el agua para bañarte, también cuando te dan agua. Estando allí con… se tupió el inodoro aquel, salió el excremento y nosotras pidiendo a gritos que nos sacaran de aquella podredumbre que ya nos llegaba a las rodillas. Cuando nos tuvieron así durante 48 horas, nos sacaron y nos llevaron para otra Tapiada… Allí nos turnábamos para dormir en la cama de piedra y las otras dos nos poníamos en cuclillas junto a la pared porque no había espacio para sentarnos en el piso y estirar las piernas…".

Se acompaña dicha demanda como documento nº66.

DOÑA ESTRELLA DE LA CARIDAD RIESGO HERNÁNDEZ presenta denuncia por tortura y otras violaciones, en concreto la separación de sus dos hijas, padres y hermanos. Separada de su esposo, quien pertenecía al gobierno de Castro, pasó a integrar el grupo de personas que intentaron salir por la base naval de Guantánamo. Tras ser rodeada por el ejército castrista, fue obligada a separarse de la pequeña de sus hijas, de tres años de edad. Fue víctima de todo tipo de torturas y malos tratos que comenzaron en el G-2 de Guantánamo hasta la cárcel de América Libre, donde el que fue su marido la obligó a separarse de la œnica hija que le quedaba con la que no se ha podido reunir hasta que ésta cumplió 28 años. Se acompaña la citada demanda como Doc. nº67.

DOÑA MANUELA CALVO BARRERAS, fue arrestada por primera vez como presunta cómplice en la fuga de varios jóvenes. En ese arresto no pudo probarse cargo alguno contra ella.

Posteriormente la noche del día 13 de Octubre 1960 fue detenida mientras se encontraba en su domicilio, y trasladada al G-2, donde fue interrogada durante 12 días.

Posteriormente, sin celebrarse juicio alguno fue trasladada a Guanabacoa y luego a Guanajay, de donde fue devuelta por no haberse celebrado juicio, el cual no se celebró hasta el mes de diciembre.

Tras la celebración de dicho juicio fue condenada a varios años de prisión, siendo trasladada a Guanabacoa en mayo de 1961. Al llegar a Guanabacoa lo primero que esta mujer recuerda es lo siguiente:

"…Todavía con las madres y los hijos de las presas de visita, nos entraron a manguerazos y chorros de agua tan fuertes que nos hacían rodar por el piso…".