Exigencias de cambio

¿Arrestaron el 9 de febrero a Eliécer Ávila, uno de los estudiantes que cuestionó al presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, Ricardo Alarcón, como muestra un vídeo de amplia circulación? Un periodista independiente lo informó así. Aunque el arresto nunca se confirmó, la "noticia" se difundió por correo electrónico y algunas publicaciones extranjeras la reprodujeron. Los medios de comunicación cubanos mostraron posteriormente un nuevo vídeo de Ávila en el que niega su arresto y en que reafirma su compromiso en la construcción de un "socialismo mejor".

¿Qué pasó en realidad?

La difusión incontrolada del vídeo forzó al gobierno a actuar. Enviaron emisarios a Puerto Padre, una pequeña ciudad del oriente de la Isla donde vive la familia Ávila, para "persuadir" al estudiante de 21 años a que "denunciara" la manipulación, en el intercambio con Alarcón, por parte de los medios de comunicación extranjeros. Aunque Ávila no estaba técnicamente arrestado y hubiera, quizás, regresado a La Habana voluntariamente, ¿cuáles opciones reales tenía?

En ningún lugar las noticias están libres de alguna mácula. Claro que el acto de informar como noticia un arresto que no ha sido confirmado obra en contra de la ética periodística. Pero que la atención no se desvíe: lo real es el estado lamentable de los medios de comunicación cubanos y, en general, de la Cuba oficial.

Hasta cierto punto, el segundo vídeo puede reflejar las opiniones de Ávila. Él y sus compañeros dijeron lo que pensaban como revolucionarios. La Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) es una institución de élite que filtra a los estudiantes según su confiabilidad política y sus altos coeficientes de inteligencia. Cerca del 80% de sus alumnos son miembros de la Juventud Comunista.

A su vez, las preguntas que surgieron en la reunión con Alarcón están en las mentes de todos los cubanos, sin importar sus preferencias políticas:

-¿Por qué no pueden los cubanos viajar libremente? ¿Por qué los precios al consumidor se hallan en pesos convertibles, respaldados por divisas, cuando la mayoría de los cubanos ganan sus salarios en pesos casi sin valor, dada la productividad tan baja de la economía cubana?

-¿Por qué hay tantos hoteles y restaurantes a los que no pueden entrar los cubanos?

-¿Qué sentido tiene el llamado voto unido para los diputados de la Asamblea Nacional, cuando la mayor parte de los ciudadanos nunca los ha visto ni los ha oído?

Se acabarán los trucos

Alarcón dio traspiés, andaba a tientas, pero ¿lo hubiera hecho mejor algún otro dirigente? No lo creo. Quizás pronto seamos testigos de algún cese de restricciones a los viajes y un final para el peso de dos caras. Mas, a no ser que el gobierno permita la acción de los mercados de manera más fuerte que nunca, estas medidas no tendrán un efecto real para la mayoría de los cubanos. Aun cuando es saludable, la apertura mercantil largamente esperada en la agricultura no bastará para dar valor al peso y permitir a los ciudadanos viajar, es decir, pagar en pesos sus boletos y sus gastos en el exterior.

Abordar el tema de la campaña por el voto unido en las elecciones de enero es harina de otro costal. La Habana quizás esté preparada para algunas reformas de mercado. ¿Y para una apertura política? Ni hablar, al menos no por ahora. Esa es la razón por la que los medios de comunicación cubanos mostraron el segundo vídeo sin transmitir nunca el intercambio con Alarcón. ¡Y que vengan a hablar de "periodismo manipulado"!

Lo mismo sucedió a comienzos del año 2007, cuando los intelectuales protestaron por el reconocimiento público que se dio a dos antiguos comisarios culturales. No se informó de los sustanciosos correos electrónicos que se intercambiaron ni de las muchas reuniones que les siguieron. El público sólo leyó una declaración de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba que, al menos oficialmente, cerraba el debate. Entre septiembre y noviembre del año pasado, los ciudadanos se reunieron para discutir el discurso de Raúl Castro el 26 de julio. Los medios oficiales informaron superficialmente de esas asambleas, lo que era no informar.

Algunos periodistas y escritores cubanos hicieron crónicas intensas para blogs extranjeros. ¿Es que los medios oficiales no estaban interesados en publicar artículos basados en la realidad?

El hecho de que viera la luz el vídeo de Alarcón con los estudiantes podría reflejar una lucha de poder dentro de la élite, interesada en infligir un daño político a Alarcón. Lo sabremos pronto. El 24 de febrero, la Asamblea Nacional, elegida recientemente, designará a su presidente y al Consejo de Estado. Sin embargo, no nos mandemos a correr con esta posible lectura.

Aunque la UCI está en el ámbito de control del ministro de Comunicaciones, Ramiro Valdés —un defensor desde siempre de la línea dura—, la universidad ha tenido una trayectoria política algo conflictiva. En el año 2005, un grupo de estudiantes y profesores establecieron una red de correos electrónicos y de blogs que escapaba a los controles y las censuras oficiales. Más de veinte personas fueron expulsadas.

He ahí por qué el gobierno se preocupa. Las fuerzas internas exigen cambios que es casi imposible que encuentren respuestas dentro de los límites oficiales.

El segundo vídeo puede constituir una victoria a corto plazo. Tarde o temprano, a La Habana se le acabarán los trucos. Entonces, Eliécer Ávila nos dirá exactamente lo que pasó.

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