Crónicas de Thamacun (I)
Armando Añel | 24/06/2008 16:17
Tags: Crónicas
La historia es relativamente conocida. Tras conquistar La Habana en 1762 y permanecer en ella durante once meses, los ingleses pactaron con España el canje de Cuba por la Florida. El artículo 19 del Tratado de Versalles, de febrero de 1763, especificaba que “el rey de la Gran Bretaña devolverá a Su Majestad todo el territorio que ha conquistado en la Isla de Cuba”.
Lo que no ha recogido la historia es que tras bambalinas, sin que figurara en el documento, ingleses y españoles acordaron dejar fuera de las negociaciones –o mejor: dejar por incorregible- el islote de Thamacun, luego rebautizado como “Cuba Inglesa”. El debate en torno al islote bien pudo dinamitar el Tratado de Versalles, pero a fin de cuentas los ingleses se salieron con la suya.
El Reducto, eventualmente ocupado por los británicos, sería finalmente abandonado por éstos. Al momento de su retirada –a finales del siglo XIX, cuando la independencia de Cuba tocaba a las puertas-, la población del islote, de mayoría inglesa -aunque tampoco faltaban descendientes de africanos, holandeses y españoles-, no sobrepasaba los diez mil habitantes.
Tras bordear la República y observar, a prudente distancia, el ascenso al poder del castrismo, el antiguo Thamacun sobreviviría como comunidad virtual. Ello no ocurrió sino hasta bien entrado el siglo XX, cuando la institucionalización del totalitarismo en Cuba dividió al país y desató uno de los más populosos éxodos de que se tenga noticia.
Los ciudadanos de Cuba Inglesa, salvo raras excepciones, sostienen que la patria es un hijo, una mujer, la familia, los amigos. Un invento como éste. Una ventana al mar.
Publicado en: Cuba Inglesa | Actualizado 24/06/2008 19:56