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Cuba en la prensa

Castro y Chávez, tema de varias columnas de opinión

Selección diaria de la prensa internacional.

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Los neodictadores

"El problema principal es que este siglo XXI nada tiene que ver con los años 60 del pasado. Volver a aquellos tiempos es una regresión histórica no sólo peligrosa sino prácticamente imposible y lo ocurrido desde entonces y, aun antes, ha demostrado algo terrible: las revoluciones sólo se sostienen en la coherente utopía mientras están en el monte y en la clandestinidad. Todos éramos Fidel cuando Cuba era aún el prostíbulo de los EE UU pero dejamos de serlo cuando los disidentes o los homosexuales eran encarcelados por el líder revolucionario. Y así siempre. Tuvo que llegar la construcción del muro de Berlín para darnos cuentas de lo que significaba el comunismo, la invasión de Hungría o de Polonia para cerciorarnos aún más de la situación y avergonzarnos a la vez del silencio inmoral de la Europa democrática".

"Ahora ha llegado el turno de los populistas en la América Latina que han ocupado las poltronas de los viejos dictadores. Da igual. Han cambiado el uniforme militar o el traje hecho a medida por una camisa roja o un gorro indígena pero siguen haciendo constituciones a su medida para perpetuarse en el poder y la corrupción. En lugar de desaparecer, cambia de manos. No creo que éste fuera el sueño que muchos soñamos cuando el Che, cuando entonces, cuando todos éramos demasiado jóvenes y el mundo no estaba globalizado. No sé hasta qué punto las democracias llamada occidentales se dan cuenta del peligro que supone no tanto para ellas como para los pueblos que gobiernan, estos neodictadores populistas…".

Andrés Aberasturi, Diario Crítico, España
26 de noviembre de 2007

El chavista Castro

"Hay algo patético en el canto desvergonzadamente desproporcionado que Fidel Castro ha hecho —y sigue haciendo— de «la inteligencia y la capacidad dialéctica de Hugo Chávez» en su «dignísima» intervención en la Cumbre Iberoamericana, en donde habría desenmascarado «las conductas y métodos genocidas del imperio y de sus cómplices». ¿Se puede ser más ciego, fanático e idólatra? Recuerdo un día de 1993 en el que Gabriel García Márquez nos hablaba confiadamente del dictador cubano, su amigo de toda la vida, y nos contaba que en una ocasión éste había dicho en público: «Ni Gabo ni yo somos castristas». La frase parece tener hoy un sentido irrefutable".

"A estas alturas parece claro que los papeles se han invertido y que el Castro no castrista se ha declarado chavista a machamartillo. El viejo dinosaurio caribeño ha rendido su admiración ante el bravucón venezolano, que demoniza y amenaza sin parar a quienes tilda de enemigos. Era lo que le faltaba al veterano dictador cubano: un heredero ideológico al que dejarle las cenizas de su revolución y la ira de su propio fracaso. Hugo Chávez parece tener el perfil adecuado para intentar la revancha y cosechar un fracaso todavía mayor que el de su predecesor cubano. Al tiempo".

"La realidad era que el castrismo ya había muerto de inanición, abandonado por la muchedumbre de intelectuales que lo cantaron en sus orígenes. El último en desertar fue el Nobel portugués José Saramago, espantado por la brutalidad represiva. Sólo le quedaba García Márquez, un escritor impecable que ha decidido conscientemente morir con el pecado y la mácula de su amistad, convencido tal vez de que retroceder tarde es peor que no retroceder. Y en éstas estábamos cuando llegó Chávez con su cohorte de intelectuales pesebreros y se lanzó a redimir —mediante transfusiones petrolíferas— la moribunda «revolución o muerte». Castro respiró hondo, abrió con pasmo sus ojos y vio en el horizonte a un extraño personaje que gesticulaba, berreaba y se proclamaba su delfín. Y Castro, seducido, reanimado, reivindicado, se convirtió a su religión... sin acabar de entenderla".

Carlos G. Reigosa, Diario de León, España
26 de noviembre de 2007

Periodistas cubanos

"La persecución que padece en Cuba la prensa independiente, fue denunciada nuevamente por la Sociedad Interamericana de Prensa (…) Gonzalo Marroquín, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, reclamó al gobierno cubano que 'cese la persecución contra todos aquellos que opinan de manera diferente a la línea oficialista (...) y que permita la salida de quienes gracias a la compasión de otros gobiernos gozan de permisos de residencia en diversos países'".

"Un caso reciente afecta a Luis Esteban Espinosa Echemendía, de la agencia Jóvenes Sin Censura y vocero del Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba. El reportero, de 21 años, no puede salir del país pese a que cuenta con visa de residencia en Suiza. Lo mismo sucede con Abel Escobar Ramírez, de la agencia Cubanet, que posee visa de refugiado político de Estados Unidos. El informe sobre Cuba, presentado en la asamblea general de la SIP, celebrada octubre pasado en Miami, reveló la situación de Normando Hernández, quien debido a su grave estado de salud fue trasladado de una prisión donde cumple una sentencia de 25 años, a un hospital militar en La Habana. Este periodista también tiene visa humanitaria de Costa Rica, e ignorada por Cuba".

"Son algunos casos patéticos de la represión contra la prensa independiente, con un centenar profesionales presos o virtualmente secuestrados en ese país, caso de la neurocirujana argentina Hilda Molina y su madre".

Editorial de Diario de Cuyo (San Juan), Argentina
26 de noviembre de 2007


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