Política de la pandemia
El gobernador DeSantis no solo ha formulado una amenaza directa para desfinanciar nuestras escuelas, sino que sus palabras y acciones deben catalogarse como un simple intento de chantaje
Desgraciadamente para los floridanos, y para el resto de los ciudadanos de este gran país, la pandemia, desde ya hace demasiado tiempo, se ha convertido no en un problema de salud pública sino en un problema de lucha política, de enfrentamiento ideológico.
Cada paso que da el gobernador de Florida relacionado con la lucha en contra de la covid-19 es un elemento más de enfrentamiento entre republicanos y demócratas, pero, y nuevamente tenemos que decir que desgraciadamente, esto es un reflejo de una situación nacional, veamos la siguiente tabla que recoge datos de la primera semana del mes de agosto y muestra los siete estados que representan nacionalmente el 50 % de los nuevos casos de covid-19:
¿Será casual que de estos siete estados seis gobernadores sean republicanos? ¿O es simplemente el reflejo de una peligrosísima tendencia en la que está sumergido todo el país?
En una encuesta realizada por MSN News a finales de julio el 71 % no aprueba la forma en que el gobernador DeSantis está manejando la pandemia, lo cual coincide con otra encuesta realizada días después en la que el 75 % está en desacuerdo con la Orden Ejecutiva 21-175, emitida el 30 de julio, por la cual el gobernador ordenó al Comisionado de Educación Richard Corcoran, su designado político, que ‘busque todos los medios legales disponibles para garantizar que los distritos escolares se adhieran a la ley de Florida, que incluyen, entre otros, la retención de fondos estatales de las escuelas que no cumplen con las normas’. Esa es una amenaza directa para desfinanciar nuestras escuelas, constituye simplemente un chantaje.
Pero no siendo, al parecer, esto suficiente, días después la Junta de Educación de Florida decidió proporcionar vales (vouchers) para escuelas privadas a padres que dicen que los requisitos de uso de máscaras en un distrito escolar público se convierten en formas de acoso a sus hijos. Es decir que aún sin haber empezado las clases ya se habla de acoso a los estudiantes, acosos que solo existe en mentes afiebradas, esta medida está en correspondencia con una línea heredada de la administración Trump gestionada por la exsecretaria de Educación la inefable Elisabeth DeVos que dedicó todos sus esfuerzos a expandir la privatización de las escuelas.
Dos consideraciones ha formulado DeSantis para promover su campaña contra el uso obligatorio de la mascarilla en los momentos en que la covid-19 hace estrago en Florida, el primero, sin base factual alguna, es que la mascarilla entorpece el aprendizaje, y la segunda con un evidente sostén ideológico es la necesidad que los padres puedan ejercer la libertad de decidir como protegen a sus hijos; necesidad que en el caso de las mujeres embarazadas no es tomada en cuenta, reflejando la hipocresía de dichos principios libertarios.
El partidismo enraizado en estas medidas se hace evidente en esta encuesta realizada el 3 de agosto de 2021[1].
Es evidente que un problema de salud publica se ha convertido en un tema de lucha política y en particular para un gobernador que tiene aspiraciones presidenciales con el firme propósito de emular a su modelo, ha llegado a decir que la pandemia es estacional y que pronto veremos como disminuyen los casos, ya eso lo oímos el pasado año y sus consecuencias fueron fatídicas, y aquí es donde está el verdadero núcleo del problema, se está jugando con la salud de los ciudadanos y en particular con la de los niños para los cuales aún no existe una vacuna aprobada.
Estamos hablando de muertes o enfermos graves, con secuelas que se pueden extender por largos años, cuando ya quizás ni existan los promotores y los obnubilados seguidores de estos sombríos actos criminales, ocultos en los llamados principios libertarios.
[1]https://floridapolitics.com/wp-content/uploads/2021/08/StPetePolls_2021_State_August3_P7F9W.pdf
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