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Cuba necesitaría duplicar su capacidad hotelera para recibir turistas estadounidenses

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Cuba tendría que elevar considerablemente su capacidad hotelera si Washington levanta el embargo y se produce una avalancha de turistas estadounidenses, dijo el viceministro de Turismo, Oscar González, en una entrevista concedida a la agencia Reuters.

La Isla recibió 2,2 millones de turistas en 2006, sobre todo procedentes de Canadá y la Unión Europea.

El número de estadounidenses que viajan a Cuba a través de terceros países como México o Bahamas descendió en los últimos años de 100.000 a 30.000, dijo González.

Pero algunos expertos calculan que si Washington eliminara sus sanciones de cuatro décadas contra Cuba, más de un millón de estadounidenses podrían visitar la Isla durante el primer año y otros tres millones en los cuatro años siguientes.

Para responder a esa demanda, Cuba debería al menos duplicar su capacidad actual, de unas 42.000 habitaciones.

"Recibir cinco millones de turistas puede implicar que tengamos que hacer 80.000 o 100.000 habitaciones", dijo el viceministro.

No obstante, "tenemos tiempo para hacer las habitaciones que se requieran para el día que eso ocurra", consideró el funcionario.

"La maquinaria que ha montado el gobierno de Estados Unidos para impedir que sus ciudadanos viajen a Cuba es infernal y les va a tomar un poquito de tiempo desmontarla", dijo.

La Habana abrió el turismo a la inversión extranjera a principio de los años noventa, como respuesta a la crisis económica desatada por la desaparición de la Unión Soviética.

Actualmente, el sector es una de las mayores fuentes de ingresos de divisas del gobierno.

La gestión y expansión de la industria cubana del turismo se basa desde hace unos 15 años en la asociación con empresas como las españolas Sol Meliá o Iberostar.

"Casi el 50 por ciento de las habitaciones en Cuba hoy están administradas y comercializadas por cadenas extranjeras", dijo González.

"Seguimos abiertos a que las cadenas que nos aporten mercado y prestigio administren hoteles en Cuba", añadió. Quienes tienen ya un pie en la Isla, dijo, seguirán "teniendo un espacio" el día que Estados Unidos levante el embargo.

El número de turistas recibidos por Cuba en 2006 bajó un 3,6% respecto a 2005, la primera caída desde el 2002, cuando la industria mundial fue sacudida por los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos.

Según el viceministro González, se trata, en parte, de un problema de cálculo.

El récord de 2,4 millones de visitantes en el 2005, indicó, incluía a unos 100.000 latinoamericanos que viajaron a Cuba para operarse gratuitamente de la vista a través de la Operación Milagro.

"Cuba está ahora contribuyendo a la continuidad de la Misión en otros países, por eso la cifra disminuye", dijo.

Otros factores como el alza del petróleo, que encareció el costo de los pasajes aéreos, o el mal recuerdo de la violenta temporada de huracanes de 2005 en el Caribe también afectaron al turismo en Cuba, según el funcionario.

La Isla ha encontrado también dificultades para promocionar su oferta de sol y playa.

"Hay cierto encasillamiento: cuando se piensa en sol y playa los operadores piensan en otros destinos del Caribe", dijo González.

Por otra parte, el fortalecimiento del euro ha encarecido la oferta turística de Cuba frente a otros competidores como México o República Dominicana, con sus costos en dólares.

"Sin duda, cuando baja el dólar o sube el euro hace que para los europeos otros destinos sean más baratos", afirmó González.

Las autoridades turísticas de la Isla esperan remontar el bajón del 2006 y recibir a unos 2,4 millones de turistas en 2007.

"Estamos haciendo una revisión de la relación calidad precio de los servicios turísticos en el país", dijo el viceministro.