Actualizado: 27/03/2024 22:30
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Dos sueños por cumplir

Único coach latinoamericano en la Asociación de Deportes Universitarios de EE UU, el cubano Sergio Rouco está al frente de los Golden Panthers de la FIU.

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Sergio Rouco no cesa de seguir la acción de su equipo cuando algo llama su atención.

"Ismael, ¿cómo vas a permitir que el hombre maneje el balón sin que lo defiendas?", le pregunta Sergio Rouco a Ismael N'Diaye, quien nació en Costa de Marfil y defiende los colores de los Golden Panthers de la Universidad Internacional de la Florida (FIU).

Un poco más tarde, Rouco le sugiere una acción a un jugador de origen dominicano, elogia el progreso de un puertorriqueño y bromea con un argentino, pero siempre sin perder de vista la práctica de su equipo multinacional.

Lo que pudiera ser visto como algo inusual en otro programa de básquetbol del país, es lo normal en FIU, que cuenta con el único coach latinoamericano en la Asociación de Deportes Universitarios (NCAA).

Nacido en Cuba, desde donde fue traído por sus padres cuando apenas contaba con tres años, Rouco —como buen hijo de antillanos— trató de jugar al béisbol y luego —como cualquier residente en Miami en los anos setenta y ochenta— quiso probar fortuna en el fútbol.

"Pero era muy chiquito y no tenía tanta fuerza'', confiesa Rouco, quien vio la luz en el pueblo de Cárdenas, en la provincia de Matanzas. "Muy jovencito, mientras trabajaba para los parques de la ciudad, me pidieron que conformara un equipo de básquetbol y ahí comenzó mi amor por este deporte y, sobre todo, por el trabajo de coach''.

El sueño de su vida

Sergio Rouco no tuvo una formación académica desde el punto de vista de dirección, pero su intuición y el deseo de aprender llenaron todas las lagunas existentes. Durante años no se perdió una sola clínica, leyó cientos de libros sobre el tema y empezó a ascender desde bien abajo en la escala como scout.

Tras varios años como cazatalentos y coach asociado para varias universidades, incluida la FIU, Rouco pudo lograr el sueño de su vida, pero esta vez lejos de Estados Unidos.

"Yo quería dirigir y esa oportunidad me la dieron en Dominicana, Puerto Rico y Venezuela", comenta. "Muchas veces me dijeron que aquí jamás sería coach, pero vine muy enriquecido de mis experiencias en el extranjero y con el título de coach debajo del brazo".

Cuando le ofrecieron el puesto al frente de los Golden Panthers, Rouco vio los cielos abiertos, porque como él mismo suele decir: "no hay nada mejor que hacer el trabajo ideal cerca de la casa de uno. Esta es una Universidad presidida por un cubano [Modesto Maidique], donde nuestra herencia cultural es poderosa".

Su estilo está más cercano a la intensidad de un Pat Riley que a la placidez de un Phil Jackson.

"Trato de seguir de cerca a mis muchachos, de sacarles lo mejor dentro de ellos", afirma Rouco. "No me gustan las excusas. Si alguien se siente un poco mal quiero que juegue, que aprenda a sobrevivir en medio del dolor. Una cosa es sentirse mal y otra estar enfermo. Quiero formar hombres en el mejor sentido de la palabra".

Ahora le quedan dos sueños por cumplir.

"Quiero que cuando la gente piense en FIU, lo primero que le venga a la mente sea la imagen de su equipo de básquetbol", explica. "Somos una escuela joven, que aún da sus primeros pasos".

¿Y el segundo?

"Dirigir el equipo de una Cuba libre en un mundial de básquetbol", finaliza Rouco. "Eso sería muy importante para mí".