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Cuba en la prensa

El 75% de las familias cubanas no llega a fin de mes

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Cuba toca fondo

"…casi un año después de que Fidel Castro delegara 'provisionalmente' todos sus cargos por una grave enfermedad, aliviar las desesperantes estrecheces y padecimientos cotidianos de la población es para el Gobierno interino de Raúl Castro una prioridad".

"…el jefe del Ejército (…) ha incorporado a ministros y colaboradores a la tarea de mejorar las duras condiciones de vida de la población, asfixiada por el problema de los salarios que no alcanzan, los elevados precios de los alimentos, la pésima situación del transporte y la vivienda y un sinfín de dificultades para todo…".

"Los datos oficiales y los resultados de las investigaciones académicas independientes preocupan. 'La última encuesta de la Oficina Nacional de Estadísticas sobre la situación socioeconómica de los hogares cubanos revela que en el 75% de los núcleos familiares los salarios de sus miembros no alcanzan para cubrir los gastos que deben realizar', afirma un sociólogo conocedor del estudio. Su moraleja: 'Los sueldos son completados a la brava, con ingresos que provienen usualmente del expolio de los recursos estatales, siguiendo la filosofía popular de 'si no me dan lo que me corresponde, me lo cojo'".

"…la libreta de racionamiento, subvencionada, a duras penas alcanza para dos semanas; y una compra decente de viandas y carnes en un mercado agropecuario, donde rige la ley de la oferta y la demanda, fácilmente se lleva el salario de medio mes, probablemente más. Tras un estudio del aporte de calorías y proteínas que suministran los productos distribuidos por la cartilla de racionamiento, así como de los precios prohibitivos del mercado agrícola, Armando Nova González, del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEAC), asegura que la mayoría de las familias 'destinan el 75% de los ingresos mensuales a la compra de alimentos (...) dejando poco margen para asumir otros gastos'".

"…Del problema del transporte, ni hablar: la cantidad de pasajeros transportados hoy por el servicio público de autobuses en todo el país es similar a la de 1964…".

"Es cierto que a raíz de la dolarización y de las reformas económicas de los años noventa, una parte de la población se benefició de la apertura al turismo y la inversión extranjera, así como de la entrada de remesas del exterior. Pero fueron una minoría. Más del 70% de la población activa y de los jubilados dependen de salarios y pensiones del Estado, en moneda nacional. Para mucha gente, la reciente reducción de los subsidios a algunos servicios básicos ha supuesto un duro golpe. En noviembre de 2005, el Gobierno decretó importantes aumentos salariales, pero también en los últimos tres años subió el precio de la electricidad -hasta un 400 % en el caso de los núcleos que más consumen-, mientras que el pasaje en autobús entre La Habana y Santiago se ha multiplicado por 15".

"…cada vez son más las voces que aseguran que para reactivar la producción y mejorar la calidad de vida de la gente hacen falta reformas estructurales. Regresar a la descentralización y conceder de nuevo autonomía a las empresas; fomentar la inversión extranjera y el trabajo por cuenta propia (…) serían algunas de las reformas a realizar, según economistas…".

"Aunque todavía tímidamente, los discursos de los dirigentes han tocado puntos que en cualquier otro lugar se dan por hecho, pero que en Cuba implican delicados asuntos ideológicos y suponen avances: 'No importa cuánto gane un campesino' si produce más y vende barato (Raúl Castro); hay que ir a una 'revisión de los sistemas de pago por rendimiento' y establecer una 'política salarial que garantice que el sueldo sea el principal estímulo' (Alfredo Morales, ministro de Trabajo)…".

El País, España
14 de julio de 2007.

Algunos cubanos se quejan pero el estado siempre vigila

"Miguel está en la mitad de la frase cuando su rostro se ensombrece y baja la mirada. Tiene la boca todavía abierta pero en silencio".

"…Lo que dice está lejos de ser incendiario, pero cuando pasa un policía, se calla".

"'Eso es Cuba', dice después que se va el agente. 'Siempre oyen'".

"'Censura, censura', musita…".

"Miguel asiente y después rectifica".

"'Censura no', dice en voz baja, 'miedo'".

"La conversación pasa al fútbol y al equipo nacional de béisbol…".

"Hablar a los gritos es frecuente en este atestado rincón del Parque Central de La Habana conocido como la Esquina Caliente…".

"Pero quienes se desvían del tópico deportivo lo hacen con discreción. Miguel pidió que no se publicase su apellido por temor a repercusiones en el gobierno".

"Decir lo que uno piensa en el momento y lugar inoportunos puede costar el empleo en Cuba. Insultar a Fidel Castro o a otros altos líderes en público puede significar la cárcel".

"No hay prensa libre, el acceso a Internet está restringido y muchos cubanos suponen que sus teléfonos están interceptados. Los agentes de seguridad estatal siguen a los críticos del gobierno y a los extranjeros, mientras los omnipresentes Comités de Defensa de la Revolución mantienen vigilados a los vecinos".

"Aun así, la libertad de palabra en Cuba tiene más matices que lo que creen muchos extranjeros…".

"La disidente Miriam Leiva dijo que se estimula a modo de válvula de escape expresar las quejas en las reuniones del Partido Comunista, aunque los funcionarios les presten oídos sordos".

"'Para que la gente sienta que es libre de hablar y de quejarse, logra aliviar la tensión y permite una salida', dijo Leiva, una periodista independiente. 'Pero (…) después nada cambia'".

"En 1961, Castro sentó el precedente para la libertad de palabra diciendo 'Con la Revolución, todo; sin la Revolución, nada'…".

"Leiva y otras mujeres familiares de prisioneros políticos vestidas de blanco marchan en silencio por la concurrida Quinta Avenida de La Habana todos los domingos después de misa…".

"Todos sus movimientos son observados por agentes de seguridad estatal y a veces son hostigadas abiertamente por partidarios del gobierno…".

"'No tenemos miedo. ¿Qué más miedo vamos a tener que nos metan en prisión si nuestros maridos y familiares ya están allí?', dijo Berta de los Angeles Soler, cuyo marido activista, Angel Moya, está cumpliendo 20 años de prisión".

"Soler agregó que 'la gente nos ve en la calle y nos acepta y apoya', pero no todos son amistosos. Mientras hablaba, un hombre con mochila le gritó obscenidades sin mirarla".

"Leiva dijo que los cubanos en general han tenido menos temor a hablar abiertamente en público desde que el presidente Castro, de 80 años, se sometió a una operación quirúrgica intestinal de emergencia hace un año y cedió el poder a su hermano Raúl…".

"…La vigilancia está por doquier. Se dice que la Esquina Caliente está llena de agentes del gobierno que se visten como los demás para pasar inadvertidos".

El Paso Times (Texas), Estados Unidos
15 de julio de 2007


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