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Honduras: El Golpe de Estado de Manuel Zelaya (II y final)

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En el artículo anterior aseguraba que es lamentable la destitución a la fuerza de un presidente, aunque mucho más lamentable resulte que un presidente intente la destitución a la fuerza del orden constitucional, institucional, legal, que se ha dado un país, como hizo Manuel Zelaya en Honduras. Algunos lectores han insistido, sin embargo, en que la denuncia del intento de Golpe de Estado previo con que el ex presidente hondureño pretendía cambiar las reglas del juego político constituye un intento -en el caso que nos ocupa, mío- de justificar el uso, mal empleado, de la fuerza militar. Nada de eso.

El artículo anterior hace hincapié en la circunstancia previa que desató la destitución del presidente. Sigo creyendo, y con esto no descubro el agua tibia, que en democracia corresponde al Ejército defender el orden constitucional cuando el poder ejecutivo, o cualquier otro, lo amenaza, y fue esto último lo que ocurrió en Honduras. Con el agravante, por cierto, de la intromisión de poderes extranjeros –del chavismo en particular- en la ecuación. Pero ello no quiere decir que apruebe las maneras, las formas, con las que se llevó a vías de hecho la detención y expulsión de Zelaya. Cuando escribí que “es lamentable la destitución a la fuerza de un presidente” fue eso exactamente lo que quise decir.

Pero lo más importante aquí, me parece, es el saludable precedente que sienta la actuación de las instituciones democráticas hondureñas, más allá de sus pifias de estilo o procedimiento. Desoyendo al Congreso, al Tribunal Supremo y a la mismísima Constitución (incluso a su propio partido y a muchos de sus votantes, a los que previamente traicionó… y esto sería ya materia de otro artículo), Zelaya pretendía "refundar la nación mediante una Asamblea que cambiara las reglas de juego del sistema político”. Y todos sabemos lo que eso significa aquí y ahora: Desmontar los mecanismos y estructuras democráticas para desembocar, paulatinamente o no, en un sistema totalitario como el castrista, o en uno en proceso de serlo, como el chavista. Así que la respuesta de las instituciones hondureñas al intento de golpe de Zelaya ha sido ejemplar, y debería servir de ejemplo en Latinoamérica (descontando, por supuesto, las pifias de procedimiento anteriormente mencionadas).

Si en América Latina los actores políticos respetaran las estructuras democráticas y se limitaran más efectivamente los poderes del Ejecutivo, como pasa en los países civilizados, mucha gente ya habría salido de la pobreza y nos hubiéramos ahorrado un sinfín de dictaduras y masacres. No hay que olvidar que en la última década el auge del autoritarismo en el continente, en países como Venezuela, Nicaragua, Bolivia, etcétera, ha respondido a oscuras maniobras presidenciales. En una región donde el fraude, el tráfico de influencias y los petrodólares pervierten los procesos electorales y de consulta, resulta imprescindible limitar todavía más los poderes del Ejecutivo, reforzando el papel de contrapeso para el que fueron concebidos poderes como el Legislativo y el Judicial y blindando la condición de referente de las constituciones nacionales. Una Constitución no puede ser, cada dos por tres, ese papel mojado con que el presidente de turno se suena las narices.

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Honduras: El Golpe de Estado de Manuel Zelaya (I)

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Al momento de ser destituido por el Ejército, tras una orden del Tribunal Supremo (TS) hondureño, el presidente Manuel Zelaya se aprestaba a dar un Golpe de Estado en Honduras: A imagen y semejanza de su referente político, el golpista Hugo Chávez, pretendía alterar la Constitución con el propósito de reelegirse.

Cabe recordar cómo se las arregló Chávez para burlar la voluntad popular hace pocos meses en Venezuela, convocando un segundo referendo –por supuesto, ya concebido para ganar por las buenas o por las malas- apenas un año después de que el primero expresara claramente el sentir del pueblo venezolano: No a la reelección indefinida del discípulo de Fidel Castro.

En el caso de Zelaya, se trataba de darle también un golpe a la Constitución hondureña, pero pasando por encima del Congreso y del TS. Estas últimas, no se olvide, son instituciones claves en cualquier democracia que se respete; de hecho, entre otras cosas, han sido diseñadas para hacer respetar las estructuras democráticas de las que la Constitución de la República es base fundamental. Tanto el Congreso como el TS habían desautorizado previamente a Zelaya, que pretendía convocar un plebiscito –bajo cobertura, seguramente, de los petrodólares chavistas- para alterar la Carta Magna.

