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Palin, una historia americana (actualizado)

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Mientras ondulaban banderas al fondo, en la gran pantalla que enmarcaba el estrado, John McCain clausuraba ayer la Convención Republicana con un discurso de intenciones. La primera de ellas: Rescatar la palabra “cambio” para la causa conservadora. Adicionalmente, su alocución estuvo marcada por lo que horas antes el senador cubanoamericano Mel Martínez definiera como un concepto prioritario en estas elecciones: La seguridad nacional. La paz, consideran Martínez y McCain, es un producto de la fortaleza.

El candidato republicano comenzó felicitando a Barack Obama. “Lo importante es que somos compatriotas, una asociación que valoro por encima de todas las otras”, dijo. Seguidamente, dio un golpe en la mesa: anunció lo que considera el proyecto norteamericano más ambicioso en décadas, que le ahorraría unos 700,000 millones de dólares anuales a unos Estados Unidos dependientes, energéticamente, de países y gobiernos que no le “tienen mucho aprecio”. “Vamos a perforar en la plataforma continental ahora”, subrayó McCain, que llamó la atención sobre los millones de empleos que una decisión de esa índole acarrearía. “Este es un plan ambicioso, pero los estadounidenses somos ambiciosos por naturaleza”.

La descripción, con moraleja incluida, de sus avatares en Vietnam mientras estuvo prisionero, aderezada con ese toque de humildad tan del gusto del norteamericano promedio, constituyó uno de los momentos cumbres de la alocución de McCain. El discurso en frases cortas:

-“Vamos a cambiar la forma en que se trabaja en Washington”.

-“El constante rencor partidista que nos impide resolver los problemas no es una causa, es un síntoma. Es lo que pasa cuando la gente va a Washington a trabajar para sí mismos en lugar de para ustedes”.

-“Creemos en la recompensa por el trabajo arduo y en los que asumen riesgos, y en propiciar que la gente se beneficie del fruto de su trabajo”.

-“Nada genera más felicidad en la vida que servir a una causa que lo trasciende a uno mismo”.

-“Me enamoré de este país cuando era prisionero en otro. Y lo amé no por las comodidades y la calidad de vida, sino por su decencia, por su fe en la sabiduría y en la justicia, por la bondad de su gente. Lo amé no como geografía, sino como idea por la que merecía la pena luchar”.

-“Agradezco al presidente de Estados Unidos por guiarnos en esos días oscuros que siguieron al peor ataque en la historia de Estados Unidos”.

-“Aquí nada es inevitable. Somos americanos, y logramos lo que nos proponemos”.

-“Estableceremos un nuevo estándar de transparencia en el gobierno”.

-“Como presidente extenderé mi mano a cualquiera que me ayude a poner este país nuevamente en marcha”.

-“Nosotros no claudicamos ante la Historia, no nos escondemos de la Historia. Nosotros hacemos la Historia”.

Palin, una historia americana

La Palin se las trae. La candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano es más dura que el roble. “Soy sólo una madre que reza por sus hijos”, enfatizó durante su discurso de aceptación de este miércoles, en Saint Paul, para enseguida confesar que se siente orgullosa de los militares norteamericanos. Más dura que el roble y tan familiar como aquellos cuentos infantiles: El perfil de hada madrina, los énfasis sobre los que giraba a medida que se sumergía en su oratoria, la enérgica cadencia de los lugares comunes. Sólo faltó la varita mágica.

Sarah Palin no defraudó en su intervención de ayer ante la Convención Republicana. Se le vio a sus anchas, implacable en su ofensiva contra el ticket demócrata. Previamente los ex candidatos a la presidencia Mitt Romney, y sobre todo Rudolph Giuliani, habían desbrozado el camino descargando artillería gruesa sobre la candidatura de Barack Obama. Según el ex alcalde de Nueva York, Palin “tiene más experiencia que los dos candidatos demócratas juntos. Ha liderado una ciudad y un Estado. Y ha reducido los impuestos y el gasto gubernamental”.

En cualquier caso, la de Palin es una historia americana. Con 44 años, es la primera mujer en correr una candidatura republicana para la vicepresidencia y la segunda a nivel bipartidista tras la demócrata Geraldine Ferraro, que lo hizo en 1984. También es la primera mujer gobernadora de Alaska (juró su cargo en 2006). Nacida en Idaho, en su niñez se trasladó con su familia al Estado más norteño de Estados Unidos. Creció en Wasilla, una ciudad de apenas diez mil habitantes.

Palin se estrenó en la política ganando un puesto en el Ayuntamiento de Wasilla, en 1992. Fue elegida alcaldesa de la ciudad cuatro años después, con sólo 32 abriles a cuestas. Sin experiencia nacional y con menos de dos años de recorrido como gobernadora, la candidata a la vicepresidencia, sin embargo, no se anda con chiquitas. Nada más asumir su cargo vendió por Internet el avión asignado a la gobernación, y se desembarazó de los servicios del cocinero particular del ejecutivo.

