Disidentes se declaran 'decepcionados' por la actitud del comisario europeo

Representantes de la oposición interna cubana se declararon el domingo "decepcionados" con la visita a la Isla del comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, el belga Louis Michel, a quien criticaron por haber regresado a Bruselas sin reunirse con ellos, reportó EFE.

El líder de Movimiento Cristiano Liberación (MCL), Oswaldo Payá, dijo a EFE que si la actitud Michel "es un anuncio de la postura que va a tener la Unión Europea (UE) a partir de ahora, entonces estará abandonando una línea ética y desconociendo los derechos de los cubanos".

"No pedimos ni mendigamos una entrevista, pero creo que siendo (Michel) representante de ese nivel, parece estar marcando una línea de exclusión que es la regla que ha puesto el régimen cubano para hacer lo que llaman una relación normal" con UE, afirmó Payá, Premio Sajarov 2002 del Parlamento Europeo.

Oscar Espinosa Chepe, miembro del grupo de 75 disidentes encarcelados en la primavera de 2003, lamentó que la visita de Louis Michel resultara "decepcionante".

"Se ha ignorado a un sector de la sociedad cubana y solamente se ha escuchado al gobierno de Cuba", añadió el economista independiente, excarcelado en 2004 por motivos de salud.

Se "habla de posibilidad de cambio de política cuando siguen los presos en las cárceles en una situación injusta" y además "viene un representante de la Comisión Europea y no nos ha escuchado", señaló Espinosa Chepe.

Michel llegó a Cuba el jueves para una visita oficial de tres días, durante la cual se reunió con el vicepresidente Carlos Lage, el canciller, Felipe Pérez Roque, y el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón, entre otras autoridades, pero no con representantes de la disidencia.

Lo mismo ocurrió dos semanas antes con el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, también criticado por los opositores por acercarse al gobierno.

El comisario europeo aseguró en La Habana que hará "todos los esfuerzos para convencer a los países miembros de la UE" de que las medidas de 2003, suspendidas dos años después pero aún vigentes sobre el papel, son un obstáculo para normalizar las relaciones con el gobierno cubano.

Payá afirmó que "no pasaron de ser simbólicas" esas sanciones que impuso la UE a Cuba en 2003, a raíz del encarcelamiento de los 75 disidentes, condenados a penas de hasta 28 años, y la ejecución de tres hombres que secuestraron una embarcación de pasajeros para intentar escapar de la Isla.

"Nunca pedimos que se aislara o se perjudicara al pueblo de Cuba y esas medidas no lo perjudicaban, pero si alguna vez tuvieron un simbolismo, ahora parece que Louis Michel y otros no quieren ni siquiera el símbolo", subrayó Payá.

El dirigente opositor agregó que las sanciones "que hay que eliminar son las injustas impuestas a los prisioneros políticos defensores de los derechos humanos y la de 50 años que hasta ahora pesa sobre el pueblo de Cuba, al que no se le reconocen sus derechos".

Miriam Leiva, de las Damas de Blanco, que agrupa a mujeres familiares de los condenados en 2003, consideró "muy preocupante" que Michel "contraiga compromisos sin tener resultados apreciables, como la liberación de los prisioneros de conciencia cubanos y el respeto real de los derechos humanos".

"Parece que el comisario ha aceptado las promesas del gobierno cubano y se ha comprometido a influir para cambiar la posición de la UE. Esperamos que en el Parlamento Europeo y la UE primen la sensatez y no legitimen a un gobierno que mantiene la misma situación de marzo de 2003", dijo Leiva.

Martha Beatriz Roque, líder de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, dijo a EFE que para ella la visita del comisario Michel fue "nada".

Roque afirmó que no podía "valorar nada" porque los opositores no saben "ni siquiera cual ha sido el objetivo de la visita".

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