Actualizado: 28/03/2024 20:04
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Cambios, Aniversario, Decreto

¿Primeros síntomas?

Lo que muchos hemos llegado a creer que es imposible, puede dejar de serlo cuando lo creemos posible

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El pasado 16 de noviembre publiqué en esta revista “¿Inminentes hechos trascendentales en Cuba?” (https://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/inminentes-hechos-trascendentales-en-cuba-334158), donde hacía una predicción sobre cambios profundos o, en su lugar, estallidos de protestas multitudinarias en un período de uno o dos años, y me basaba en cinco factores:

  • La ausencia del único capaz de mantener la unidad de las diferentes facciones del poder y de controlar cualquier situación crítica de descontento popular.
  • La frustración de las expectativas creadas, primero por la parálisis o retroceso de los cambios aperturistas de la reforma raulista tras el VII Congreso del Partido, y segundo, por la ingenua creencia de que el supuesto pase de mando a Díaz-Canel, no sólo significaba un cambio generacional, sino, además, de perspectiva.
  • La agudización de la crisis energética debido al quiebre económico del principal suministrador de petróleo, el régimen de Nicolás Maduro.
  • El cierre de la válvula de escape de éxodos masivos con que el régimen aliviaba las tensiones internas.
  • Y finalmente, el acceso gradual de la población a la tecnología de las telecomunicaciones, que no sólo rompió el monopolio gubernamental de la información, sino, además, abrió la oportunidad, tanto a la intercomunicación entre los cubanos como a medios propios de difusión como los blogs, las páginas webs y participación en las redes masivas.

No pasó un mes para que se produjera lo que a mi juicio es el mayor desafío de la sociedad civil contra el Partido-Estado: cientos de transportistas de Ciudad Habana y otras provincias se declararon en huelga exigiendo, entre otras demandas, el derecho a crear un sindicato independiente: “Amigos transportistas, a partir del día 7 de diciembre de 2018, estaremos al menos, 10 días de huelga en toda Cuba”. Terminaba con este desafío: “¡¡¡Abajo el bloqueo del gobierno cubano contra nosotros!!!” Y el llamamiento estaba dirigido a “boteros, choferes de cooperativas y de guaguas estatales, los motoneros, camioneros de pasaje y conductores todos”. El llamado era una reacción de protesta contra lo que la población calificó como “el paquetazo”, un conjunto de medidas para un mayor control de los cuentapropistas que, según se anunciaba, serían efectivas a partir del 7 de diciembre. Los boteros, con autos del siglo pasado, se habían hecho imprescindibles ante el déficit del transporte público. Ahora recorrían las vías con los autos vacíos, sin recoger pasajeros. El “trancón”, como empezó a llamarse, creó, por tanto, una situación caótica. El régimen desplegó por las vías un ejército de policías e inspectores, pero los choferes pretextaban roturas o urgencias en el hogar, para no recoger clientes. Aunque fue sólo una demostración de fuerza, es claro que se trataba de una advertencia de lo que los trabajadores, unidos, podrían ser capaces si el gobierno se niega a dar pasos efectivos para realizar los cambios requeridos. Por otra parte, es muy probable que, aunque el poder niegue el derecho a un sindicato independiente, los trabajadores terminarán por crearlo sin necesidad de permiso, porque los derechos ya existen por naturaleza. Sólo se requiere la voluntad de empezar a practicarlos.

La huelga coincidió con la lluvia de protestas de artistas contra el Decreto 349, también con fecha de 7 de diciembre para hacerse efectivo, que obligaba a todos los artistas a afiliarse a alguno de los organismos oficiales de la cultura y a pedir permiso para las presentaciones, ya fuese de músicos o artistas plásticos. Se produjeron manifestaciones frente al Ministerio de Cultura (“La Sentada”), así como críticas en los numerosos blogs, entre ellos, incluso, algunos que regularmente han estado apoyando al régimen.

La alarma en la cúpula gubernamental se hizo evidente. En la Mesa Redonda del miércoles 5, la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Margarita González Fernández, anunció pasos atrás en algunas de las medidas contra los cuentapropistas, y el viernes 7, la Mesa Redonda presentó al ministro de Cultura, Alpidio Alonso, para anunciar que el Decreto 349 sólo se aplicaría de manera consensuada y gradual.

Por otra parte, fue muy coincidente que el mismo día 7, ETECSA, la empresa gubernamental de las telecomunicaciones, abriera al público la oferta de la navegación web en los teléfonos móviles, una concesión que el gobierno había negado a la lluvia de demandas de la ciudadanía, lo cual indicaba claramente que se pretendía distraer la atención de la población de la tormenta de protestas. Aunque los precios eran altos, significaba, a mediano plazo, un paso muy importante en el empoderamiento de la sociedad civil, lo cual es uno de los cinco factores importantes para el cambio, expuestos en mi artículo de marras.

Estas protestas no terminan aquí, sino que constituyen el primer síntoma, a pocos días de que el grupo que gobierna cumpla 60 años en el poder, de los grandes cambios que pueden sobrevenir sin que tengamos que esperar mucho tiempo. Lo que muchos hemos llegado a creer que es imposible, puede dejar de serlo cuando lo creemos posible.


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