Papel mojado
El supuesto fraude electoral en las recientes elecciones municipales ha desatado el enfrentamiento entre el gobierno y la oposición.
Los enfrentamientos entre partidarios del presidente Daniel Ortega y la oposición llegaron a su punto álgido este domingo, cuando simpatizantes del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) fueron sitiados por turbas sandinistas durante una marcha para denunciar un supuesto fraude electoral en las elecciones municipales del pasado 9 de noviembre.
Según la publicación El Nuevo Diario, de Managua, se trata de una puesta en marcha del "terror orteguista", que, con sus fuerzas de choque y paramilitares, puso de manifiesto que está dispuesto a defender a sangre y fuego el cuestionado resultado electoral, y que secuestrando carreteras, rotondas y calles no le importa que el país se enrumbe nuevamente a una guerra civil".
Los opositores denunciaron a última hora del domingo que uno de los guardaespaldas del candidato liberal a vicealcalde de Managua, Enrique Quiñónez, había sido herido de bala por simpatizantes del gobierno. En tanto, el canal 8 de televisión divulgó imágenes de los "sandinistas armados de palos, piedras y morteros artesanales y protegiendo sus rostros con pañuelos rojos y negros", colores de la bandera del gubernamental FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional), según informó el diario español El País.
La violencia de estos episodios había sido anunciada días antes por el fiscal general de la República, Hernán Estrada, quien señaló que "si el comandante Daniel Ortega dispusiera llamar a las calles (a sus seguidores), no quedaría piedra sobre piedra sobre este país y sobre ninguna emisora y sobre ningún medio de comunicación que lo adversa".
En opinión de Estrada, de acuerdo con las primeras investigaciones realizadas sobre incidentes similares en Managua, los sujetos que protagonizaron estos hechos están dotados de conocimientos sobre prácticas de intimidación "propias de operadores sicarios que actúan con desprecio al ser humano y por agencia (órdenes) de terceros".
Sobre el proceso electoral de Nicaragua, el español Carlos Malamud, investigador principal sobre América Latina del Real Instituto Elcano, dijo a CUBAENCUENTRO.com que, "cuando se proscriben partidos políticos, se impide la presencia de observadores internacionales y nacionales, cuando se maneja con total discrecionalidad la campaña electoral, cuando se cierran antes de tiempo numerosas mesas electorales, en fin, cuando las irregularidades son tantas y tantas, lo raro sería que no hubiera fraude".
Malamud agregó: "uno de los problemas de fondo en todo esto es el deseo de Ortega de reformar la Constitución sandinista, paradojas de la vida, para perpetuarse en el poder junto con su, ahora, legítima esposa, Rosario Murillo".
Durante la campaña presidencial de 2006, Ortega y Murillo se convirtieron al catolicismo militante y asistían a misa todos los domingos.
Vivir en 'pecado'
Los resultados de las elecciones han sido tan arbitrarios a los ojos de la mayoría, que la Conferencia Episcopal expresó el pasado 13 de noviembre "que uno de los principales caminos para superar la desconfianza generalizada de la población en estos comicios, es la revisión y cotejo de las actas en manos de los partidos políticos, tal como fueron firmadas en el momento de cierre de las urnas".
Por su parte, el gobierno habló de "pecado" en relación con el texto de los obispos. El canciller Samuel Santos dijo que estos cometieron un "pecado" y un "error" al emitir ese documento sin tomar en cuenta el calendario electoral, el mismo "error" que, en su opinión, han cometido organismos y gobiernos de otros países.
En la misma cuerda que los obispos, se pronunció el ex vicepresidente nicaragüense Sergio Ramírez, al declarar, sin medias tintas, que "Daniel Ortega está intentando consolidar un régimen autoritario y necesita legitimarse con un apoyo popular que no tiene. Eso explica el fraude en las elecciones municipales. Pero eso es sólo el último paso de una elaborada estrategia para perpetuarse en el poder".
También la escritora y poetisa Gioconda Belli afirmó en su blog que su país, Nicaragua, "ha vivido el proceso electoral más turbio de los últimos años".
"Se ha perdido lo que se obtuvo con tanta sangre y sacrificio: el derecho a elegir limpiamente a quien nos gobierne. Después de estas elecciones, la autoridad del Consejo Supremo Electoral ha quedado anulada y estamos de nuevo entrampados en un sistema que, habiendo constituido un poder a su imagen y semejanza, ha desnaturalizado los instrumentos de gobierno y ha demostrado que ejerce un control férreo —civil y militar— de las instituciones del Estado, y que con éste puede convertir nuestra voluntad ciudadana, nuestro voto, en papel mojado", sostuvo Belli.
En tanto, en conversación con CUBAENCUENTRO.com, el escritor y ex diplomático colombiano Plinio Apuleyo Mendoza dijo no tener duda de que ha ocurrido "un escandaloso fraude" en estas elecciones municipales.
"Los indicios que permiten afirmarlo son muchos y justifican de sobra las protestas de la oposición. Tal fraude corresponde a las instrucciones que imparte el presidente venezolano Hugo Chávez a los amigos que, gracias a sus petrodólares, ha llevado al poder en el continente. Responden a la siniestra estrategia de valerse de los recursos de la democracia para llegar al poder y luego, desde el poder, derogarla, confiscando todos los poderes, coartando la libertad de prensa y desconociendo la limpieza del sufragio", apuntó Mendoza.
Por último, el rechazo del gobierno de Ortega a que la Organización de Estados Americanos (OEA) medie en el conflicto, ha puesto la guinda a la caótica situación que vive Nicaragua, después que la oposición anunció "una estrategia de lucha popular combinada con acciones legales" ante lo que considera "fraude" electoral.
El intento de dar un poco de barniz al "sistema democrático" por parte de Managua, ha sacado a la palestra el plan maquiavélico del fraude electoral, las turbas intimidatorias y el secuestro de la democracia. Todo recurso es válido con tal de permanecer en el poder.
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