Preso político denuncia 'violencia' y 'tratos crueles' en cárcel de Camagüey

El preso político Jorge Alberto Liriano Linares denunció "el empleo de la violencia y la aplicación indiscriminada de tratos crueles e inhumanos por parte de las autoridades penitenciarias" de la prisión provincial Kilo 7, de Camagüey.

En un texto divulgado por la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, Liriano Linares dijo que "el clima de terror" desatado en esa cárcel de máxima severidad ha alcanzado niveles "alarmantes".

"Hasta el cierre del 31 de marzo, 32 reclusos fueron víctimas de salvajes golpizas y aterradoras torturas, en su gran mayoría lesionados en la cabeza", denunció el disidente, miembro del Partido Demócrata Cristiano y del Presidio Político Pedro Luis Boitel.

"Abril comenzó con sangre y envíos de urgencias a la Sala de Politraumas del Hospital Amalia Simoni. Las pruebas están presentes en los cuerpos masacrados de los presos, muchos de ellos aún sin recuperarse", añadió.

Según Liriano Linares, el 1 de abril fueron golpeados los reclusos Roiner Bulgar Fonseca, de 34 años de edad, Universo Ramos Puerto (45) y Evelio Manresa Arias (33).

"Luego de ser lesionados gravemente por las fuerzas represivas militares que ofician como custodios en la Prisión Kilo 7, fueron destinados al corredor de las torturas, ubicado en el pabellón de las celdas de castigo, y expuestos a la crucifixión, desnudos, esposados de las manos a las rejas, a la altura de un metro del piso, fueron torturados por espacio de 3 días, sin alimento ni agua para beber", afirmó el preso político.

El día 3 de abril, añadió, fue golpeado el recluso Daniel García Rodríguez, de 39 años de edad. Al siguiente día, "masacran a golpes" a Gerardo Soler Quesada (23), causándole "lesiones graves en la cara". Otro reo común, Bárbaro Carmenate García, permanece hospitalizado desde que una golpiza le dejó varias fracturas en el cráneo, el 8 de abril.

De acuerdo con Liriano Linares, el 11 de abril "las fuerzas represivas desencadenan una ola de violencia extrema contra los internos", en la que resultaron lesionados Yordanis Gutiérrez Machado (26), Frank Álvarez Jiménez (32) y Arciel Sánchez Vázquez (29). "Éstos aún permanecen en las celdas de castigo, expuestos a la tortura de la crucifixión con las heridas abiertas e infectadas", afirmó el disidente.

"Hay que significar que estos crímenes diarios son ejecutados por un reducido grupo de militares, los que se autotitulan sádicamente como 'el escuadrón de la muerte'", señaló.

El preso político mencionó como miembros de ese grupo al primer teniente Julio Benebén Sánchez, segundo jefe de Unidad; el primer sub oficial Idroelio Sánchez Barrios, jefe de Orden Interior; el subteniente Pedro Durán Cárdenas, segundo jefe de Orden Interior; el teniente Juan Sánchez Vasconcelos, jefe de pelotón de Orden Interior; el sub teniente Maikel Feria Jordis, jefe de Destacamento, y el primer suboficial Daniel Primelles Calas, jefe de pelotón de Orden Interior.

Todos tienen "un amplio historial de delitos y actos violatorios contra la integridad física de los prisioneros que data de los años noventa y que hasta la actualidad permanecen en total impunidad, aún cuando se establecen las denuncias oficiales, ante la fiscalía y diferentes instancias del Estado y del gobierno", indicó Liriano Linares.

Con los sucesos de la primera quincena de abril, "ya suman 41 los presos víctimas de maltratos corporales, en lo que va de año, en la prisión provincial Kilo 7", alertó.

El preso político responsabilizó "a las altas esferas del gobierno, como (…) máximos responsables en lo político y social del Estado cubano, por pretender ignorar estos crímenes, encubrirlos y estimularlos".

"El destino cruel, insólito, de los presos confinados en las más de 200 cárceles y campos de trabajo forzado que sostiene el régimen de la Isla, obedece a la política hostil del gobierno, un gobierno autoritario que durante medio siglo en el poder reconoce en teoría los derechos del pueblo, pero no garantiza la protección y puesta en práctica de éstos. Es por ello que en la prisión Kilo 7 miles de prisioneros (…) viven aterrados y con la angustia permanente de sobrevivir sin ser golpeados, torturados o asesinados injustamente", afirmó Liriano Linares.

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