Una democracia funcional es antes que nada, incluso por encima del presidente de turno, un conjunto de reglas e instituciones que garantizan el Estado de Derecho, y que no pueden ser arbitrariamente alteradas. Es lamentable la destitución a la fuerza de un presidente, ciertamente, pero mucho más lamentable resulta, sin duda, que un presidente intente la destitución a la fuerza del orden constitucional, institucional, legal, que se ha dado un país. Es lo que intentaba Zelaya en Honduras y es lo que ha conseguido en los últimos años, en la región, más de un aspirante a dictador vitalicio.

En democracia, corresponde al Ejército defender el orden constitucional cuando el poder ejecutivo, o cualquier otro, lo amenaza. Va siendo hora de parar en seco la demolición de las estructuras democráticas en Latinoamérica, proceso llevado a cabo, en la última década, desde la institución presidencial. Ojalá lo consigan los hondureños.

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Metralla contra Carlos Alberto Montaner

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Las campañas castristas -o procastristas, que para el caso es lo mismo- contra Carlos Alberto Montaner engrosan la munición des-informativa con que el régimen de La Habana y sus amanuenses ametrallan, desde hace medio siglo, a la opinión pública internacional. Fruto de esta obsesión oficialista es la última andanada, circense como ya es habitual, de la licenciada Rosa Cristina Báez Valdés.

A Báez Valdés se le ha ocurrido una idea de campeonato: recoger firmas contra “la doble moral mediática”. ¿Cuál es esa? Supuestamente aquella que permite que las columnas de Montaner circulen en los medios de prensa latinoamericanos. Básicamente, en este caso particular, la licenciada no pudo resistir la lectura de un artículo publicado por El Heraldo de Colombia. Así que ha llamado a impedir que “un terrorista que no ha cumplido su condena” (a estos defensores del castrismo no se les ocurre ni que están vivos) continúe publicando. “Fuera Montaner de la prensa y los medios de nuestro continente”, dispara. Tanta pólvora, sin embargo, no disuelve el “aroma” con que estos menores contagian, en su incontinencia, a quienes se meten con ellos en la cama.

“La campaña finaliza el Día del Periodista, 4 de agosto de 2009, en donde una Comisión de Periodistas hará entrega a Bell Lemus, director de El Heraldo, República de Colombia, de todas las adhesiones recogidas”, reza el panfleto que distribuye una llamada “Red Informativa Virtin”. Una campaña, por cierto, dirigida a amordazar la libertad de expresión. Orientada a impedir que un periodista publique. Empeñada en negarle la palabra a un escritor. Son estas las lecciones aprendidas en cincuenta años de totalitarismo.

El castrismo, ya se sabe, no puede ganar la Batalla de Ideas. Sólo puede, a mucho tirar, demorarla. Y, para eso, únicamente en su territorio sin fronteras, en la Isla abandonada a la corriente del golfo. Amordazar a todo un continente es harina de otro costal.

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Chago: Cuba, Añel, La Bloguera, los Consejeros y el Macho Rico

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un artículo de Santiago Méndez Alpízar (Chago)

Todo comenzó con el inevitable embullo, la cabezonería que conservo y me ha preservado, sin dudas, durante toda mi escasa vida. Eso y la evidente necesidad de escribir y compartir lo publicado. La enorme carestía de salir de algunos textos; sin hablar de la escasa participación que hay en algunas zonas de la gran literatura en el Blogroll Cubiche, y que yo crea tan importante, no obstante.

Así concebí mi blog, que lo sigue siendo, aunque por él pasaran, para honra mía, más colaboradores que por ningún otro blog de cubano, y se convirtiera en espacio donde encontrar a determinados escritores. Donde leer buena literatura, salvando la que escribo, por supuesto. La bitácora de un escritor deseoso de tropezar con otros, compartir con los que llegan la milagrosa gestión, el resultado de una severa tozudez, en mi caso. Todo lo dicho, más el puente, sí, el que se extiende hasta la isla y es, de alguna condición, transitado por los que allá están, aunque sea de refilón, sigilosos…Que supieran que tenían un/otro espacio donde contar sus divergencias con relación a nosotros. Que existiera mi blog para que existiera diálogo, que es palabra maldita por estos días, con los que en Cuba viven y con el que quisiera.

