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Actualizado: 17/04/2024 23:20

Venezuela, EEUU, Maduro, Trump

Inquietud en Washington por la capacidad de resistencia de Maduro

Diplomáticos en Washington dicen que creyeron en las expectativas alentadas por el gobierno de Trump y luego se han desilusionado al permanecer Maduro en el poder

El entusiasmo en algunos círculos estadounidenses y diplomáticos sobre el surgimiento de Juan Guaidó y la expectativa de una salida del poder de Nicolás Maduro ha sido reemplazado por la frustración ante la permanencia de Maduro y preocupaciones sobre la interferencia de Rusia y China, según varias fuentes, informa el Nuevo Herald.

La permanencia de Maduro en el poder ha llevado a diplomáticos, líderes extranjeros y algunos funcionarios en Washington a reevaluar la situación y a considerar que, excepto una acción militar, Maduro pudiera seguir el camino de otros líderes autoritarios y aferrarse al poder a pesar de fuertes sanciones, destaca un análisis de Franco Ordoñez, de la cadena McClatchy, a la que pertenece el diario de Miami.

“Maduro ha mostrado definitivamente que es más flexible de lo que la gente pensaba. Eso es un hecho”, dijo un diplomático latinoamericano, quien no estaba autorizado a hablar públicamente sobre la estrategia regional. “Piense en lo que el gobierno de Washington dijo, ‘este es el final, este es el final’, pero Maduro sigue ahí”.

Diplomáticos extranjeros en Washington dicen que también quedaron atrapados en las expectativas alentadas por algunos en el gobierno de Trump en el sentido de que Guaidó tomaría el control del gobierno, y quedaron desilusionados de que el régimen de Maduro sigue en el poder. La confianza de que la caída de Maduro estaba garantizada se ha convertido ahora en esperanza de que finalmente suceda, y preocupaciones de que quizás no.

“Hubo esta reacción eufórica que todos sentimos de que era el fin de Maduro”, dijo Fernando Carrera, canciller guatemalteco entre el 2013 y el 2014. “Yo lo sentí. Yo fui parte de ese grupo. Yo pensé que Maduro estaba acabado. Pero no, Guaidó no pudo conseguirlo. El gobierno de Trump no pudo conseguirlo. Y los chinos y los rusos han subido la parada”.

El enviado especial de Trump para asuntos de Venezuela, Elliott Abrams, declaró a McClatchy: “No tenemos la capacidad de pronosticar exactamente cuándo caen regímenes como estos, pero tenemos la capacidad de analizar, y tenemos confianza en que el régimen de Maduro se acabará. Al final debe irse de Venezuela, mientras más rápido, mejor, porque su situación va a empeorar mientras más tiempo se aferre al poder y mientras más miseria haya en el país”.

Diplomáticos de la región dicen que la presión económica, en lo fundamental las sanciones estadounidenses, quizás no sean suficientes para sacar a Maduro si el pueblo venezolano no se levanta.

Algunos alegan que hay que dar tiempo a las sanciones. El sector petrolero venezolano representa el 70 por ciento de los ingresos del régimen de Maduro.

Otro diplomático señaló que las sanciones bancarias —impuestas la semana pasada como respuesta al arresto del jefe de despacho de Guaidó— también pudieran tener un impacto igualmente devastador sobre la capacidad de Maduro de mantener su base.

“A Maduro le será muy difícil pagar a los empleados públicos”, dijo otro diplomático de la región, quien no estaba autorizado a hablar públicamente sobre la campaña de presión contra Maduro. “Eso lo afectará gravemente”.

La historia muestra que las sanciones por sí solas no son necesariamente la forma más efectiva para un cambio de régimen, dijo Robert S. Litwak, ex director de No Proliferación del Consejo de Seguridad Nacional, quien ahora es vicepresidente del Woodrow Wilson Center.

“Si se observa lo que ha sucedido, no se puede encontrar un caso en que las sanciones económicas por sí solas llevaron a un cambio de régimen”, dijo Litwak. “Cuba ha estado sancionada 60 años. Le hemos aplicado las sanciones más rigurosas. Pero la gente sigue manejando vehículos de los años 1950 y han burlado las sanciones. Las sanciones no llevaron al colapso del régimen”.

Litwak señala que Estados Unidos ha impuesto fuertes sanciones a Irak, Libia, Corea del Norte e Irán, pero en ningún caso ha logrado un cambio de régimen.

Esas realidades se hacen sentir en momentos que Maduro sigue en el poder tras absorber cuatro golpes devastadores: el reconocimiento de Guaidó por parte de Estados Unidos como presidente interino, las sanciones petroleras, la promesa de Guaidó de entregar cientos de toneladas de asistencia a través de la frontera y las restricciones bancarias.

“Hace unos días hablé con cuatro o cinco asesores y todos están muy pesimistas”, dijo Michael Shifter, quien como presidente de Diálogo Interamericano tiene relaciones estrechas con muchos líderes en toda América Latina. “Eso me deprimió. Yo no soy exactamente el Sr. Optimismo”.

John Feeley, quien fue embajador en Panamá, exhortó a los socios internacionales a mantener la presión. “Este es un desastre que ha tardado 20 años en creare, y aunque las expectativas no se han cumplido, en palabras de Margaret Thatcher, ‘mejor no nos asustamos’”, dijo.

Feeley dijo está mal pensar que Maduro va a salir del poder rápido.

“Sé de hecho que la gente que trabaja en esto a diario en el Departamento de Estado no pensaba que se iba a marchar así de fácil”, dijo Feeley. “Pienso que en la Casa Blanca puede haber habido un exceso de optimismo poco realista, y el hecho de que Maduro siga ahí significa que no ha salido del poder, pero hay que fijarse lo que ha ocurrido en otras transiciones de dictaduras. Rara vez suceden de la noche a la mañana”.

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