Actualizado: 25/04/2024 19:17
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Guatemala

La candidata Menchú

La postulación de la Premio Nobel de la Paz a la presidencia de su país abre una profunda interrogante.

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Resulta imposible extraer a esta mujer centroamericana de las corrientes políticas que cruzan el continente. La historiadora venezolana señala que "contrariamente a los otros outsiders que han surgido en el panorama latinoamericano: Chávez, Lula, Ollanta Humala, Evo Morales, ella es la que tiene la mayor experiencia política, tanto nacional como internacional".

Y añade que la Premio Nobel 1992 "fue militante de la corriente cristiana del EGP —Ejército Guerrillero de los Pobres—, la mayor organización guerrillera del país", y subraya que además "desarrolló una actividad internacional durante 15 años que la llevó a tener contactos con universidades, organismos de derechos humanos, cancillerías, presidencias de repúblicas, monarquías".

Para la historiadora venezolana, "ella es lo que se llama un verdadero animal político", y sostiene que "su pragmatismo la lleva a cooperar con un gobierno de derechas, como el actual de Guatemala, y a acudir personalmente a Cuba a prestar su apoyo a Fidel Castro tras el fusilamiento de los tres jóvenes negros y la ola de represión contra los periodistas independientes".

Difícil de roer

Elizabeth Burgos, que tuvo tiempo suficiente para penetrar en la psicología de este paradigma de la izquierda, recuerda otro detalle revelador:

"En 1998 (no tengo certeza de la fecha), sorpresivamente se opuso al voto de la ley que debía poner impuesto a la tenencia de la tierra. El rumor que corrió en Guatemala afirmaba que tal postura se debía al hecho de que ella se había convertido en propietaria de grandes superficies de tierra. No será un hueso fácil de roer cuando acceda al poder".

No se debe olvidar, por otra parte, que muchos fían —indígenas o no— en una mujer que ganó legítimo prestigio a partir de una lucha sobre bases de humanidad y justicia. Y cuando proclama que "los extremos matan las ilusiones", y que ella es "una mujer de paz", no hay razón para no creerle. El puntal mejor para estas palabras es su propia biografía, colmada de sufrimiento y muertes cercanas.

Para otro momento, pues, quedará el análisis del pacto político que recientemente cerró la Menchú y la dinámica entre las fuerzas que competirán, en septiembre venidero, en pos de la presidencia. Por ahora, hay que admitir que su candidatura conforma una profunda interrogante.

  • Vídeo irreverente sobre la campaña electoral de Menchú

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