Actualizado: 23/04/2024 20:43
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Venezuela, Carlos Andrés Pérez

Un jurado decidirá de quién es el cadáver

La decisión es un claro indicador de que las dos familias se mantienen firmes en sus posturas

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Las dos familias del ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez en algo están de acuerdo: hay que seguir luchando por el cuerpo. Y, para ello, acordaron cancelar las audiencias iniciadas el lunes en Miami y van directamente hacia un juicio civil, que comenzaría en la tercera semana de marzo.

Mientas, el cuerpo embalsamado de CAP sigue, literalmente, engavetado en un refrigerador de una funeraria de Miami hasta que haya algún tipo de decisión al respecto.

Al final de la tarde del martes, las dos familias emitieron un comunicado conjunto en el cual anuncian que decidieron suspender las audiencias preliminares e ir a por un juicio civil. “Es una decisión conjunta”, manifiesta Daniel Forman, el abogado de Cecilia Matos, la virtual esposa de CAP en los últimos 30 años y madre de dos hijas.

O sea, de momento, todos “quietos en base” o “aquí no ha pasado nada”, hasta que un jurado decida qué hacer con lo que queda de CAP.

La decisión atrapó por sorpresa a los analistas que siguieron los dos días de audiencia y es un claro indicador de que las dos familias no están dispuestas a ceder un ápice en sus posturas.

La decisión surgió después que las audiencias sobre el futuro de los restos de CAP tomaron un giro inesperado con el ingreso de la personalidad de Hugo Chávez en las audiencias. Ya van dos días que las desventuras del presidente venezolano son mencionadas por una de las dos familias, para justificar que el cuerpo de CAP, como es popularmente conocido, permanezca en Miami.

El año 1992 Chávez quiso derrumbar a CAP con un golpe de Estado. Hoy quiere manipular su entierro y por ello está a favor de la familia del ex mandatario que reclama que sea enterrado en Caracas. Al menos es la teoría de los abogados de Cecilia Matos, la mujer que acompañó a CAP en los últimos 30 años, ha presentado el martes en un tribunal de Miami.

“Existe un interés político del Gobierno venezolano por el traslado de los restos a Venezuela, porque se entiende que esta sería una manera de lograr dos objetivos”, asegura Agustín Blanco Muñoz, un historiador venezolano que cooperó con CAP en la escritura de su biografía.

Según Blanco, el presidente venezolano quiere usar el sepelio de CAP como un trofeo político e intentar darle un matiz político en defensa de su proyecto ideológico.

“En primer lugar, sepultar lo que se ha llamado la IV República. Para el régimen, enterrar a Pérez es enterrar al pasado” y, además, “sería un triunfo para lo que se llama hoy el socialismo del siglo XXI”, enfatizó.

No quedó claro si el veterano juez Arthur Rothenberg entendió qué es “la IV República” o “el socialismo del siglo XXI”, pero lo cierto es que Chávez desde el inicio metió la cuchara en el asunto.

“Que sea enterrado en Venezuela. Que vuelva su cuerpo, pero que nunca más regrese su forma de gobernar”, dijo el mandatario al enterarse de la muerte de CAP el 25 de diciembre en Miami.

CAP dejó dos familias. La primera, formada cuando se casó con Blanca Rodríguez de Pérez. Y la otra, cuando comenzó a convivir con Cecilia Matos, su secretaria durante el primero de los dos mandatos en que fue presidente de Venezuela. La primera familia vive en Caracas, la segunda en Miami. Hoy se enfrentan por el futuro del cuerpo y el lunes comenzó un juicio para decidir si regresa a Venezuela o permanece en Estados Unidos.

Ayer, la abogada de Matos dijo que su cliente es una esposa con pleno derecho, porque CAP quiso casarse con ella, pero Chávez no lo dejó divorciarse. La prueba: que en Venezuela los divorcios suelen tardar unos dos años y CAP murió sin haberlo logrado nunca. Luego: el culpable es Chávez.

La aseveración causó asombro el lunes en la sala de audiencias. Y la reacción de Chávez no se hizo esperar: “Están locos”.

“Dicen que yo lo bloqueé. Eso es el colmo de la locura. Que en paz descanse ese hombre. Ojalá pudieran traerlo aquí, como quieren sus hijas mayores. Lo que pasa es que hay otra familia allá que no se pone de acuerdo, pero es triste eso. Lo último de todo eso es que alguien diga que la culpa es mía”, dijo el mandatario, en uno de los habituales monólogos televisivos.

Blanco aseguró también al juez que cuando ayudaba a CAP a escribir sus memorias, el ex presidente le dijo repetidamente que no quería volver a Venezuela “mientras no haya democracia, mientras no haya democracia”.

CAP compró un espacio en un cementerio de Miami pero eso no parece ser un gesto suficiente para asegurar su intención que querer ser enterrado en el sur de Florida. La ley aquí es clara. Solo la esposa puede decidir qué hacer con el cuerpo.

Y la esposa sigue siendo, todavía, Blanca Fernández de Pérez que aguarda sola en Caracas noticias del regreso de CAP.


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