Actualizado: 07/05/2024 1:47
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Rusia: Reportaje

La xenofobia amenaza

Algunos fanáticos celebran el cumpleaños de Hitler matando a un extranjero. A otros les molesta el éxito comercial de los caucásicos.

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El legado de la política soviética de naciones

La política soviética de nacionalidades ha contribuido al estallido de la xenofobia en la era postcomunista. Bajo la consigna "forma nacionalista y contenido socialista", a las minorías étnicas soviéticas se les permitía un nivel limitado de autonomía lingüística y cultural, pero sin el poder político real. Para suavizar utilizaban la palabra "internacionalismo", que significaba "armonía étnica", y de ahí saldría "el pueblo soviético".

Pero la gente fue obligada desde 1932 a portar un pasaporte interno (sblizheniye narodov), que servía como carné de identidad y en cuya quinta línea se especificaba el origen étnico del portador. A partir de ahí la etnia rusa fue promovida como la más tenaz e iluminada, siguiéndose una política de rusificación del país. Otro punto era "origen de clase". Esos datos todavía constan en ese documento de identidad en Rusia.

La etnia también servía como base para la administración territorial, que era nominalmente encabezada por un líder local, quien tenía de segundo a un "ruso" que ejercía las decisiones reales en política y respondía a Moscú. En los años setenta, "el hombre soviético" no había nacido y en su lugar el Partido Comunista afianzó la dominación étnica eslava, especialmente la rusa. Esto aparece en su 24º Congreso, donde se habla de "la Gran Rusia".

Cuando llegó la perestroika, los roces y cuentas pendientes comenzaron a expresarse por medios violentos. Entre 1987 y 1994 estallaron en la antigua Unión Soviética varias guerras que pusieron a las nacionalidades unas frente a otras: Nagorno-Karabakh (Azerbaiján), Osetia del Sur (Georgia), Abkhazia (Georgia), Ingushetia (Rusia), la región de Prigorodny (Osetia del Norte) y Chechenia (Rusia).

Y entonces comenzó un flujo indiscriminado de refugiados de aquí para allá y de allá para acá. Por ejemplo, las provincias de Krasnodar y Stavropol se llenaron de armenios y azerbaijanos, los chechenos se esparcieron por el Cáucaso, pero también por toda Rusia, y ya nadie pudo controlar nada. Hasta 1991 había habido un control, en lo adelante los de piel oscura comenzaron a invadir a los eslavos. Esto sin contar la estampida de la etnia rusa desde las repúblicas que se iban independizando, que hacían el viaje al revés.

Dislocación económica

Los problemas económicos también han alimentado la xenofobia en Rusia. Muchas etnias caucasianas siempre se destacaron por su habilidad para el comercio al por menor en los llamados mercados negros de la era soviética. Pero cuando se acabó el comunismo, estos grupos florecieron por toda Rusia dejando atrás a los omnipotentes eslavos, quienes no sabían qué hacer con sus títulos de doctores o científicos y veían al caucásico vivir una vida más desahogada económicamente. Pronto comenzó la envidia.

El citado informe de Human Rights Watch dice que aunque esta percepción no es uniforme, entre los eslavos rusos existe el estereotipo en casi todos. Los rusos se quejan de que "ellos", "los caucásicos", son por naturaleza comerciantes: "nos imponen sus precios y se hacen ricos con nuestro dinero". Pronto los rusos vieron que además tenían que competir por las casas, las escuelas, los hospitales y se sintieron incómodos con los visitantes.


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