Actualizado: 23/04/2024 20:43
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Internacional

Brasil

La reconquista comenzó

El papa Benedicto XVI se despidió con duras críticas a la pobreza mayoritaria y la certeza del fracaso del marxismo y el capitalismo.

Enviar Imprimir

Marxismo y Capitalismo: fracasos

Si el discurso del Papa a los obispos brasileros estuvo marcado por duras críticas y pesimismo, sus palabras de apertura para la 5a. Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (CELAM) tuvieron un tono positivo.

En portugués y español, el Papa aseguró que es el Reino de Dios lo que debe guiar a los fieles y no las ideologías que no tienen a Dios en su centro. "Eso no significa que los católicos deban cerrar los ojos a la realidad social del continente", añadió.

Viejo enemigo de la influencia del marxismo sobre la Iglesia, Benedicto XVI no tuvo el menor reparo para criticar el capitalismo occidental: para él, los dos sistemas fracasaron en sus promesas de crear un mundo mejor al dejar a Dios a un lado, fuera de la vida humana o entre paréntesis, como textualmente habló.

Sin embargo, elogió la contribución de las culturas indígenas de América Latina para la fe cristiana, como "generadora de un precioso tesoro de religiosidad popular".

Sus palabras fueron interrumpidas varias veces por ovaciones cerradas y espontáneas de los obispos latinoamericanos, quienes extenderán sus debates durante 19 días en la Basílica de Aparecida. Frente a ellos, el Santo Padre volvió a criticar lo que consideró amenazas a la vida humana y la familia, como el aborto, el materialismo y el relativismo ético.

De todo su discurso hacia las Américas, se desprendió una visión excesivamente optimista del proceso de evangelización del continente. Como nota final, dejó dos grandes polémicas sobre el tapete: negó que la Iglesia bautizara a la fuerza a los nativos del continente y pidió el apoyo de los gobiernos para que apoyasen a las mujeres que preferían quedarse en casa para cuidar de sus hijos.

Sobre el primer asunto, agregó que ese proceso no fue una imposición de una cultura hacia otra, sino una fusión de elementos nativos y europeos que ha caracterizado hasta hoy el catolicismo latinoamericano.

Aseguró abiertamente que la única manera de buscar más fieles en el continente es con el mayor tesoro de la Iglesia, la fe en el amor de Dios. En clara referencia a movimientos políticos y nacionalistas en América, dijo que ni una ideología, ni un movimiento social, ni tampoco un sistema económico deben protagonizar esa lucha.

Sólo el tiempo dirá…

El poder suave de la simpatía mostrada por Benedicto XVI en Brasil no disfrazó el hecho de que dirige una Iglesia que, como él mismo reconoció, se busca a sí misma para encontrar las formas de mantener el vigor de la fe cristiana.

Algunas manifestaciones, protestas y leves escaramuzas entre fieles católicos y enemigos de la Iglesia, evidenciaron que no es este el mejor momento del catolicismo. No obstante, desde Brasil la visita del Papa ya se considera, además de histórica, exitosa.

De vuelta a Europa, el Pontífice regresa también al continente en el que libra una batalla contra la falta de valores y la descristianización.

La prueba del tiempo indicará si además de recoger los frutos de su visita a Brasil, el Papa conseguirá globalizar la efectividad de su mensaje claro, enfático…, junto a su recién descubierta efusividad. Al menos en América Latina, la reconquista por nuevos y mejores tiempos ha comenzado.


« Anterior12Siguiente »