Una ganada y otra perdida

En menos de 72 horas, Cuba ganó la XVI Copa Intercontinental de Béisbol y terminó séptima en el XV Campeonato Mundial de Voleibol Femenino, en lides desarrolladas en Taipei de China y Japón respectivamente.

La medalla de oro de la Copa Intercontinental fue para la selección nacional de béisbol, que este domingo "sudó la gota gorda" para vencer en el juego decisivo a Holanda 6 por 3, en un enconado desafío que se decidió en el undécimo inning. El tercer lugar correspondió a los anfitriones, que superaron al conjunto nipón 4-0.

Tres días antes terminaba el Mundial de Voleibol Femenino, donde intervinieron 24 países y el equipo de la Isla concluyó en el séptimo puesto. Rusia se llevó los máximos honores y Brasil ocupó el segundo lugar.

Tal como habíamos pronosticado, el partido decisivo del torneo beisbolero fue el sábado 18 de noviembre. En un programa cumbre de la cruzada final, Cuba superó cerradamente a Taipei de China 5 a 4, lo que le abrió las puertas para disputar el lugar cimero frente a Holanda.

Ya en el tope final, los europeos rompieron el celofán en el segundo acto con un par de anotaciones frente al abridor Norge Luis Vera. Pero los antillanos descontaron una en la parte alta del tercer inning, cuando Rey Vicente Anglada trajo de sustituto a Frank Montieth, quien tuvo una buena actuación durante siete capítulos y dos tercios.

La toletería de la Isla fue silenciada en seis innings por Rob Cordemans, quien ya la conocía de la Copa del 2002 y tras lanzarle en la apertura, donde perdió 3-2. Pero cambiaron y por ahí mismo se le fue la posibilidad de echar al resto, porque los relevistas no fueron lo suficientemente expertos como para mantener a raya a los peloteros cubanos.

Lo mejor del partido estuvo en las postrimerías: con empate a 2 en el décimo, Giorvis Duvergel disparó un jonrón de oro que puso arriba a los cubanos. El batazo de Duvergel parecía decisivo, pero en el cierre de ese episodio los holandeses mostraron sus agallas y nivelaron el score a 3.

Así las cosas y con el nerviosismo lógico de parte y parte, y de millones de cubanos en la Isla, ansiosos por la escabrosa situación, vino el principio del undécimo inning y Yulieski Gourriel y Alexander Mayeta abrieron fuego con sendos imparables y se fueron por un error a tercera y segunda, respectivamente. Dieron boleto intencional al peligroso Frederich Cepeda, para llenar las almohadas, pero el jardinero Yoandry Urgellés se empinó por todo lo alto y desbrozó el camino al disparar un largo triple que limpió las bases y dio ventaja de 6-3. La situación se mantuvo porque el veterano Pedro Luis Lazo apretó las tuercas y, con su gran caudal de facultades, cerró la entrada a todo vapor para dar así la décima victoria a Cuba en este tipo de evento.

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