Coreógrafo cubano triunfa en Chicago con la compañía River North Dance

Frank Chaves lleva a Cuba en la sangre, a pesar de haber salido de La Habana a los seis meses de edad y de haberse criado en Estados Unidos, donde hoy triunfa como coreógrafo y director artístico de la compañía River North Dance de Chicago.

“Cuanto más pasan los años más me doy cuenta de mis raíces latinas”, dijo hoy Chaves, de 51 años, en una entrevista telefónica con Efe desde Berlín (Alemania), donde se encuentra de gira con su compañía.

River North Dance anunció para los días 3, 4 y 5 de noviembre el regreso a Chicago de su cuerpo de baile después de presentaciones exitosas en Corea, Alemania y Suiza.

En el escenario habrá desde danza contemporánea, como “Super Straight is coming down”, que Chaves interpretó en 1989 cuando era bailarín del Hubbard Street Dance Chicago, a una coreografía de su autoría como tributo al gran músico de jazz Miles Davis, llamada “Simply Miles, Simply Us”.

Chaves compuso esta pieza el año pasado, comisionado por teatros de Chicago y Michigan para un festival que festejó el 85 aniversario de Miles, “algo difícil y complejo que pude encarar por mi preparación como bailarín pero también músico de jazz”, dijo.

No faltará el tango rioplatense, “Al sur del Sur”, con 11 bailarines en cinco movimientos y coreografía de los argentinos Sabrina y Rubén Veliz.

Las piezas “Dúo de amor”, “Eduardo y Juliana” y “Vuelvo al Sur” son composiciones del argentino Ástor Piazzola, además de “Ma y Pa” de Roberto Álvarez, “A la sombra del fueye,” de Víctor Lavallen, y “Pavadita”, de A. Aieta.

“Me encanta el tango, siempre he sido un fanático de ese baile romántico y sensual y creo que hemos logrado un trabajo fantástico, lo más auténtico posible con bailarines clásicos”, dijo Chaves.

La familia de Chaves salió de Cuba en 1960, en el último vuelo autorizado por el nuevo gobierno de Fidel Castro, que, sin embargo, retuvo a su padre durante varias horas en el aeropuerto.

Junto a sus dos hermanas, padre y madre, Frank vivió en Miami durante siete años, y luego seis años en Atlanta, Georgia, donde sus padres fueron profesores universitarios.

“Mi padre era un artista frustrado, con una madre concertista, que le encantaba el ballet y la música clásica y quien me llevó a los 7 años a ver la ópera La Boheme por primera vez. De ahí me viene el amor por el arte”, dijo.

A los 13 años de edad, Frank tocaba violín, clarinete y saxofón y cuando comenzó a estudiar en la Universidad de Miami pensaba “que iba a ser músico, porque llegué a tocar oboe en la sinfónica” estudiantil.

Sin embargo, “como todo cubano me encantaba bailar y era muy bueno en las fiestas familiares, aun sin tomar clases”.

A instancias de compañeras de estudio en la Universidad del Sur de la Florida, en Tampa, comenzó a bailar jazz, “me capacité y también aprendí las combinaciones de la danza clásica”.

Frank abandonó la universidad para volver a la casa de sus padres en Miami y ahorrar dinero, “porque ya tenía 20 años y no me era posible bailar entre 5 y 6 horas por día”.

Según recuerda, sus profesores entendían que era tarde para comenzar con el baile clásico, una disciplina donde los bailarines se inician entre los 5 y 10 años de edad.

“Pero lo pude hacer, fue increíble, y aunque jamás lo imaginé llegué a convertirme en coreógrafo y director artístico de una gran compañía”, agrega.

Antes de radicarse en Chicago, Frank integró el Ballet Hispano de Nueva York y el Filadelfia Jazz Group.

En esta ciudad bailó en Giordano Jazz y Hubbard Street Dance hasta vincularse con River North en 1992 como coreógrafo. Un año después tuvo que abandonar el baile por una lesión en la pierna derecha convirtiéndose en codirector artístico entre 1994 y 2001.

“Ya no pude bailar 8 horas por día como exigía la disciplina, pero siempre me encantó la idea de enseñar y hacer coreografía”, dijo.

Frank Chaves es director artístico desde 2001, siempre con un repertorio “donde los ritmos latinos siempre están presentes”.

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