No ha existido en mí la menor de las intenciones de ser un blogger, ni me importan las nuevas tecnologías más que para ciertas comodidades que a estas alturas costaría apartar, y que tan necesario sería apartar, sin embargo. Efory Atocha, mi blog, era y sigue siendo un reflejo de la escasez, un modesto pero certero, acaso, toque de atención a los editores profesionales, o los que ganan dinero por ello, por editar. Por seguir haciendo la vista gorda con relación a determinados autores. Con meses de una frecuencia de más de veinte escritores diferentes, y de distintos sitios y países. Todos con escritos entregados exclusivamente para la Weblog. Y aunque también sea cierto que hubo otros meses en que la publicación era de menor asiduidad, nunca ha dejado de ser.

Podría detenerme en muchos nombres que están dentro del sano humo que despide Efory Atocha, que para que salgan de dudas unos, y entren en razones otros, deriva su nombre de Efori, que es Plante en alguna lengua para hombres, y que por supuesto coquetea con Enfori, que es macoña hasta en la Isla de Pinos. Entre plantao y risueño surgió mi blog, que ya cumplió más de dos años, y los que le quedan.

Plantao contra los camajanes que proliferan en el exilio, contra los que saben manejar el show business del dolor ajeno, en el que sin poder evitarlo, te incluyen, sí, a ti también, y a mí por supuesto. Contra los muros que únicamente a golpe de poesía y evidencias se derriban; a golpe de poema romper el puto cielo si se tercia. Contra los chismosos y los ególatras del ciberespacio cubensi.

Y con la ayuda de algunos y otra vez, con mi tozudez, he ido remendando y encontrando soluciones a los muchos problemas superados. Desde gestionar un post, hasta decisivas intervenciones luego de soberbios ataques a la Weblog, por desgracia repetidos.

Pero todo ya sabemos que rueda, y en cada giro suma. ¿Cómo dejar que circulara la foto de un disidente, con los ojos morados, hinchados de una golpiza, y no poner mi pequeño S, O. S? ¿Cómo no sumarme a todas y cada una de las solicitudes, vinieran de donde fuera, sobre el más mínimo atropello sufrido por un cubano en la isla, o fuera de ella? No quiero saber cuántas cartas he firmado, cuántos textos he escrito, pero soy de pronto un, casi, activista social. Mi amigo SM me decía por teléfono en una charla trasatlántica; yo soy un gran firmador de cartas. Bueno, pues yo estoy al serlo. Y quede claro, con gusto dediqué días para estos asuntos. Y con gusto envié a mis 500 del correo la noticia y el link siempre que sucedió.

¡He llegado al extremo de tener hasta otra bandera!

Con gusto y humildad he puesto mi nombre y mi pequeña voz para reclamar por la seguridad, libertad de movimiento y de expresión de los integrantes de Porno para Ricardo, Las Damas de Blanco, Oscar Elías Biscet… y en repetidas veces por la de Yoani Sánchez, y aunque en alguna ocasión se creara más algarabía que otra cosa, entendí que bastaban mis años de ausencia de Cuba, como para que no comprendiera del todo lo que se me contaba, se vivía, y cómo se vivía. Comprendí que el respeto por personas que tienen el valor de expresar sus opiniones abiertamente desde Cuba, obtenía, más que cualquiera de mis reservas, un grado plus de confianza, un coto aparte y preferencial. Y desde el principio coloqué un enlace permanente hasta su blog, para que así todo aquél que pasara y quisiera llegara hasta ella. Para que siempre exista la posibilidad de saber de sus escritos.

Muchas otras veces dejé en páginas donde republican sus post mis comentarios en favor de la integridad moral y valentía de Yoani Sánchez, sobre todo cuando la jauría desconfiada y paranoica que abunda por aquí se le tiraba a la yugular. Cuando tenía más desconfiados que lectores.

Algo que cambió desde que se profesionalizó, para decirlo de cierta manera, y desaparecieron los link. En mi caso personal he de añadir que casi nunca estuvo bien puesto. Salvo cuando estaba en el portal del Diario Encuentro. Y no deja de ser curioso, pues en mi opinión, no muy lejos hubiera llegado el nombre de la bloguera sin el resorte generoso de los blogs y medios del exilio. No muy lejos fueran sus lamentos y quejas, sus objetivas notas sobre la vida en Cuba. Pero intuyo que además de su egoísmo, que ya sabemos es legítimo, cada cual pone o no link desde su blog, hay otras personas con menos deseos de tener sombras. Y creo que sería de mucho bien saber, por ejemplo, quiénes son esos y qué patrocinan. ¿O generosamente le mantienen actualizado el site? Esos que desde esta otra orilla generan el egocentrismo y aconsejan una bitácora exclusiva, como de otra parte. Esos que no les mandan avisos de convocatorias que sin duda les atañen.

