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Béisbol: Grandes Ligas

Llegar a los veinte

Desde 1995 no había una sequía similar de lanzadores que alcanzaran o superasen la cifra de 20 juegos ganados en una campaña.

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Ningún lanzador ganó 20 juegos en la pasada temporada de Grandes Ligas. Obtener ese número de triunfos en una campaña es la meta que ambicionan todos los pitchers, aunque sea una sola vez en su vida. Más que un anhelo, representa un sello de garantía que ha permanecido por más de 100 años, cuando los torneos de 154 partidos y en los 162 actuales. Completar esa cantidad, además de fama puede proporcionar colosales ganancias económicas.

Tan condicionado es el récord, que no sólo lo desean los tiradores del Big Show, los monticulistas de otros países donde se practica el béisbol también lo apetecen por los mismos motivos, aunque sus campeonatos no cuenten con un calendario tan extenso y en la mayoría de ellos no se llegue ni a 80 partidos anuales.

Johan Santana (Minnesota) y Chien Ming Wang (Yankees) se quedaron cortos con 19 victorias en la contienda pasada en la Liga Americana, y Aaron Harang (Cincinnati), Derek Lowe (Dodgers) y Brad Penny (Dodgers) consiguieron 16 en la Liga Nacional. Numerosos aficionados se preguntan qué ocurrió. En ello han incidido tres factores: los lanzadores abridores actuaban antes cada cuatro días, ahora lo hacen con cinco días de descanso, de ahí que hagan menos apariciones en el box; otro elemento de peso es que escasean los grandes serpentineros en el mundo entero, y por último, a los lanzadores de hoy se les pide que "lancen" entre cinco y seis entradas para cuidar sus brazos, después entran a trabajar dos o tres relevistas y muchos no mantienen la ventaja del iniciador, que nada tiene que ver entonces con el resultado, sin derecho a victorias o derrotas.

Desde 1995 no había una sequía similar. Greg Maddux llegó hasta 19, al igual que Mike Mussina. Sin embargo, en los últimos cinco certámenes otros fueron los destacados: en 2002, Randy Johnson ganó 24 veces para Arizona; Ron Halladay 22 con el Toronto en 2003; Dontrelle Willis llegó a similar cantidad con los Marlins en el 2005, y Curt Schilling se elevó hasta 21 en 2004.

Los cubanos

En las Ligas Mayores ha habido cuatro monticulistas cubanos que llegaron a 20 victorias o más: en 1923 Adolfo Luque archivó 27 ganados y perdió 8 con el Cincinnati; Camilo Pascual obtuvo 20 y 11 en 1962, y 21 y 9 en 1963; Miguel Cuellar alcanzó 23-11 en 1969, 24-8 en 1970, y 22-10 en 1974; y Luis Tiant (hijo) dejó la gran marca en esta proeza en cuatro oportunidades: conquistó 21 triunfos y 9 reveses en 1968, 20 y 13 en 1973, 22 y 13 al año siguiente, y 21 éxitos con 12 fracasos en 1976.

En las lides cubanas nunca existieron campeonatos con una duración que permitiera calcular si la cantidad de victorias de los mejores tiradores era razonable de acuerdo con el esquema de los juegos. Si miramos los datos de la pelota profesional, entre 1906 y 1961, se observa que se realizaron eventos de 24 y hasta 64 juegos, cifra que se estabilizó varios años, pero desde que comenzaron las Series Nacionales, en 1962, hasta 1997, fue un caos de grandes proporciones. Se inició con lides de 27 desafíos (en tres oportunidades), se pasó a 30, después a 35, y posteriormente a 39, 65 (tres ocasiones), 99 (dos), 78, 38, 50 y 41. Se regresó a 65 (2) y a partir de 1998 se estabilizó en 90 choques, algo racional para eventos de cuatro meses de duración.

Ha sido a partir de la actual Serie Nacional que el pitcheo en Cuba se utiliza de una manera racional, similar a la empleada en el mundillo beisbolero moderno, al limitarse la actuación de los tiradores de apertura a 100 lanzamientos por salida cada cinco días. Desde 1998 es que existe un programa fijo de 90 juegos que permite evaluar matemáticamente a los pitchers, utilizando las supuestas 20 victorias en 35 salidas con un sistema de 162 juegos, igual que en la Gran Carpa.

De acuerdo con esa agenda, los serpentineros abridores en la Isla deben realizar 21 salidas y alcanzar 11 victorias. Pedro Luis Lazo ganó 15 en el 2002; Adiel Palma 14 en el 2003; Ciro Silvino Licea y de nuevo Lazo en el 2005 (13); Licea 12 en el 2004, y otra vez Lazo con 12 triunfos en 21 salidas en el 2006. Realmente todos son unos héroes —¿mártires? No es de extrañar que con antelación, con mánager ansiosos por intentar ganar los torneos, tantos y tantos pitchers hayan "perdido" su brazo en la pelota de la Isla desde 1961, usados indiscriminadamente. En 1973, Braudilio Vinent ganó 19 veces en 78 juegos de su equipo Serranos, y en 1998 José Ibar obtuvo 20 victorias con el Habana en el sistema de 90 competiciones. Sin dudas, ambos fueron titanes con brazos de hierro, sin espacio para resaltar a los restantes paladines de esos tiempos.

Ahora mismo, en la edición 46 de la Serie Nacional, Ciro S. Licea (Granma) ya tiene 8 ganados y Wilber Pérez (Isla de la Juventud) archiva 7. Según los diarios nacionales, el primero de los mencionados en su última salida actuó en siete entradas y dos tercios. Tiene que haber dependido de un control exacto y sacar muchos outs con pocos lanzamientos, para no pasarse de los 100 envíos. El 11 de febrero será el Juego de las Estrellas, que marca la mitad del torneo y el momento preciso para chequear los balances de éxitos y reveses de los serpentineros.