El trasfondo de la Cuba de los sesenta

El español Miguel Barroso indaga en su última obra, Un asunto sensible, en el trasfondo histórico de la Cuba de los años sesenta, cuando la Isla era "la trinchera de la Guerra Fría", informó EFE.

Miguel Barroso, periodista, escritor y experto en comunicación, aborda en su obra el asesinato de cuatro estudiantes comunistas en los últimos días del régimen de Batista, una época en que, a su juicio, "Cuba era como Berlín".

"La Habana era Berlín oriental, y Miami Berlín occidental, era una capital rota por la Guerra Fría. El muro era el mar, las noventa millas del mar Caribe (la distancia que separan las costas de Cuba de Estados Unidos)", dijo Barroso en una entrevista.

En su libro Un asunto sensible, Barroso dice que no cuenta "toda la verdad", pero todo "lo que cuenta es verdad".

Los hechos son "tal y como aparecen relatados, pero están ordenados, no en orden cronológico, sino con la intención de coser una estructura dramática y de proporcionarles más fuerza", afirmó el escritor.

Según Barroso, el lector irá avanzando en "un crimen sanguinario, una ruin delación y una despiadada intriga política" a partir de un titular que despertó la curiosidad de Barroso: "Pena capital para el delator de los mártires de Humboldt 7".

El escritor investigó tres acontecimientos de la historia reciente: el asesinato de cuatro estudiantes comunistas durante los últimos días de Batista (1952-1958), conocido como "El crimen de Humboldt 7"; un proceso judicial, siete años después, que dio lugar a "El caso Marquitos"", y la acusación de un alto mando castrista, Joaquín Ordoqui, de colaborar de la CIA, que le llevó a su encarcelamiento hasta la muerte.

El texto le ha ocupado nueve años, "lo que no quiere decir que no haya hecho otra cosa que escribir el libro", apuntó Barroso, que desarrolla en la actualidad su actividad profesional en una empresa privada.

En Un asunto sensible, publicada en España por Mondadori, el autor ha querido armar "una novela de no ficción, una especie de mestizaje entre los hechos y la ficción". Le interesa que el texto se afronte también "como una novela de ideas, "porque lo que se despliega en ella son algunas de las corrientes ideológicas que atraviesan el siglo", al tiempo que se puede leer como una narración atemporal.

Además de los entresijos políticos, el autor habla de su interés en los personajes que encarnan el amor, la lealtad y la traición, y así aparecerá un personaje que su autor define como "traidor entre los traidores".

Barroso no muestra excesiva atracción por la coyuntura actual cubana, porque "me pone en el borde del futuro y soy incapaz de discernir el futuro".

"Sería incapaz de hacer una novela futurista sobre Cuba, todo el mundo se ha equivocado tantas veces al predecir el futuro" de la Isla, añade Barroso.

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