El futuro de Cuba, entre los temas del Festival Latino de Chicago

El Festival de Cine Latino de Chicago arranca este viernes su 27ª edición, en la que apuesta por creaciones de los nuevos talentos que emergen en América Latina y España.

Cada primavera, la “ciudad del viento” recibe lo más reciente e innovador del cine latino, con el objetivo de potenciar a directores noveles, y dar a conocer la realidad de los países donde se han rodado los filmes.

Así lo explicó el director del festival, Pepe Vargas, para quien estos catorce días de cine latino representan una oportunidad “única” de ver historias sociales en las pantallas de EEUU, donde “predominan” las películas comerciales.

“En este país cada vez hay más violencia, sexo y sangre en el cine, por eso nosotros seleccionamos para el festival otro tipo de películas: filmes que hacen pensar, que te enseñan realidades que de otro modo no conocerías”, dijo Vargas.

Desde este viernes y hasta el próximo 14 de abril, podrán verse en Chicago más de 120 películas de directores latinoamericanos y españoles, una cuarta parte de los cuales acude al festival con su primera obra.

“Estamos asistiendo a una explosión de talento en el cine latino, de ahí nuestra apuesta por los nuevos creadores, queremos que este festival pueda ser su trampolín a una carrera exitosa”, afirmó el director, que ha tenido el evento bajo su batuta desde sus inicios.

Vargas es crítico con el cine que fabrica la industria de Hollywood, por lo que ve este festival como un contrapunto a los filmes que reinan de manera habitual en la cartelera estadounidense.

La inmigración, el narcotráfico, o el futuro de Cuba son algunos de los temas que más se repiten en las películas de esta edición, que también se detiene en asuntos menos explorados en el séptimo arte, como el autismo y el síndrome de Down.

“El tema de la discapacidad no sólo es difícil de tratar, sino que además no vende, por lo que estas películas cumplen una de las misiones de este festival: que la sociedad se humanice sin caer en la compasión”, consideró Vargas.

La vocación social y pedagógica de la cita se evidencia también en las secciones temáticas, dedicadas al cine que versa sobre la homosexualidad y a las películas dirigidas por mujeres, que en esta edición sumarán una docena.

Para Vargas, el auge del cine firmado por mujeres es algo que se está dando en el ámbito latino, pero no en la industria de Hollywood, en la que, a su juicio, “persiste el machismo en mayor medida”.

El Festival de Chicago se ha consolidado como una de las grandes citas anuales del cine latino en EEUU, y ha logrado que el 40% de su público sea de origen no hispano.

Las películas se proyectan en versión original con subtítulos en inglés, de manera que este año podrá oírse español, portugués y catalán en las seis salas donde se desarrollará el festival.

Argentina, Brasil y México serán los países a los que se consagrará una noche temática, con la proyección de las películas Sin retorno, No se puede vivir sin amor y Chicogrande, respectivamente.

De este modo, el festival dará este año sus primeros pasos a ritmo de tango, en una velada de apertura que homenajea la cultura argentina, con baile, vino, y la proyección de Sin retorno, que protagoniza el popular Leonardo Sbaraglia.

Por su parte, la noche de México clausurará el festival con la entrega del premio “Gloria”, galardón que inauguró la carismática Celia Cruz en los inicios del certamen y que este año celebrará la contribución al cine latino del actor mexicano Damián Alcázar, conocido por filmes como El crimen del padre Amaro.

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