Actualizado: 22/04/2024 20:20
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Béisbol: Grandes Ligas

El difícil oficio de lanzador

Danys Báez se ha convertido en uno de los más confiables apagafuegos de las Mayores.

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Luego de tantas horas de juego, Danys Báez ha aprendido que la victoria o la derrota se definen en unos pocos minutos.

El cubano se ha convertido en uno de los más confiables apagafuegos de las Grandes Ligas y el reconocimiento le ha llegado tras varios años haciendo de todo en el difícil oficio de lanzador.

"Al principio sólo quería abrir juegos", confesó Báez. "Creía que había nacido para eso y nada más. Pero la vida te obliga a enfrentar la realidad y hacer en cada momento lo que es mejor para tu carrera".

Lo mejor para la carrera de Báez fue pasar a cerrar juegos con los Devil Rays de Tampa Bay, un equipo que muchos consideran como un verdadero cementerio de oportunidades en las Mayores.

En sus dos primeros años con los Indios de Cleveland, Báez fue utilizado como abridor, y a partir de 2003 lo pasaron a cerrador, antes de que fuera cedido a los Devil Rays, quienes le prometieron estabilidad.

Seguro de cuál era su misión, el cubano sumó 30 rescates en el 2004 y 41 en 2005, cimentó su reputación de taponero y se ganó un viaje al Juego de las Estrellas, celebrado en Detroit.

Listo para cualquier día

"No es fácil que hoy hagas una cosa y mañana otra", afirmó Báez. "El ajuste mental es tremendo. Tienes que estar listo para trabajar todos los días. Debes estar dispuesto a dominar al día siguiente a los que hoy te cayeron a palos''.

Báez salvó el 61,2 por ciento de los triunfos de los Devil Rays en la pasada temporada (41 de 67). Sólo cinco cerradores han rescatado un porcentajo mayor que las victorias de su equipo desde 1969, cuando este parámetro comenzó a medirse de manera oficial.

En las dos pasadas ediciones de Grandes Ligas, Báez acumuló 71 salvados, por lo que se ubicó en el sexto puesto entre sus iguales en ese período de tiempo.

A pesar de los rumores de canje, el Tampa Bay hizo efectiva una opción para el 2006 que le pagará 4 millones de dólares. Cada vez que puede, el equipo recalca que el pinareño no está en el mercado.

Al menos Báez permanece dentro de una franquicia que sufre una transformación que va desde una nueva gerencia hasta un mánager de estreno, y en la cual los aficionados del Tampa Bay depositan sus esperanzas.

"Es un equipo joven, que necesita ciertas piezas para competir en una división superdifícil: un par de abridores, un bateador de fuerza", reconoció el espigado pinareño. "No se trata de gastar enormes sumas de dinero, sino hacerlo de manera inteligente para poder dar el salto de calidad que todos desean".

Sea donde sea, el antillano se prepara para emprender una campaña que podría eclipsar todas sus anteriores.

"Sé que todavía no ha llegado mi mejor momento en el béisbol", indicó Báez. "En el tiempo que llevo en Grandes Ligas he acumulado bastante experiencia por las cosas buenas y malas que me han sucedido; y eso me hace más fuerte".