Puede haber una motivación extra en la elección de Sarah Palin por el equipo de John McCain. Ella, que ha enfrentado puntualmente a las empresas petroleras (“Palin ha combatido a las grandes compañías petroleras y ha luchado por el desarrollo de nuevas fuentes de energía”, dice el cubanoamericano Marco Rubio, presidente de la Cámara de Representantes de la Florida), es la gobernadora de un Estado en el que los republicanos quieren perforar.

A estas alturas, ya hay quienes se preguntan si esta vicepresidenta de armas tomar no opacaría la presidencia de McCain una vez en la Casa Blanca. “"Nuestro rival –dijo en referencia a Obama- ha escrito dos libros de memorias, pero no ha sido capaz de firmar un sólo proyecto de ley importante, ni siquiera en su propio Estado”.

En el ojo de la tormenta

De cualquier manera, los ataques contra la elección de Palin no se han hecho de rogar por estos días. “Desde su selección el viernes por McCain –indica la cadena hispana Telemundo en su página web- se supo de Palin que su marido, Todd, fue detenido cuando tenía 22 años por manejar borracho; que su hija soltera de 17 años está embarazada; que ella fumó marihuana y que su marido, y no ella, fue militante de un partido independentista en Alaska, entre otras cosas”.

Pero la candidata sabe hablar alto y claro. “No soy miembro del establishment político”, observó durante su discurso. “He aprendido que si no eres un miembro de la elite de Washington algunos medios te consideran un candidato sin cualificación. Pero tengo noticias para los reporteros y comentaristas: No voy a Washington a ganarme su aprobación, voy a Washington a servir al pueblo americano”.

La gobernadora admitió el pasado lunes que, efectivamente, su hija Bristol está embarazada de cinco meses, aunque matizó que se casará con el padre de la criatura, presente en la convención. Adicionalmente, Palin anunció ese mismo día la contratación de un abogado privado para que la represente en la investigación que se lleva en su contra, en torno a presuntos abusos de poder relacionados con el despido de su ex cuñado, agente del orden público.

En este apartado debe reconocerse la posición del candidato demócrata, Barack Obama, quien ha advertido a su campaña que no hurgue en la vida privada de Palin.

El discurso

"Supongo que ser alcalde de una pequeña comunidad es ser también una especie de organizador comunal, excepto que se tienen responsabilidades de verdad", dijo Sarah Palin en alusión a Obama, quien durante su juventud trabajó brevemente como organizador comunitario. La tónica del discurso de la gobernadora este miércoles, en Saint Paul, fue por el estilo, resaltando las carencias del ticket demócrata:

"Los terroristas de Al Qaeda conspiran para hacer un daño catastrófico a América”, señaló. “Mientras, Obama está preocupado porque a alguno de ellos no le lean sus derechos”.

El énfasis lo puso en la lucha contra la corrupción y la independencia energética. “Estados Unidos no debe quedar a merced de los proveedores extranjeros”, argumentó, y mencionó el caso de Venezuela. Dijo que, ciertamente, extraer petróleo no es la solución a largo plazo, pero que ello no es excusa para no hacer nada. Así, aseguró que una administración McCain-Palin instalaría más oleoductos, construiría más plantas nucleares, crearía más empleos con carbón limpio y avanzaría “en las fuentes de energía solar, geotérmica y otras alternativas”.

A pesar de los anuncios del candidato demócrata en sentido contrario, Palin insistió en que una hipotética administración Obama subiría los impuestos. “Hay candidatos que utilizan el cambio para promover su carrera”, observó. “Pero hay otros, como John McCain, que utilizan su carrera para promover el cambio”.

Las encuestas

Entretanto, el baile de las encuestas arrecia. Barack Obama, que ha entrado en una nueva racha ganadora, atraviesa su mejor momento en los sondeos desde finales de junio. Según la web RealClearPolitics, especializada en este apartado, el candidato demócrata saca ventaja de entre seis y nueve puntos a su rival republicano, 49,2% frente a 42,8%. Rasmussen establece una diferencia de cinco puntos porcentuales (48 a 43 a favor de Obama). Por su parte, CBS News apunta que el senador por Illinois aventaja a su oponente en ocho puntos.

CNN indica que el candidato demócrata va delante en dos Estados estratégicos: en Iowa, donde alcanza un 55% de aprobación contra un 40% de McCain, y en Minnesota, con 53% contra 41%.

En cualquier caso, el baile no se detiene, y el cierre de la Convención Republicana puede volcar nuevamente los sondeos. La carrera hacia la Casa Blanca apenas entra en su penúltima etapa.



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Autor: Armando Añel

Armando Añel

Escritor, periodista y editor. Reside en Miami, Florida.
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