La nota de la vedette
Armando Añel | 10/01/2009 16:46
Tags: Periplos
El vedetismo es tradición en Cuba. Y en esa tradición, a nivel político, Fidel Castro no tiene contrincante.
¿Quién se atreve a negar rotundamente que el autismo con que “el máximo líder” ha celebrado el cincuenta aniversario de su régimen no es más que un exabrupto de la vedette? No es cuestión de enfermedad, o no sólo, debería sospecharse. Se trata del enésimo capítulo de la comedia de suspense en la que se ha convertido “la revolución cubana”.
“Vestido de verde olivo, su hijo, Fidel Castro Díaz-Balart, de 59 años, fue quien encabezó la caravana que recorrió las calles de la capital para recordar la que hace 50 años entró en La Habana. Junto al primogénito de Fidel Castro, iban la voleibolista Regla Torres y el meteorólogo José Rubiera”, reportó AFP. ¿No parece todo esto consecuencia de una de las pataletas del pésimo humorista que es Fidel Castro?
En cualquier caso el vedetismo es también, entre las elites cubanas, una forma de expresión artística. No en balde cargan sobre sus hombros la herencia árabe y española, culturas en las que la autoestima personal -o la falta de autoestima- alcanza, a ratos, alturas desproporcionadas, y en las que la erótica de la representación juega un papel determinante. Elementos que, elaborados culturalmente, desembocan en la vedette.
La vedette necesita escenario, público y considerable atención. Y cuando no los tiene puede recurrir a las cabriolas más insospechadas. Sospecho, tenazmente, que la desaparición mediática del comandante en fecha tan señalada como el cincuenta aniversario de su régimen no es únicamente consecuencia de su condición física. A la vedette alguien, o algunos, no le han prestado suficiente atención, o hecho demasiado caso. Y ella no podía dejar de dar la nota.
Publicado en: Cuba Inglesa | Actualizado 10/01/2009 17:02