Actualizado: 25/04/2024 19:17
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Béisbol: Campeonato Mundial Femenino

Las derrotas no existen

El equipo cubano obtuvo el penúltimo lugar en el torneo celebrado en Taipei y la prensa oficial ha ocultado la noticia.

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Durante los últimos 40 años, las victorias de los equipos cubanos de béisbol de cualquier nivel han sido destacadas ampliamente en la prensa nacional y sus integrantes han sido recibidos en el aeropuerto capitalino, en medio de ceremonias rimbombantes, con entrega de los trofeos obtenidos a las más altas figuras del gobierno, lecturas de los "compromisos cumplidos" y toda una serie de elogios de parte y parte.

Sin embargo, cuando retornan derrotados, nadie va a la terminal aérea a intercambiar discursos y mucho menos abrazos exagerados, ya que no hay fotógrafos presentes que dejen constancia en las primeras páginas de los diarios.

Con las manos vacías

Así acaba de suceder con el seleccionado nacional femenino de béisbol. Regresó con las manos vacías y, por supuesto, ni una sola noticia, ni una sola línea en los periódicos nacionales, ni siquiera en los de provincias. Ocurrió hace unos días que un equipo de muchachas compareció de invitado al II Campeonato Mundial de Béisbol para Mujeres, en Taipei de China, y terminó en el penúltimo lugar del certamen, donde Estados Unidos se llevó la medalla de oro.

Las norteamericanas terminaron la contienda con cinco triunfos y una derrota, que sufrieron en el juego de apertura ante Canadá, 5 por 2. En el tope final, las ahora titulares, vencieron a las niponas, que también presentaban un balance de cuatro ganados y uno perdido, en choque de altibajos que finalmente obtuvieron las norteñas, con score de 13 a 11.

El conjunto cubano, que dirigió Jesús Escudero —un ex receptor de Pinar del Río—, finalizó con una conquista y cinco descalabros. Su único éxito fue ante el débil elenco de Hong Kong, 14 carreras por 4. Los reveses del seleccionado de la Isla fueron frente a Canadá (10-8), Japón (15-0), Australia (5-4), Estados Unidos (14-4) y Taipei de China (8-0).

Como jugadora más valiosa del campeonato fue elegida Donna Mills, tercera base de Estados Unidos, que bateó para 474. La japonesa Tomomi Nishi terminó de líder en ofensiva y los máximos honores en pitcheo correspondieron a Feng Yin Chen, de Taipei de China, en un evento que se desarrolló entre julio 31 y agosto 6. La posición final de los equipos fue así: EE UU (oro, 5-1), Japón (plata, 4-2), Canadá (bronce, 4-2), y detrás Australia (4-2), Taipei (3-3), Cuba (1-5) y Hong Kong (0-6).

El equipo de las cubanas se integró con las receptoras Inima Vázquez y Nayda Moya. En el cuadro figuraron Daimarys Polo y Osmara Navas, en primera base; Dayana Batista y Yanelys Fernández, en segunda base. Yuluani Cervantes actuó de torpedera y Vania Cabrera en tercera base. Las jardineras fueron Mileidys Pupo, Mabelys Góngora, y Yanisleydis González. El grupo de lanzadoras estuvo formado por Yaimara Ramos, Yusleidis Charón, Raiza de Ferrer, Rebeca Orduñez y Lenia Moreno.

Las mujeres al bate

En Cuba se volvió a incursionar en el deporte de las bolas y los strikes para féminas a principios de 2004 y para ello se realizó una preparación esmerada en los últimos meses, según había declarado previamente Margarita Mayeta, la comisionada de esa disciplina, una conocida voleibolista de conjuntos nacionales en las décadas de los sesenta y setenta.

Con antelación al campeonato del orbe, se desarrolló un torneo nacional donde tomaron parte conjuntos de numerosas provincias. Dos semanas antes toparon cinco veces con el equipo nacional de Venezuela en localidades habaneras. Varias de las integrantes provienen de torneos femeninos de sóftbol.

Muchas personas de edad avanzada recuerdan que en 1947 visitaron La Habana varios equipos femeninos de béisbol pertenecientes a Liga Profesional de Mujeres de Estados Unidos, que intervinieron en cuatro desafíos ante concurrencias superiores a los 30.000 aficionados en el Estadio del Cerro.

Poco después se fundó la Liga Femenina Latinoamericana de Béisbol en la capital de nuestro país. Algunas de las participantes fueron contratadas para jugar en Norteamérica, y entre ellas estaban Migdalia Pérez (1948-1954), Mirtha Marrero (1948-1953), Luisa Gallegos (1948-1949), Gloria Ruiz (1948) e Isabel Álvarez (1949-1954).

Con el triunfalismo y el resultadismo característicos del régimen, las peloteras cubanas probablemente continuarán en el anonimato.