Testigos declaran sobre fondos vinculados con atentados a hoteles en Cuba

Un testigo declaró el jueves en el juicio contra el anticastrista Luis Posada Carriles que envió miles de dólares a El Salvador a una persona llamada Ramón Medina, un alias del exiliado, en fechas que coinciden con los atentados con bombas en Cuba en 1997.

Oscar de Rojas, contador de un empresario de Nueva Jersey, dijo que efectuó entre 10 a 12 envíos de marzo a septiembre de ese año, por 800 dólares cada uno, mediante una empresa de transferencia de dinero para un total de 9.600 dólares.

Por su parte, Omar Vega, agente del FBI encargado del caso de Posada Carriles, dijo que un total de 18.900 dólares fueron transferidos a Medina por orden del empresario Arnaldo Monzón que falleció en el 2000.

El agente precisó en el tribunal de El Paso (Texas) donde se realiza el juicio, que la información de las trasferencias se obtuvo como parte de la investigación para determinar si los fondos utilizados en los ataques a hoteles de Cuba se financiaron en parte desde Estados Unidos.

Vega explicó que todas las trasferencias se realizaron entre octubre de 1996 y septiembre de 1997 desde Nueva Jersey.

No explicó, sin embargo, si algunas de esas trasferencias incluían las mencionadas por De Rojas en su testimonio o si se trataba de operaciones adicionales.

De Rojas aclaró que aun cuando la mayoría de las trasferencias tuvieron como destinatario a Medina, una de ellas fue enviada a una persona llamada Francisco Chávez que aseguró no conocía.

Francisco Chávez Abarca ha sido identificado como un asociado en Centroamérica del anticastrista y está preso en Cuba tras presuntamente declarar su participación en los atentados.

De Rojas también dijo que no conocía a Posada Carriles y que nunca tuvo comunicación con él, además de revelar que llegó a sentir inquietud por las constantes trasferencias a Centroamérica.

En la jornada del jueves la jueza de nuevo se reunió en la sala sin la presencia del jurado con otro de los abogados defensores del ex agente de la CIA, Felipe Millán, quien pidió anular el testimonio de Antonio Álvarez previsto para los próximos días.

Álvarez planea testificar que presuntamente vio a Posada Carriles llevar material utilizado para ensamblar bombas a la oficina que compartían en Guatemala en 1997.

La Fiscalía Federal intenta vincular a Posada Carriles con los atentados y llamará al estrado a la periodista Ann Louise Bardach para preguntarle sobre la entrevista al cubano-venezolano en Aruba, en 1998, en la que reconoció su participación en el envío de explosivos a Cuba.

Millán dijo que el testimonio de Álvarez no sería imparcial, toda vez que de acuerdo a documentos de fuentes confidenciales no reveladas del FBI, “había sido amante de la hija de una hermana del ex mandatario Fidel Castro”.

El fiscal Jerome Teresinski replicó que esa no era razón para impedir la presentación del testigo que viajó desde Guatemala a EEUU.

La defensa de nuevo reclamó que la Fiscalía ha retenido, en ocasiones “de manera deliberada”, documentos que incluyen aspectos relacionados con el testimonio de Álvarez y que debido a ello, dijo, podría no representar de manera efectiva a su cliente.

Adicionalmente, la jueza Kathleen Cardone autorizó a la defensa viajar a Guatemala para interrogar a Cecilia Canel Pelen, quien fuera secretaria de Álvarez y que en una moción dijo que la letra en el fax firmado “Solo” era la de su jefe y no de Posada Carriles.

Posada Carriles enfrenta cargos por presuntamente mentir en su petición de asilo político en 2005, cuando aseguró no haber solicitado a otra persona trasladar artefactos explosivos en Cuba, y también en su solicitud de la ciudadanía estadounidense.

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