Actualizado: 17/04/2024 23:20
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Cine

«Siento predilección por malditos y marginados»

Entrevista con Manuel Zayas, a propósito de su polémico documental 'Seres extravagantes', sobre la vida del escritor Reinaldo Arenas.

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En el caso de Guillén Landrián, la obsesión comenzó cuando descubrí que su obra documental no se limitaba a tres títulos, de los únicos que hablaban escuetamente los catálogos de cine cubano. El ICAIC los proyectó a cuenta gotas en dos muestras de jóvenes realizadores, dos años seguidos, más de tres décadas después de que fueran realizados. Verlos en moviola fue un privilegio; tener las copias, algo reservado para elegidos.

En este caso, lo de elegido no fue para nada providencial, sino que fue algo obstinado, pretendido, buscado. Encontrar a Guillén Landrián era un imposible, porque él vivía en Miami, pero gracias a Alejandro Ríos y Lara P. Coger, con quienes envié un cuestionario, Nicolasito pudo ofrecer su testimonio en primera persona.

Lamentablemente, antes de terminar Café con leche supe del cáncer que estaba dominándolo, y de la muerte que pronto sería inminente. Eso hizo que durante el proceso de montaje, el documental se perfilara más como un homenaje a su obra, como el mejor homenaje que en ese entonces sentí que debía hacérsele. De él se decían tantas cosas, que tuve que decidir por enfocarme en su obra, que es la que lo hace grande, uno de los grandes genios de nuestro cine, el autor de mirada más personal.

Creo que abordar la vida de Guillén Landrián y luego la de Reinaldo Arenas se debió a propósitos voluntarios que no sabría explicar. ¿Escogerlos a ellos y no a otros? Porque prefiero abordar lo más cercano, y ellos lo eran, entonces. Aunque debo añadir que en ambos casos fue algo que sentí necesario.

La exploración en la vida de Arenas por el testimonio de amigos y familiares, amén de potenciar un diálogo curioso con 'Antes que anochezca', podría ser un intento de profundizar en la marginación de uno de los protagonistas de 'Conducta impropia'. Si es así, ¿qué relación posee su obra con este referente? ¿Es una revisión de los planteamientos de ese documental con vistas a la Cuba de inicios del siglo XXI?

No hubo intención de poner a dialogar ambos documentales, aunque en el fondo pueda entenderse así. El documental de Almendros y de Jiménez Leal se realizó en el exilio y con exiliados cubanos, y se enfoca como una descripción detallada y general de lo que sucedió a estos, la persecución que sufrieron. En Seres extravagantes, el leitmotiv —o el eje— es la biografía de Arenas, construida a retazos según testimonios de familiares y de artistas marginados que viven en Cuba.

Desde el punto de vista narrativo y aunque se cuente por personas vivas, los hechos que narran los entrevistados en Conducta impropia pertenecen a un pasado; en Seres extravagantes la narración se teje alrededor de un biografiado muerto, pero es su propia voz de ultratumba la que articula el discurso, la que habla de la represión sufrida, y en presente.

En aquel, el punto de vista es general, se dice todo, y frontalmente, sin escamoteos; en el mío hay un supuesto límite (Reinaldo Arenas y su círculo de conocidos), un intento por buscar una verdad a veces en el mismo presente (el padre, la Cuba de hoy, la intervención policial en el rodaje), que el espectador descubra lo que hay detrás de las palabras y los rostros de los entrevistados: escombros humanos también (todos lo somos en alguna manera). Lo temporal y por haberse rodado in situ ha hecho que éste sea un documental más actual, con más vigencia. Pero nada más.