Polémico fotógrafo estadounidense prepara en La Habana un gran “mosaico sobre Cuba”

El controversial fotógrafo neoyorquino Andrés Serrano, reconocido por sus polémicas imágenes con fluidos corporales y por los temas que elige para sus obras, trabaja en La Habana en un nuevo proyecto que pretende ser un “gran mosaico sobre Cuba” y en el que le gustaría incluir retratos a Fidel y Raúl Castro, informa la agencia Efe.

El fotógrafo, de ascendencia cubana y hondureña, (Nueva York, 1950), ha viajado a la Isla por primera vez para participar en la XI Bienal de La Habana en la que desde el pasado mes de mayo se expone una retrospectiva de su trabajo. Este viaje, señala la agencia, le ha proporcionado la “excusa” para realizar una obra sobre Cuba.

“Nunca he venido a Cuba, pero siempre he tenido esa cosa de saber que tengo a Cuba en mi sangre (...) Vengo para encontrar, como artista, a Cuba”, ha dicho Serrano quien se autotitula “artista conceptual con una cámara y no un fotógrafo”.

Para su proyecto, Serrano ha instalado un estudio en el último piso de una casona del popular barrio de Centro Habana. En principio pensó en realizar solamente retratos en estudio, tanto de gente común que encuentra por la calle como de personalidades cubanas de la intelectualidad o la música, sin descartar a los máximos dirigentes del país si es que obtiene los permisos pertinentes.

“Yo estoy aquí por tres semanas y voy a fotografiar a todo el mundo que pueda; mi concepto es simple, me gusta hacer las cosas bien sencillas, voy a retratar a todo el que me parezca interesante, a los pobres, a los que tengan dinero y poder”, declaró Serrano en mayo cuando dejó inaugurada en la Fototeca de Cuba la muestra retrospectiva de sus obras.

Ahora, en entrevista con la agencia, el artista ha expresado abiertamente su interés por fotografiar a Fidel Castro: “¿Cómo voy a venir a Cuba y no tratar de fotografiar o hablar con Fidel? (...) Quiero que Fidel sepa que le estoy buscando”, dice Serrano, a quien también le gustaría retratar al presidente Raúl, a su hija Mariela y a Álex Castro, el hijo fotógrafo del líder de la Revolución cubana.

Para su nuevo proyecto el fotógrafo también sacará las cámaras a las calles de La Habana y a otros puntos del país para encontrar su mirada sobre la Isla y, más adelante, plasmarla en un libro que se llamará “Cuba” y probablemente en una exposición

No ha encontrado dificultades para realizar su trabajo

Según el reporte, Andrés Serrano se muestra sorprendido por las facilidades que ha encontrado hasta ahora para su trabajo y para traer a la Isla todo su equipo, incluidos 300 rollos de película: “Pensé que iba a tener más problemas con la burocracia (...) Todo ha ido bien, suave”.

De su contacto con los cubanos de a pie ha confirmado su amabilidad y familiaridad en contraste con el trato distante que existe en grandes urbes como Nueva York. A pesar de la pobreza y las dificultades económicas que percibe en la isla, Serrano destaca de los cubanos su espíritu de lucha y su capacidad de disfrutar de la vida.

El bloqueo: un “crimen contra la humanidad”

No elude opinar sobre el bloqueo que Estados Unidos mantiene sobre Cuba y califica de “crimen contra la humanidad” una política que en su opinión es una “locura” y no tiene lógica.

“Ya somos amigos de los chinos, de Rusia, seguramente mañana lo seremos de Corea del Norte ... y con Cuba no, ¿por qué? (...). Si se abre las puertas entre Cuba y Estados Unidos es bueno para todos, todo el mundo va a disfrutar. El fotógrafo confía en que Barack Obama será reelegido en las próximas presidenciales y que hará algo para solucionar esa situación.

Sobre su obra

A lo largo de su carrera, Andrés Serrano ha abordado con sus fotografías en gran formato asuntos controvertidos y polémicos como los fluidos del cuerpo, la exclusión, el fanatismo, el sexo, la religión, la enfermedad o la muerte.

Una de sus obras más famosas por la polémica que generó fue “Piss Christ”, la fotografía de un crucifijo sumergido en un bote con orina, que fue objeto de actos de vandalismo en protesta por su carácter “blasfemo” en algunas ciudades donde se expuso, como ocurrió en Aviñón (Francia) el pasado año.

Esa obra pertenecía a su serie “Bodily fluids” (fluidos personales), que realizó en los primeros años de su carrera, en los que se interesó por el arte abstracto y en la que experimentó con sus propios liquidos (sangre, orina, semen) para obtener sus imágenes.

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