Actualizado: 01/05/2024 21:49
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Béisbol

Cubanos al rescate

Michel Abreu se ha convertido en el primer ex jugador de la Serie Nacional que logra un liderato ofensivo en la pelota de Estados Unidos.

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El cubano Michel Abreu entró por la puerta ancha del béisbol norteamericano al conquistar el liderato de bateo en la Easter League, clasificación Doble A, con excelente promedio de 332, el más alto average de las tres ligas de ese nivel existentes en Estados Unidos. El matancero, que jugó para el Binghamton, novena perteneciente a los Mets de Nueva York, consiguió 132 hits en 332 veces al bate con 17 jonrones y 70 impulsadas, en 111 de los 142 desafíos del torneo, que finalizó recientemente.

Abreu escapó de la Isla hace dos años y se ha convertido en el primer jugador de la Serie Nacional cubana que logra un liderato ofensivo en la pelota de Estados Unidos. En su expediente de ocho campañas en la Isla, se registra que integró las filas de la selección nacional como inicialista alterno en una oportunidad, y jugó para el equipo Matanzas, donde consiguió 115 cuadrangulares y un promedio de 315. No tuvo chance en otras ocasiones de formar el equipo Cuba, porque los directivos sospechaban que tenía intenciones de abandonar el país.

En esa misma categoría, el capitalino Bárbaro Cañizares militó como jardinero en el Mississippi, equipo finca de los Bravos de Atlanta. Terminó la lid con 301 puntos de promedio al disparar 84 incogibles en 279 turnos, con 4 bambinazos y 33 remolcadas en 78 partidos.

Junto al yumurino Abreu, también estaban en el Binghamton el lanzador holguinero Miguel Pérez y Francisley Bueno, ex industrialista. Pérez actuó como abridor y terminó con 6 ganados y 9 perdidos, y efectividad de 4.71, con 89 ponchados en 130 entradas. Francisley, en el mismo rol, finalizó con un triunfo y 7 reveses en 80 capítulos.

Antesala de las Mayores

En Triple A, mostraron sus facultades otros conocidos peloteros que jugaron en las contiendas cubanas. Los de mejores resultados fueron el villaclareño Jorge Luis Toca, Mitchel Hernández —que estuvo poco tiempo con Industriales— y el pinareño Alaín Soler.

Toca se desempeñó en la primera almohadilla: estuvo primero en el conjunto Tabasco de la Liga Mexicana y en 35 juegos bateó para 355; fue llamado por los Cardenales de San Luis, que lo asignaron al Memphis, una de sus agrupaciones afiliadas, donde alcanzó un buen promedio de 329, con 24 imparables en 73 comparecencias y 22 encuentros jugados.

Hernández, catcher que hace tres años fue suplente con los Yankees de Nueva York, estuvo toda la justa con el Memphis. En 90 topes logró conectar para 274, con 78 indiscutibles en 285 ocasiones al plato.

Soler arrancó bien arriba con los Mets y por momentos impresionó como abridor al obtener 2 victorias con 3 derrotas, pero en los juegos Interligas lo situaron ante los poderosos Yankees y después frente a la toletería del Boston, que de conjunto le anotaron 15 carreras y gran despliegue ofensivo, conjugado con un manifiesto descontrol. Fue de regreso al Norfolk, donde se recuperó al imponerse en 4 enfrentamientos con 2 perdidas y 2,53 de efectividad en 64 innings.

Sensacional novato

Casi seguramente que los aficionados de la Isla, que de Oriente a Occidente observaron los juegos del equipo norteamericano que ganó el Preolímpico efectuado en Cuba, no supieron que el pitcher que sacó los 3 últimos outs frente al elenco nacional, es descendiente de cubanos por línea directa y se llama Henry Owens. Sus abuelos y su madre residieron en el reparto Rosalía, de San Miguel del Padrón, en La Habana. Su padre es norteamericano, con el mismo nombre, y fue receptor en lides universitarias de envergadura.

El muchacho, de 6 pies 3 pulgadas de estatura, 230 libras y velocidad meteórica, nació en Miami. Actuó este año como cerrador con el Binghamton, Doble A, y en 40 entradas sólo permitió 19 hits y propinó la extraordinaria cifra de 74 ponches. Le batearon escasamente para 137. En el mes de julio, los Mets le subieron a la Gran Carpa y actuó en 3 salidas con 9 episodios, 4 sencillos y 2 ponchetes. En el 2005, con el St. Lucie, Clase A, sus numeritos registraron 54 capítulos, 49 imparables y 74 bateadores estrucados.