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Crónicas y un premio inmerecido

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Los méritos de http://salcedodiario.blogspot.com/ son de sobra conocidos. Por ejemplo, el hecho de publicar un poema propio diariamente constituye ya, de por sí, un reto que pocos estamos en capacidad de afrontar. Pero además, hay que sumar un mérito lateral a los otros muchos: la generosidad de su editor. Jorge Salcedo ha concedido a Cuba Inglesa un premio inmerecido: el “Brillante Weblog”.

Según las bases de la cadena, el editor del blog premiado –Salcedo fue premiado él mismo- debe escoger, a su vez, siete blogs de su preferencia. Como yo suelo ser parcial cuando se trata de amigos, y como recurro siempre a La Diosa en los momentos difíciles, ahora no iba a hacer una excepción. Ella se decidió por las siguientes bitácoras, todas “noveles”, porque según estima lo importante es divulgar a los que recién empiezan, de manera que el fenómeno bloguero crezca cada vez más (den clic sobre ellas, por favor):

Fernandina de Jagua, http://denisfortun.blogspot.com/

Cerebro de Espuma, http://cerebroespuma.wordpress.com/

Nobama, http://nobama-nobama.blogspot.com/

Palmar de Junco, http://www.cubaencuentro.com/fernando-vila/blogs/palmar-de-junco/

Cuba Underground, http://cubaunderground.com/

El blog del thamacunés, http://thamacun.blogspot.com/

Pepinistas, http://pepinistas.blogspot.com/

Las bases estipulan, además, que:

-Al recibir el premio, se ha de escribir un post mostrando el premio y se ha de citar el nombre del blog o web que te lo otorga y enlazarlo al post de ese blog o web que te nombra ganador.

-Elegir un mínimo de siete blogs (pueden ser más) que creas que brillan por su temática y/o su diseño, para otorgarles el premio a tu vez. Escribir sus nombres y los enlaces a ellos en tu blog.

-Avisarles de que han sido premiados con el premio “Brillante Weblog”, incluyendo en el texto las Bases del concurso, para que continúen la red.

Crónicas: La desaparición de la marquesa

Cuando a principios del pasado siglo el descubrimiento de la desaparición de Beatriz de Eugenia obligó a infinidad de historiadores a revisar sus archivos, los abuelos de Idamanda Rosael aún no habían nacido. Hasta entonces, la historiografía de Thamacun extendía un denso manto teórico, pespunteado de especulaciones frecuentemente insustanciales, sobre los orígenes de El Hecho. Con la marquesa finalmente se pisaba tierra firme. Con la desaparición de la marquesa en específico.

Hacia 1762, Beatriz de Eugenia habitaba una Habana eminentemente portuaria y, por lo mismo, desproporcionadamente masculina. La toma de la ciudad por los ingleses acentuaría esta última peculiaridad. Un número indeterminado pero sustancial de prostitutas remediaba como buenamente podía este inconveniente, manteniendo a buen recaudo los apetitos de forasteros y lugareños. En este contexto concurre el encuentro seminal de Thamacun: la marquesa conoce a Richard Megan, oficial británico con mando en plaza, y los acontecimientos que desembocan en la fundación de Cuba Inglesa confluyen hacia el futuro.

Antes de conocer a Megan la marquesa, todo hay que decirlo, había sido profundamente infeliz. Casada apenas rebasada la adolescencia con el marqués Florencio de Eugenia –un acaudalado cincuentón de origen mediterráneo-, a sus veintitrés años había alcanzado la resignación de oficio propia de las mujeres comprometidas por decreto. Pero fue ver a Megan, fue ver Megan a Eugenia, y la resignación de oficio desapareció sin dejar rastro. La súbita pareja, luego de una serie de vertiginosos encuentros amorosos, dejó atrás la clandestinidad del adulterio para instalarse, alborozada, en la clandestinidad de la fuga perpetua.

El británico y la cubana desaparecieron juntos la víspera del regreso del marqués de Eugenia, quien previamente había emprendido un viaje de negocios. Megan, el desertor, tenía un oscuro futuro profesional por delante. Beatriz, la infiel, debía enfrentar –o eludir- los rigores de una sociedad retrógrada, minuciosamente machista. Los ingleses, entretanto, abandonaban La Habana. Todo apuntaba hacia La Refundación.

Un nuevo y revolucionario burdel abría sus puertas. Lo llamaron La Casa del Cerdo.

Crónicas disidentes: Las vergüenzas de Thamacun

un texto de Gulliver

Un día se escribirá la verdadera historia y las crónicas infames, la propaganda demagógica y las loas panfleteras a El Hecho, alojadas en este foro, quedarán como lo que son: una infamia.

Cuba Central ha sido un semillero contaminado por todos y cada uno de los que pensaron que las palomitas que volaban eran de maíz: ¡ingenuos levitantes! Thamacun esconde sus vergüenzas y la Espantá -eso que llamáis Éxodo- tiene cuentas pendientes, Cuba Inglesa la mayor cuenta pendiente de todas.

Es un hecho probado que los nefastos CDR fueron ideados en Thamacun y, ¡qué casualidad!, también un 28 de septiembre, pero de 1958. Jugaron con fuego y terminaron en la pira de la vergüenza. ¿Los creadores? Todos, porque en su perseverancia reconquistadora no tuvieron límites. ¿Será por este hecho que El flautista de Hamelin fue una obra prohibida en Thamacun y los Hermanos Grimm son considerados escritores malditos? La respuesta es obvia.

Otro hecho probado y no menos importante fue la participación activa de estos cobardes en la creación de la Sala W. Tell, en la Biblioteca Nacional José Martí. Entrar en ella precisaba de ciertos códigos que no todos conocían, pues entre ellos había (hay) élites de un comportamiento claramente sectario. En dicha sala se encontraban incunables de un valor incalculable, cuyo contenido guardan celosamente, pues fueron sacados clandestinamente aprovechando el éxodo de Camarioca. Hace años que el British Museum reclama la propiedad de dichos documentos y el M5 está en ello. Esa sala y esos documentos son el origen de la Cuba de hoy, no lo duden.

Por último: El Magnicidio. Magnicidio es una palabra prohibida en Cuba Inglesa, fue borrada de su leguaje -dialecto de cirqueros de Northampton- y no existe ni siquiera en los códigos que usan para reconocerse. ¿Por qué? Porque ahí está la clave de su invisibilidad, de su permanente huída celestial. Quisieron pagar una deuda y no calcularon las consecuencias. Noviembre de 1963, Dallas.



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Sobre este blog

El Reducto que los ingleses se negaron a canjear por la Florida

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Autor: Armando Añel

Armando Añel

Escritor, periodista y editor. Reside en Miami, Florida.
letrademolde@gmail.com

 

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