Sería muy bueno igualmente que Reinaldo Escobar no encontrara peros tan trasnochados para dejar el reclamo de muchos en la cuneta. Como si en verdad tuviéramos la obligación de hacerle llegar un recado personal, según se explicaba, y como si Internet, por fin, hubiera dejado de ser para ellos definitivamente. Los machacones avisos y la insistencia de alguno de los entusiastas coordinadores de la última convocatoria, si cabe decirlo así, fue no solamente abundante, también constante durante varios días, era casi imposible dejar de saber de la movida de la movilización, algo que ya tenía superado, aunque jamás fuera a ninguna.

Las tres reivindicaciones son importantes, cada una de ellas; importantes y urgentes, pues son aspectos con los que se identifican y por los que luchan millones de personas en el mundo. Por los que sufren otros tantos de millones más, y donde no deja de estar presente Cuba, que es a quien se le hacía llegar el reclamo, al gobierno de Cuba. De ahí que finalmente me sumara, pues no siempre estuve dispuesto. Pero es más importante hacer saber este insignificante reclamo, y así lo comprendí, a mostrar reticencias por el origen, el pedigrí de su procedencia. Siendo además Armando Añel conocido mío de mis años de librero en la Plaza de Armas, me consta que es una buena persona, y no un oportunista, como he leído que le llamaban. Y aunque frecuentemente mis ideas entren en conflicto con las de él, si bien no me gusta en lo absoluto mantener a una panda de anónimos escribiendo lo que se les ocurre, respeto y comprendo que es otra manera de asumir este fenómeno de la blogosfera. Es la diversidad de la que se habla y a la que se apela tan frecuentemente. O, ¿había que ser ex de alguna Vocacional, de la UPEC, la UNEAC, o haber estudiado en las ex Repúblicas Socialistas, para poder aspirar a lanzar una convocatoria?

¿Pensará el periodista Reinaldo Escobar que fuera de nosotros, los cuatro que somos, cientos de lectores de todas las latitudes lo leen? ¿Pensará lo mismo su señora la bloguera? Equívoco doloroso de ser cierto. Si en la isla la verdad puede tener matices, por aquí sobran medios de corroborar lo contrario. Y que conste que por esfuerzos no ha sido.

No hace mucho yo mismo les envié a ambos, Yoani, Reinaldo, dos preguntas de las que participaron variados intelectuales y que fueron publicadas en contraposición a otras muchas respuestas. A día de hoy no merezco ninguna contestación. El silencio fue y ha sido la respuesta.

Mejor no jugar al exclusivismo ni al ninguneo, esto no traería nada deseado, ni hay para tanto. Mejor que si en el exilio se está atento y dispuesto a participar del dolor ajeno, no se reciban a cambio poses de sabroseo, de macho rico caribeño. Mejor que los camajanes que actualizan y aconsejan a los que desde Cuba bloguean no sigan enturbiando el variopinto e insignificante ciberespacio cubiche.

Todos guardamos una idea especial de país, y hay sobrados visionarios oportunistas que se agarran de la variedad para intoxicar, para inocular el germen de la ruptura en nombre de la diferencia. Todos en alguna medida necesitaremos una mano que nos auxilie cuando llegue el momento, aunque unos con más frecuencia que los demás. Estos por humildad, o simplemente por gratitud, debían ser los primeros en estar presentes cuando se les llama.



Llamamiento al gobierno cubano y al mundo

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Pedimos a todas las personas e instituciones defensoras de los derechos civiles en el mundo que contribuyan, y llamamos al gobierno cubano a:

-Liberar a los presos políticos en Cuba

-Levantar las prohibiciones que impiden a los cubanos entrar (a) y salir de su país

-Levantar las prohibiciones de acceso a Internet para los cubanos



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Sobre este blog

El Reducto que los ingleses se negaron a canjear por la Florida

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Autor: Armando Añel

Armando Añel

Escritor, periodista y editor. Reside en Miami, Florida.
letrademolde@gmail.com

 

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