Divergencias sobre los cambios en la política de EE UU hacia la Isla

Representantes del exilio manifestaron opiniones encontradas sobre los posibles cambios en la política de Estados Unidos hacia la Isla, a propósito del proyecto de ley que eliminaría las restricciones a los viajes y las remesas, aprobado ya por la Cámara de Representantes estadounidense y que se dirige ahora al Senado.

Francisco Pepe Hernández, presidente de la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), dijo que su organización está de acuerdo con las modificaciones a la política para propiciar cambios dentro de la Isla.

Este semana, el Brooking Institution presentó su informe la "Política de Estados Unidos hacia Cuba en Transición", que aboga por el fin del embargo comercial y las restricciones de viaje a la Isla, y revisar la inclusión de Cuba en la lista de naciones terroristas, "a fin de servir mejor los intereses estadounidenses, del pueblo cubano y del hemisferio", anunció la institución.

Sobre esta propuesta, algunos grupos afirman que beneficiarán a los más oprimidos de la Isla y otros la califican de "bochornoso intento de ayudar a una dictadura".

"Sin duda alguna estamos a favor. La FNCA se pronunció en desacuerdo con las restricciones impuestas por el ex presidente George W. Bush en el 2004 que impiden a los cubanos tener una relación familiar más fluida", comentó Hernández, quien participó en la redacción del informe Brooking.

El político opina que con los cambios previstos los cubanos que residen en EE UU podrán ayudar a sus "hermanos en la Isla y hasta cierto punto convertirnos en agentes de cambio con nuestra participación, ayuda, ejemplo y la experiencia que tenemos de vivir en libertad", agregó Hernández.

En su opinión, cuando Washington dé los primeros pasos es posible que el gobierno cubano tenga un cambio de actitud con respecto a su discurso político.

"Si se adoptan las medidas, y creo que ciertamente será así, porque esa fue la promesa de Obama como candidato, y hay un mensaje de una mano extendida por EE UU, la cúpula del gobierno cubano va a perder el discurso político y la excusa que ha tenido durante tanto tiempo de la confrontación", señaló.

Por su parte, Ninoska Pérez, dirigente del Consejo por la Libertad de Cuba (CLC), duda de que el régimen de los Castro dé pasos en la misma cuerda de la flexibilización de la política estadounidense.

Las recomendaciones del informe de Brooking son un "bochornoso intento de tratar de salvar la permanencia del régimen de Fidel Castro", apuntó Pérez, para quien también resulta "bochornoso" el proyecto de ley de presupuesto de EE UU.

En el informe, "todo es: vamos a quitarle de la lista de países terroristas, facilitarles el crédito, vamos a permitir que las grandes compañías petroleras puedan ir a explorar las costas, pero para los cubanos todos es lento y paulatino. Si de verdad quisieran hacer algo por Cuba, se preocuparan más por lo que está padeciendo ese pueblo", dijo.

Según Pérez, el proyecto de ley de la administración Obama "es un arreglo de trastienda para facilitar que la gente pueda violar la ley y que nadie los haga pagar las consecuencias. Lo que no se entiende de este tipo de cambios es que siempre favorecen a una dictadura. ¿Por qué siempre es así y no favorecen a las víctimas de esa dictadura?", se preguntó.

En tanto, Tomás Bilbao, director ejecutivo de Cuba Study Group, consideró que la Casa Blanca debe tomar unilateralmente aquellos pasos que estén en el interés nacional del país y que ayuden al pueblo cubano, como el levantamiento de las restricciones de viajes.

De acuerdo con Bilbao, se trata de una medida con la que están de acuerdo los cubanos de la Isla y los líderes de la disidencia.

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