¿La esperanza asiática?

A pesar de la crisis financiera mundial, la economía de China goza de bastante buena salud. Pekín ha buscado fórmulas para paliar la crisis interna y, al mismo tiempo, participar en iniciativas de coordinación con Estados Unidos, pero, principalmente, con otros países vecinos.

La solidaridad asiática es tradicional. La región ya superó una crisis hace una década. Por eso no resultó sorprendente que Japón, China y Corea del Sur anunciaran el pasado la creación de un frente asiático unido, con el deseo de convertirse en "el centro del crecimiento económico mundial" para luchar contra la crisis y devolver la estabilidad al sistema financiero global.

Fue la primera vez en la historia que los líderes de los tres países se reunieron en una cumbre independiente, que a partir de ahora se organizará de forma periódica.

Desde noviembre, el viceministro de Asuntos Exteriores chino, He Yafei, advirtió, según la agencia Xinhua: "El sistema financiero internacional tiene deficiencias y necesita ser reformado (...) Hay que prestar más importancia a los países en desarrollo y a los menos desarrollados, pues China es un país en desarrollo. Cuando los países desarrollados implementan políticas macroeconómicas, deben tener en cuenta el impacto en el resto del mundo".

"La mejor contribución que puede hacer China (para ayudar en la crisis mundial) es incrementar el consumo doméstico y la inversión en infraestructuras para asegurar el crecimiento interno", agregó.

El mes pasado, China anunció un plan de relanzamiento económico para responder a la preocupación sobre el impacto de la crisis financiera global en su crecimiento. El mismo incluye inversiones del gobierno central, sumadas a las de provincias, empresas y medios de negocios hasta finales de 2010, por 586.000 millones de dólares, principalmente para infraestructuras y para impulsar la demanda y el consumo interno.

La descentralización de China permite, por ejemplo, que los dirigentes de la provincia de Cantón, en el sur, anuncien que destinarán unos 11.700 millones de dólares para salvar la industria de la zona, una de las más afectadas por la caída de la demanda extranjera.

El gobernador de la provincia, Huang Huahua, anunció que el primer paquete de ayuda, de unos 5.800 millones de dólares, incluirá fondos especiales para ayudar a las pequeñas y medianas empresas "competentes" hasta 2011, informó el diario South China Morning Post.

CUBAENCUENTRO.com solicitó la opinión de Antonio Caeiro, periodista luso residente en Pekín y especialista en asuntos chinos, con varios libros publicados sobre el país asiático.

Según Caeiro, "para mantener el elevado índice de crecimiento económico, el gobierno se propone privilegiar el consumo interno e invertir más en las grandes infraestructuras".

El especialista señaló que, contrariamente a las políticas económicas de Estados Unidos y Europa, que "promovieron los créditos", las familias chinas "rinden culto al ahorro y, en el aspecto de la sociedad de consumo están dando los primeros pasos".

Preguntado acerca de las reservas en divisas, Caeiro fue terminante: "el gobierno de Pekín posee las mayores reservas de divisas del planeta, cerca de dos billones (con 12 ceros) 2.000.000.000.000 de dólares".

'Lecciones' a Washington

Los dirigentes chinos saben perfectamente privilegiar sus relaciones con Estados Unidos en momentos de crisis y, para ese fin, existe el Diálogo Económico Estratégico China-EE UU, que se reúne dos veces al año para analizar la relación comercial y financiera.

Recientemente estuvo en Pekín el secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson, que se reunió con el viceprimer ministro chino, Wang Qishan. En este caso (la quinta reunión de este tipo), "Estados Unidos recibió lecciones de China acerca de la fragilidad económica de Washington", según Geoff Dyer, periodista del diario Financial Times. Según esta fuente, fue Wang quien exigió que Estados Unidos "estabilice su economía y proteja las inversiones chinas".

China tiene en su poder bonos del Tesoro estadounidense por un valor de 585.000 millones de dólares, según el diario francés Le Monde.

China y Estados Unidos se comprometieron en la reunión a incrementar la cooperación para hacer frente a la crisis financiera, mediante la creación de un fondo de 20.000 millones de dólares para financiar las exportaciones a terceros.

Según el economista estadounidense Nial Ferguson, autor del libro The Ascent of Money: A Financial History of the World, se ha creado "un nuevo continente" que denomina "Chimérica", que debe mantener un crecimiento espectacular "si aumenta el consumo de los chinos y el ahorro de los estadounidenses".

Le Monde dijo que el resultado del diálogo estratégico China-Estados Unidos se saldó, en esta última reunión, con "un nuevo equilibrio a favor de Pekín".

Las cifras de la economía china, publicadas por el diario francés el pasado 27 de noviembre, provocarían la envidia tanto de Estados Unidos como de la Unión Europea: crecimiento de la demanda económica: +14% en 2007, +9,1% en 2008 y previsto +9,2% en 2009.

El control del déficit del presupuesto, en relación con el Producto Interior Bruto (PIB), fue del 2,1% en 2007, 2% en 2008 y 0,8% en 2009. Si tomamos como ejemplo que casi ningún país de la Unión Europea firmante del Pacto de Estabilidad y Crecimiento consigue mantener el déficit en el 3% o menos, como fue establecido, se aprecia la diferencia con la situación china.

China y América Latina

El comercio bilateral China-América Latina aumentó en los tres primeros trimestres de este año, para alcanzar la cifra de más de 110.000 millones de dólares. Las exportaciones chinas subieron un 48,9% y las importaciones un 55,2%.

Los tres principales socios comerciales latinoamericanos son Brasil, México y Chile. Las inversiones chinas en América Latina eran de 22.000 millones de dólares a finales de 2007. Pekín se unió el pasado mes de octubre al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y prometió entregar a esta entidad 350 millones de dólares.

Por estas interdependencias de las economías ya mencionadas, no resulta tranquilizador el último informe del Banco Mundial, que da por esfumadas las esperanzas de que los grandes países en desarrollo sean el colchón que amortigüe la caída de las economías ricas.

Según este documento, el crecimiento del llamado grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China), motor de la economía en 2008, puede caer el 4,5%, tres puntos por debajo de la media de los últimos cinco años. Lo más preocupante para países tan dependientes de las exportaciones, como China, es la mayor contracción del volumen de comercio desde la Gran Depresión de los años treinta.

Lo cierto es que China, el gran gigante asiático, ahora asociado a Japón y Corea del Sur, jugará un papel cada vez más activo en esta batalla para impedir que 2009 sea el año del comienzo de una nueva recesión mundial. Una esperanza asiática que puede beneficiar a todos.

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