Wendy Guerra: En Cuba 'la gente está empezando a incubar un poco de libertad'
La escritora presenta por estos días en España su última novela, 'Nunca fui primera dama'.
La escritora Wendy Guerra afirmó este miércoles en una entrevista en Madrid que su mayor deseo es que Cuba vuelva a ser "un país normal, si alguna vez lo fue" y, si no, "tratar de reinventarlo", reportó EFE.
De visita en España para la presentación de su nueva novela, Nunca fui primera dama, Guerra expresó que no existen en la Isla libertades personales, aunque sí otro tipo de apertura: "La libertad empieza en la cabeza de uno y eso está pasando. La gente está empezando a incubar un poco de libertad".
La narradora dijo querer para Cuba la "reconquista de determinados valores humanos y el no abandono de los valores principales, no sólo de la revolución, sino de lo que fue antes de 1959", para ser una sociedad que permita a los cubanos "de un lado y del otro" encontrarse.
Según la autora de Todos se van, Premio Bruguera 2006, la actualidad de Cuba es la de un país "un poco más informado de lo que está pasando en el mundo" y en el que "se han perdido muchas ilusiones a nivel político".
A propósito de las elecciones estadounidenses, Guerra deseaba que saliera electo Obama, aunque "de los americanos no podemos esperar mucho", señaló.
"En principio, no creo que nada que venga de Estados Unidos nos puede ayudar, a no ser que levanten el embargo, y eso no sé si Obama lo hará", sostuvo la narradora. "Vamos a ver si Obama refuerza el muro o abre la puerta".
En su opinión, la ayuda tiene que venir del mismo pueblo cubano, que ya no es tan "ingenuo".
Nunca fui primera dama relata la vida de tres mujeres de distintas generaciones. "Tres mujeres, tres historias y tres décadas. Tres momentos de la revolución cubana, donde el desencanto o la pasión llevan la historia", apuntó Guerra.
La protagonista, Nadia Guerra, es una joven rebelde responsable de un programa de radio desde el que defiende su derecho a ser una mujer. Su madre, malograda escritora y personaje esencial de la bohemia artística de la posrevolución, huye de la Isla cuando Nadia tiene nueve años.
Esta investiga el rastro de Celia Sánchez, amiga y confidente de Fidel Castro y una de las pocas mujeres que tuvo un papel relevante en la revolución.
"Cuba no es un país donde hubo siempre una primera dama y, si la hubo para determinados planos, no fue Celia Sánchez", dijo Guerra, y añadió que su novela es un homenaje a las mujeres que "no pudieron tener voz o que no quisieron".
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