Silencio, hay dengue
¿Cuántas víctimas serán necesarias para que el gobierno informe sobre la epidemia que azota el país?
Mientras la prensa oficial publicaba en sus primeras planas la graduación de miles de nuevos médicos, tanto cubanos como de otros países tercermundistas —egresados de las escuelas de medicina de la Isla—, una severa y silenciada epidemia de dengue azotaba a la población.
El discurso pronunciado por José Ramón Balaguer, ministro de Salud Pública y uno de los señalados por decreto "divino" en la proclama del pasado 31 de julio para impulsar los programas de este sector, no podía ser más cínico: "Si no se implementa un sistema para formar médicos como ha hecho Cuba, el porvenir de los pueblos es incierto, porque entre las epidemias y la marginación social, la salud de los pobres del planeta está constantemente amenazada".
Aunque ningún medio de comunicación oficial ha mencionado la epidemia de dengue que se extiende por el país, algunas cifras oficiosas calculan en unos 8.000 sólo los casos reportados en Ciudad de La Habana.
Las constantes fumigaciones aéreas, las inspecciones a viviendas y centros de trabajo por parte de grupos especiales destinados a la campaña para combatir el mosquito Aedes Aegipty, y la movilización de militantes del Partido Comunista para apoyar dichas inspecciones y erradicar los focos de proliferación, evidencian una situación alarmante en relación con una enfermedad que hace varios años viene cobrando fuerzas en Cuba.
¿Cuántos enfermos y muertos serán necesarios para que se reconozca que estamos en presencia de una epidemia?
Prohibidas las alarmas
Los inspectores que visitan las viviendas, al ser interrogados acerca del silencio que mantienen los medios, responden que no se ha informado oficialmente de la epidemia para no crear alarma en la población. Sin embargo, los ciudadanos están más que alarmados ante la presencia constante de avionetas de fumigación sobrevolando la ciudad y las casi diarias visitas de inspectores de salud a los domicilios.
Se conoce vox pópuli que los hospitales han establecido una especie de alerta, con la habilitación de gran cantidad de camas para atender los casos de dengue que constantemente llegan a los cuerpos de guardia. El hospital Salvador Allende (Covadonga) es uno de los principales receptores de víctimas de la epidemia, con la mayoría de sus pabellones repletos.
Otra inquietante información que corre entre la población es el número de muertos por dengue hemorrágico, de los que —al parecer— hay reportes en toda la Isla. Se dice que Santiago de Cuba es una de las ciudades más afectadas, y también la capital.
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