Castro desbarata en 24 horas su 'moderación' con respecto al rey Juan Carlos de España

El que faltaba: Castro se entromete para apoyar a Chávez frente al Rey

"…Fidel Castro calificó este martes de 'Waterloo ideológico' —en alusión a la batalla de Waterloo en 1815 que supuso el fin definitivo del imperio napoleónico— el incidente entre el Rey don Juan Carlos y el presidente venezolano, Hugo Chávez, ocurrido en la última sesión de la XVII Cumbre Iberoamericana celebrada en Santiago de Chile, y consideró que éste obtuvo una 'victoria de gran trascendencia'. En las 'Reflexiones' que publica en el diario oficial Granma, Castro opinó que 'nunca había tenido lugar un diálogo parecido entre jefes de Estado y de Gobierno, que en casi su totalidad representaban países saqueados durante siglos por el coloniaje y el imperialismo', refiriéndose a la conquista española en el continente sudamericano".

Diario Crítico, España
13 de noviembre de 2007

Cubano ganador del Premio Anagrama presentó su libro 'Tumbas sin sosiego'

"El escritor cubano Rafael Rojas, ganador del Premio Anagrama con su ensayo Tumbas sin sosiego, publicado en la Argentina por Anagrama, traza un pormenorizado mapa de la historia intelectual de la isla desde la perspectiva de un exiliado que pregona de cara al futuro la necesidad de construir 'una política de la memoria que integre todos los pasados y experiencias cubanas'".

"…'Mi desaliento proviene de la observación de los actores y de las intenciones políticas actuales. Pero no sólo de la isla. Yo también tengo una percepción muy crítica de los actores y de las instituciones políticas del exilio y sobre todo de la política de Estados Unidos hacia Cuba', explica Rojas. En el libro hay una tensión 'entre el deseo de que se produzca una reconciliación nacional que permita construir un orden político donde se reconozca la pluralidad de la sociedad cubana y el convencimiento de que las instituciones políticas de la isla no encarnan esa diversidad', considera Rojas, quien en su ensayo recupera el modelo liberal anterior a la revolución de 1959 que derrocó a Fulgencio Batista. El texto rescata además la época republicana, anterior a la revolución cubana, y ello porque el escritor entiende que hay que hacerlo, pero 'partiendo desde una crítica historiográfica del fracaso de esa democracia. Pero —aclara— la Constitución del 40 fue la que garantizó un mínimo de apertura a la esfera pública que le permitió a los nacionalismos —el católico, el comunista, el liberal—, crear una plataforma de tensiones públicas'".

"…El escritor piensa que la marca cultural de la revolución del '59, 'no se perderá y tampoco es bueno que se pierda. Yo creo que la revolución tiene que ser una herencia. Un orden democrático tiene que partir de una política de la memoria que sea capaz de integrar todos los pasados de Cuba y todas las experiencias'. En el contexto futuro, Rojas considera que los intelectuales 'pueden ser el testigo ideal de la nueva diversidad social, puede contribuir mucho a lograr esa representación eficaz de la diversidad en la esfera política. Porque puede descifrar los lenguajes y las practicas de esa nueva sociedad civil'".

El Diario de Paraná, Argentina
13 de noviembre de 2007

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