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Cuba en la prensa

Llama la atención a la prensa que Castro evitara criticar directamente al rey Juan Carlos de España

Selección diaria de la prensa internacional.

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Castro apoya al presidente de Venezuela sin atacar a España

"Fidel Castro, con la escueta frase «la crítica de Chávez a Europa fue demoledora», defendió de oficio ayer en un artículo los criterios manifestados por el presidente de Venezuela en la Cumbre. En su artículo 'El valor de las ideas', de sólo 221 palabras, publicado ayer en el diario Juventud Rebelde, no hizo referencia alguna al enfrentamiento ocurrido entre el Rey, Zapatero y Chávez. El convaleciente líder cubano precisó que las críticas de Chávez fueron contra «la Europa que precisamente pretendió dar lecciones de rectoría en esa Cumbre Iberoamericana». Pero el texto de Castro, a juicio de observadores locales, ha sido de una moderación inusual al no enjuiciar explícitamente a España, a Zapatero y al Rey por la controversia pública sostenida contra con su aliado y amigo Hugo Chávez".

"En su «reflexión», Castro evitó identificar a quienes, a su juicio, en dicha Cumbre «provocaron dolor profundo» con discursos dichos «desde posiciones tradicionales de izquierda» y quienes desde la «derecha» mantuvieron posiciones tradicionales «haciendo inteligentes concesiones a la supuesta izquierda» (…) Juventud Rebelde se limitó a describir que ocurrió «un fuerte intercambio de palabras» entre Chávez y Zapatero y que, posteriormente, «el intercambio subió de tono», al punto de que el Rey, disgustado, se retiró. El periódico obvió contar la frase dicha por el Rey a Chávez: «¿Por qué no te callas?»".

El Mundo, España
12 de noviembre de 2007

Castro evita mencionar al monarca

"Fidel Castro fue extremadamente cuidadoso al referirse ayer a la polémica que marcó la XVII Cumbre Iberoamericana. Como era de esperar, el convaleciente líder comunista, de 81 años, tomó partido por su amigo Hugo Chávez, pero en ningún momento mencionó al rey Juan Carlos, a quien siempre ha ensalzado. 'La crítica de Chávez a Europa fue demoledora. La Europa que precisamente pretendió dar lecciones de rectoría en esa Cumbre Iberoamericana', expresó Castro en un artículo, pero de ahí no pasó. Su reacción fue medidísima. Castro no quiso echar leña al fuego. España quedó difuminada en Europa, y no sólo eso; ayer el diario Juventud Rebelde, al reseñar el rifirrafe, recogía las declaraciones conciliadoras del vicepresidente cubano Carlos Lage: 'No debiéramos interpretar el derecho de Venezuela a defenderse como un ataque al Rey, o al actual Gobierno de España, o al pueblo español'".

El País, España
12 de noviembre de 2007

Populismos de la indignidad

"…Desde sus orígenes en 1991, hubo en las Cumbres Iberoamericanas una doble vara de medir con la que Castro salía siempre beneficiado. En la cumbre del año 2000, se negó a condenar la ETA. Gradualmente, España y sus intereses han ido siendo los perjudicados. También el afán de los cubanos por ser ciudadanos libres. Con Castro ausente, su sustituto ya es claramente Chávez. Donde Castro fue el representante de Moscú, Chávez ostenta los poderes de la petropolítica y la delegación del Irán de Ajmadinejad".

"En esta ocasión, la doble vara de medir ha consistido en escuchar cómo el cubano Carlos Lage hablaba de los avances de la democracia en Cuba y aceptar que Chávez llamase fascista a un ex presidente del Gobierno de España. Fue así como el Monarca español hizo saber gestualmente qué respeto es debido a España y sus instituciones por muchos cómplices que tengan el populismo y sus indignidades. La carpintería teatral de la Cumbre ha escenificado un aislamiento de la política exterior de Zapatero. Sus amigos en Iberoamérica le han traicionado. Eso no quiere decir que España esté aislada ni que no tenga amigos en Iberoamérica…".

Valentí Puig, ABC, España
12 de noviembre de 2007

Tiempo de elegir

"¿Se acerca la hora de la verdad para Cuba? En la isla hay opiniones para todos los gustos. Dicen los observadores extranjeros más veteranos que el escepticismo interno está creciendo a gran velocidad. Hace unos días una cubana informada y culta me dio una elocuente muestra de descreimiento. Hablábamos de los debates públicos organizados en torno al famoso discurso de Raúl del 26 de julio, el de los necesarios 'cambios estructurales y de conceptos'. A juicio de esta cubana, la única finalidad de las discusiones públicas que se celebran en centros de trabajo, barrios y células del partido es 'agitar la mayonesa para que no se corte'. Se trataría de entretener al personal y de darle una vía de escape que contenga el malestar por las difíciles condiciones de vida; por el deterioro que se aprecia en la sanidad, por la insuficiente mejora en el transporte o por las persistentes deficiencias en la vivienda, para señalar tres asuntos clave. El resultado de los debates sería, según esta opinión de muestra, 'el mismo que el de las otras discusiones públicas de hace unos años: nulo'".

"El escepticismo de muchos convive en Cuba con la esperanza de no pocos, y en todo caso con la expectación de todos. Pero al margen de los diversos estados de ánimo respecto a la actitud y posibles intenciones de los gobernantes de la isla, lo cierto es que el país tiene ante si un calendario que casi asegura algunos cambios; que hace casi imposible la inmovilidad y obliga a la toma de decisiones. Me refiero al caliente almanaque electoral del año próximo. Como en una de esas conjunciones astrales que ocurren cada muchos siglos, se da la circunstancia de que 2008 es año de elecciones mayores no sólo en la propia Cuba —con todas sus peculiaridades—, sino también en Estados Unidos y en España; es decir, en casa del super-influyente vecino y enemigo, así como en el país europeo cuyo gobierno viene determinando la orientación política y estratégica de la UE hacia la isla".

"…Desde hace meses circulan rumores sobre un posible relevo en el cual el ahora vicepresidente Carlos Lage y Raúl Castro ocuparían relevantes cargos ejecutivos sin que Fidel quedara completamente al margen. Pero los rumores, rumores son (…) Quién sabe si será ya la hora de la verdad para Cuba. De todos modos, decir eso es mucho decir y al mismo tiempo es no decir nada (…). De lo que sí parece que ya es tiempo en el país caribeño es de tomar decisiones. El calendario electoral obliga; la larga convalecencia del líder exige redefinir la estructura de mando, y la economía del país requiere medidas fuertes. En todo esto parece haber un consenso amplio en la isla…".

La Vanguardia (Barcelona), España
12 de noviembre de 2007


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