Efemérides de la Contrarrevolución Cubana
Tras el triunfo de Castro en la guerra civil, el entusiasmo contrarrevolucionario recurrió a los medios con fuerza explosiva para multiplicarse, pero a la postre no se pudo acabar así con el Estado totalitario
El 5 de junio de 1976, unos clandestinos de verdad embarraron con un bombazo la sede de la Misión de Cuba en la ONU. Para 1979, la secuencia de acciones de igual naturaleza contra la misma sede llegó a seis y ahí paró. El precedente pudiera remontarse al 3 de abril de 1967. Ese lunes explotó una bombita oculta en un librito enviado por correo al jefe interino de la misión, Nicolás Rodríguez Astiazarain, quien escapó apenas con quemaduras [1].
Clandestinos en acción
Por aquel entonces Nueva York era un collage de clandestinos serios [2]. Aparte de los exiliados cubiches sonando a gente y locales de Castro, o de cualquier país en negocios con Cuba, los jóvenes de la Liga de Defensa Judía protestaban contra el maltrato en la URSS incendiado coches de diplomáticos del Kremlin y plantando bombas en oficinas de firmas que comerciaban con Moscú; los Combatientes por Croacia Libre secuestraban aviones y asaltaban a punta de pistola el consulado de Yugoslavia, así como ponían bombas en la Gran Terminal Central y dizque en el aeropuerto LaGuardia; los izquierdosos radicales de Weather Underground tiraban cocteles Molotov, detonaban bombas en lugares selectos y hasta se volaron ellos mismos —el 6 de marzo de 1970— al prepararlas en un townhouse de Greenwich Village; el Ejército de Liberación Negro robaba bancos y mataba policías; las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) repartían bombas —incluso en el restaurante Fraunces Tavern, el 24 de enero de 1975— para demandar la libertad de presos políticos y la independencia de Puerto Rico…
Así las cosas
A poco de reventar el bultico postal remitido a Rodríguez Astiazarain, Ignacio Novo —uno de los artífices del bazucazo que debió, pero no pudo interrumpir el discurso del Che Guevara en la ONU— voceó guerra contra el gobierno de Castro y de todo país relacionado con él [3].
El 15 de octubre de 1967 estalló una bomba en la oficina del Comisionado de Negocios de Cuba en Montreal (Foto) con la justificación declarada de liquidar a los agentes de inteligencia que venían enmascarados dentro de la delegación cubana a la Expo 67. Para el 22 de abril de 1968 principiaba la cadeneta de bombazos en Nueva York por el consulado mexicano y una agencia española de turismo. Cerca de esta pintaron una bandera de Cuba con letrero que rezaba: Poder Cubano. La rima siguió de madrugada en la televisora WNET (Canal 13), por transmitir una entrevista que dejaba bien parado a Castro, y se extendió a otras oficinas de México y España, así como de Japón, Canadá, Australia, Francia, Yugoslavia y —por supuesto— de Cuba.
La candela cogió incluso a locales americanos con tufo de izquierda. Hubo bombazos en la librería Jefferson [Calle 16 # 100 Este] y en la editorial Grove Press [University Place # 80]. Casi de inmediato alguien llamó a Associated Press (AP) para puntualizar que así los comandos del Movimiento Nacional de Coalición Cubana (MNCC) empezaban los actos conmemorativos del 26 de Julio. Quizás porque liberal daba aquel tufo, tocó el turno al West Side Liberal Club [Broadway # 2328], donde radicaba una sociedad de socorro anticomunista que había ayudado a más de cinco mil judíos cubiches a zafarse del castrismo.
Para diciembre de 1972, otros clandestinos de verdad [Gobierno Secreto de Cuba] regaron por Nueva York, Miami y hasta Montreal bombas entre oficinas de envío de paquetes a Cuba. Esta vez AP recibió una carta de advertencia: “No more packages for Cuba [pues] hacer negocios con la tiranía comunista que oprime a Cuba significa reconocerla como gobierno legítimo”. En julio de 1973, estos clandestinos metieron bombazo en un local [Calle 43 # 310 Oeste] del sindicato de trabajadores de hospitales y farmacias, que había arrendado un espacio para exposición sobre el XX Aniversario del nacimiento de la revolución cubana.
Sólo que la policía iba aprendiendo y la víspera del evento “En Concierto con Cuba”, por otro aniversario del asalto a los cuarteles de Santiago de Cuba y Bayamo, agentes del orden público pescaron a tres exiliados cubanos intentando prender la mecha de una bomba en las afueras de la sede del evento: una Academia de Música en la Calle 14 Este.
Omega 7
Para el 11 de septiembre de 1974, un septeto nacional cubano formó en Newark (NJ) el grupo clandestino de verdad Omega 7. Se estrenaría el 1º de febrero de 1975 en Nueva York con bombazo contra el consulado de Venezuela por haber restablecido relaciones diplomáticas con La Habana. Además de los precitados atentados contra la Misión de Cuba en la ONU, Omega 7 abundaría en acciones que fueron desde un bombazo en la sala Avery Fisher (Lincoln Center), para cancelar la presentación de la Orquesta Aragón, hasta detonar explosivos debajo del casco de un carguero soviético atracado en Port Elizabeth.
Así como el MNCC se desbandó tras la voladura del diplomático chileno Orlando Letelier, Omega 7 quedaría desarticulado luego de que dos clandestinos sonaran bombazo en el consulado cubano de Montreal y fueran detenidos de regreso a USA. Por este hilo se sacó el ovillo y el enjuiciamiento criminal del jefe del grupo, Eduardo Arocena, cerró otro episodio de clandestinos cubanos sin usar sangre de cerdo.
Coda
Tras el triunfo de Castro en la guerra civil, el entusiasmo contrarrevolucionario recurrió a los medios con fuerza explosiva para multiplicarse, pero a la postre no se pudo acabar así con el Estado totalitario. Hoy en día la esperanza anda por los medios digitales.
Notas
[1] “Cuban Official at United Nations Slightly Burned by Explosion of Package Sent through the Mail”, New York Times, 4 de abril de 1967
[2] Vid.: Kroessler, Jeffrey A.: Bombing for Justice: Urban Terrorism in New York City from the 1960s through the 1980s, CUNY: John Jay College of Criminal Justice (2014)
[3] “Cuban Exile Groups Plan Wide Sabotage Campaign”, New York Times, 17 de abril de 1967.
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