La represión continúa en Siria para aplacar los focos de la revuelta. Cientos de soldados sirios vestidos con uniforme de combarte han irrumpido la madrugada del jueves en el barrio de Saqbua, en Damasco, y han detenido a decenas de personas entrando por la fuerza en varias viviendas, según ha relatado un vecino el jueves. Fuentes militares citadas por la agencia británica aseguran que los detenidos son alrededor de 300.

“Han cortado las comunicaciones antes de llegar. No hubo resistencia. Las manifestaciones en Saqbua han sido siempre pacíficas. Decenas de personas han sido detenidas esta mañana”, ha explicado este mismo testigo, que ha querido guardar el anonimato.

La última protesta en este distrito tuvo lugar el pasado viernes, cuando miles de personas exigieron en las calles la renuncia del presidente Bashar al Asad, que afronta desde hace más de un mes una ola de protestas que reclaman democracia y justicia.

En otro distrito de Damasco, Douma, las fuerzas de seguridad han arrestado a decenas de personas, entre ellas niños y adolescentes, después de efectuar registros casa por casa, según ha explicado un testigo a Al Yazira.

El Gobierno sirio, en vez de escuchar las reivindicaciones de su pueblo, ha optado por acallar las protestas con el uso de la fuerza. El miércoles, en una nueva muestra de intransigencia, envió un convoy de 30 tanques de la Guardia Republicana y 70 camiones cargados de soldados hacia las ciudades donde la revuelta ha calado: Homs y Deraa. Tanques y vehículos armados también se han desplegado alrededor de Rastan, localidad próxima a Homs. El pasado viernes el ejército mató al menos a 17 activistas en esa ciudad, según han relatado vecinos y activistas, después de que se produjera la renuncia en cadena de 50 miembros del partido gobernante Baaz por rechazar la política represiva del régimen.

Unidades del ejército también han establecido puestos de control en la ciudad costera de Banias.

También ha comenzado a hacerse efectiva “la retirada gradual” del Ejercito de la ciudad de Deraa, epicentro de la revuelta. Los militares se repliegan tras considerar cumplida la misión, informa la agencia estatal Sana.

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