Actualizado: 17/05/2024 12:58
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Testigo Directo

La nueva 'electrificación'

Los cubanos responden a los experimentos gubernamentales con más y mejores fórmulas para seguir robando y subsistiendo.

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Otros, ante el irremediable retiro de los balones de gas, optan por ajustarse a la etapa de "electrificación" y escogen uno de los siguientes caminos: pagar al empleado de la empresa eléctrica para que cuando lea el reloj "se equivoque adrede", ponga una cifra inferior y así poder conectar los equipos de aire acondicionado, congeladores, lavadoras, sin que el bolsillo sufra demasiado.

La segunda opción, según Bertha, es que el empleado de la empresa eléctrica "arregle el reloj". O sea, ponga el contador "ralentizado" y marque "a cámara lenta" la realidad del consumo. "Pero la mejor, aunque más cara posibilidad, agrega esta cubana, consiste en llevar la electricidad a la casa desde el alumbrado público a través de un túnel que se entierra desde el poste. Va por dentro de la pared y desemboca en la casa del consumidor. Este trabajo cuesta 50 pesos cubanos convertibles, o sea, unos 50 euros".

Así, de un plumazo, los habitantes de Arroyo Naranjo encontraron soluciones "reales" al proyecto lanzado por el PAEC, que era, al parecer, simple pero "irreal": instalar en 2006 nuevas capacidades para generar energía eléctrica, modernizar las plantas instaladas, desarrollar un programa de ahorro de energía y con esta triple estrategia promover el descenso de las tasas de crecimiento de la demanda.

¿Ahorrar lo que no existe?

Lo que sucedió en realidad, según un experto del Ministerio de la Industria Básica que no se quiere identificar (MINBAS), es que el PAEC chocó con un imponderable: ¿cómo ahorrar lo que no existe? Dicho en otras palabras, empezó por el final. Y admite que "Cuba vive en la actualidad una crisis electroenergética quizás peor que la de principio de los años noventa".

¿Causas? Según esta fuente, "cinco de las 10 plantas generadoras de electricidad en Cuba datan de antes de 1959, con un tiempo de servicio de 55 años (el promedio de servicio de una planta eléctrica, con mantenimiento adecuado, es de 35 años). Además, las roturas son muy frecuentes debido al uso de petróleo cubano como combustible, que contiene un alto nivel de azufre (de 9 a 12%), lo cual destruye las calderas y los componentes del sistema de generación.

Por otro lado, continúa, las refinerías cubanas, debido a roturas y falta de piezas, hacen muy costosa la operación, dada la anticuada tecnología soviética de que disponen. ¿La solución final? "Renovar toda la infraestructura, a un costo de 1.500 millones de dólares, algo imposible en estos momentos para el país".

Mientras tanto, los vecinos de Arroyo Naranjo recibieron otra "arma" para bajar sus cuentas de electricidad: bombillas de neón, en vez de las bombillas incandescentes, para alumbrar sus casas.

Como siempre, las nuevas bombillas que ahorran fueron "vendidas a precios subsidiados" y las incandescentes, igual que los refrigeradores americanos y las cocinas de gas retiradas, que debían ser destruidas, fueron a parar a manos de las mafias del mercado negro, que ahora ofertan estos artículos a los ciudadanos que viven fuera del "experimento".

"Ni en Macondo ocurrieron cosas tan locas", comentó Bertha como despedida.


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