Democracia y performance

Inmigración, Bruni y nada de política exterior

De otro tema candente, la inmigración, el presidente exige cumplir con la política de cuotas y clama por una jurisdicción que se ocupe del derecho de los extranjeros, hasta ahora en manos de tribunales ordinarios.

En cuanto a la influencia del capitalismo, afirmó que Francia no permanecerá inmóvil frente a la subida de los fondos especulativos demasiado agresivos y ampliará la defensa y la promoción de los intereses económicos primordiales de la nación. Además de asumir la estrategia de proteger sus empresas y darle los medios para defenderse y desarrollarse.

No podía faltar la pregunta que todos tenían en la punta de la lengua: su relación con la modelo y cantante Carla Bruni y la posible boda. Sarkozy admitió que la relación va "en serio". Medios franceses publicaron el lunes pasado que la boda ya había sido efectuada en secreto.

En cuanto a las críticas de mediatizar en demasía su vida amorosa y privada, respondió sin inmutarse que él no llamaba a las redacciones de los medios para que enviaran fotógrafos y cámaras. Según el presidente, la culpa es de la prensa y no está dispuesto a actuar como otros mandatarios que mantienen en secreto familias paralelas y cuando viajan al exterior no lo hacen en aviones y yates privados, sino en aviones pertenecientes al Estado, a cargo de los impuestos de los contribuyentes.

La política extranjera brilló por su ausencia. El presidente aludió a la visita de Gadafi, dadas las críticas por recibir de manera fastuosa a un hombre "culpable de terrorismo", cuyo respeto de los derechos humanos deja mucho que desear. Sarkozy explicó que Gadafi es un arrepentido del terrorismo y que cuando se hace una invitación, no es para humillar sino para tratar bien. De la misma manera que habla también con Chávez, pues no se debe romper el diálogo con ningún gobierno. Mencionar a Chávez de pasada, fue la única alusión al presidente venezolano y, de manera muy indirecta, al caso de los rehenes. Por lo demás, ningún periodista habó del caso de Ingrid Betancourt.

Edgard Morin, sociólogo que ha inspirado al presidente, pese a "tratar de inspirar desde años a la izquierda, que nunca lo ha escuchado", como antes la "fractura social" del antropólogo Emmanuel Todd, inspiró a Jacques Chirac, opina que Nicolás Sarkozy es una mezcla de desviacionista y conformista, que en el fondo se desmarca del estilo normal de su propio partido.

Morin considera que su campaña electoral fue digna de la campaña de Bonaparte en Italia. Logró neutralizar a su derecha, a su izquierda, recuperar votos, rodear el centro, pretender realizar una ruptura, mientras en los hechos aseguraba la continuidad del partido. Opina que se trata de una estratega genial, pero entrampada por la situación y todas las promesas que no podrá realizar. Sin embargo, no excluye que Sarkozy pueda operar una reconversión, porque si aludió a la "política de civilización" es porque ha sentido que existe un vacío.

Los periodistas tendrán la oportunidad de vivir durante el mandato de Sarkozy la experiencia de las conferencias de prensa, que por momentos toman el sesgo de pugilato. El presidente anunció que realizaría ese ejercicio con frecuencia. Siguiendo el ejemplo del general De Gaulle, que durante su presidencia realizó 17, mientras que Jacques Chirac, poco dotado para el contacto con la prensa, apenas realizó cuatro en 12 años de mandato.

© cubaencuentro.com