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Cierre por obras

Derechos Humanos en la ONU: ¿Más de lo mismo?

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Se trata, una vez más, de irregularidades crónicas de la Comisión que son justamente las que más sobresalen en sus pretensiones de justicia. Basta con que se analicen superficialmente las cláusulas electorales del CDH para que salte a la vista que su talón de Aquiles continuará siendo el mismo que arriesgaba la existencia de la Comisión anterior.

Ahora, tras el maquillaje operado, los mismos Estados violadores de Derechos Humanos podrán continuar campeando en el seno de la institución llamada a salvaguardar la aplicación de los Derechos Humanos en el planeta. Será suficiente que una mayoría de Estados igualmente violadores de estos derechos los elijan para que tengan, por tres años, la dicha de ser los que lleven la voz cantante en este delicado tema.

A ello se suma el hecho de que la asignación de cuotas por áreas regionales implicará que trece países de Asia formen parte del CDH; o sea, se le ha concedido a esta área del planeta, particularmente afectada por la violación de Derechos Humanos, dos escaños suplementarios, con lo cual se garantiza que China, Pakistán, Birmania, Corea del Norte, Vietnam o Siria se conviertan en los jueces de Naciones Unidas en materia de estos derechos.

Las nuevas asignaciones incluyen también dos escaños suplementarios para el área de Europa del Este, donde candidatos como Bielorrusia y la propia Rusia podrán afilarse los dientes a la espera de ver satisfechas sus aspiraciones de reguladores de Derechos Humanos a escala mundial.

Esta nueva distribución escamotea de tres escaños al área de Europa Occidental y países que la propia Comisión cataloga como "el Grupo de los restantes", en los que se encuentran Canadá, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, que ven así reducidos a siete sus diez puestos originales.

Para colmo, en el documento fundacional la noción de libertad de expresión brilla por su ausencia, no así la de respeto y tolerancia ante religiones y creencias religiosas (este último es un aspecto de muy difuso contenido, por cuanto una creencia religiosa puede ser todo y nada a la vez, en dependencia del número de adeptos que logre captar para sus fines, cuales sean estos).

Reporteros Sin Fronteras, en un comunicado dirigido al CDH, señala que dicha formulación recuerda a la que puede leerse en la Constitución y leyes de prensa de muchos de los países musulmanes más represivos del orbe.

Tampoco contempla el nuevo CDH la acreditación de Organizaciones No Gubernamentales en el foro oficial del Consejo, condenando una vez más la labor —de seguro más eficaz— de cientos de organizaciones que velan por el respeto de los Derechos Humanos a participar indirectamente, a través de Foros Paralelos, en las cartas y actas de denuncia. De una protesta ante esta arbitrariedad se hace eco justamente una declaración del 6 de abril de 2006, encabezada por la ONG cubana M.A.R. por Cuba, durante el V Foro Paralelo de Derechos Humanos, en Ginebra.

Las aspiraciones cubanas

Nadie debe haber olvidado que el pasado año, durante la sesión 59 de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra, el gobierno de Cuba, a sabiendas de que su condena resultaría inevitable, expresó mediante una arenga de su máximo representante, Fidel Castro, "que la Comisión le [importaba] un bledo", recordando la poca importancia de esta planta rastrera carente de interés nutritivo.

Ahora bien, si se consulta la lista de Estados que se han apresurado en proponer sus candidaturas, se podrá apreciar que el gobierno de la Isla ha sido uno de los primeros en hacerlo a través de un documento oficial emitido por su Misión Permanente ante la ONU, en que se aclara que el país "reafirma su voluntad de continuar trabajando sin descanso en la consecución de la meta común del disfrute de todos los derechos humanos por todas las personas y todos los pueblos del mundo, sobre la base del respeto a la Carta de las Naciones Unidas".

En ese mismo documento, fechado en la ciudad de Nueva York, el 4 de abril de 2006, La Habana añade que "Cuba espera que su membresía en el más importante órgano especializado de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos, tenga un impacto muy positivo no sólo para su propio pueblo, también para el resto de la comunidad internacional". Para añadir luego: "compartiremos nuestras experiencias; aprenderemos de todos aquellos que tengan buenas prácticas que transmitir".