Actualizado: 25/04/2024 19:17
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Béisbol: Grandes Ligas

Un caballero

Con un comienzo caliente de temporada, Mike Lowell está demostrando que se equivocaban los que proclamaron su retiro.

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Cuando los Marlins de la Florida traspasaron a Mike Lowell a los Medias Rojas de Boston lo hicieron siguiendo dos principios: ahorrarse el salario del tercera base y con la creencia de que ya sus mejores años eran cosa del pasado.

En la pretemporada y ante la realidad de un estadio que acaba de materializarse en el área del gran Miami, los propietarios del equipo iniciaron una reconstrucción que envió a todos sus jugadores establecidos hacia otros confines.

Los Peces creyeron que ya habían sacado el máximo del cuerpo de Lowell y lo traspasaron, junto con el lanzador Josh Beckett y el cerrador dominicano Guillermo Mota, a los Medias Rojas de Boston.

Por ellos, los Marlins recibieron valiosos prospectos para un equipo que vive bajo un signo de interrogación y que se adentra a una temporada demasiado larga, porque no tiene esperanza de ganar nada.

Tras promediar 24 cuadrangulares y 94 impulsadas en cinco años consecutivos, el hijo de cubanos contempló el desplome de su ofensiva y eso, sin duda, fue un factor para que los Marlins no clasificarán a los play-offs, a pesar de contar con uno de los mejores equipos de su historia.

Lowell terminó 2005 con promedio de 256, ocho jonrones y apenas 58 remolcadas. Varios reportes estimaron que su swing se había vuelto demasiado lento y se llegó a pensar que el tercera base estaba muy cerca del fin de su carrera.

Eso sí, Lowell continúo su ascenso defensivo y prueba de ello fue el Guante de Oro que ganó como el mejor antesalista de la Liga Nacional.

'Mike es un gran jugador'

En medio de tantos cambios, muchos aficionados pensaron que Lowell sería inamovible. Considerado un caballero dentro y fuera del terreno, el muchacho nacido en Puerto Rico y criado en Miami fue el rostro de la franquicia durante mucho tiempo.

Los anglos y los latinos lo respetaban por igual, para no hablar ya de la comunidad cubana, pero el vendaval de cambios no respetó a nada ni nadie.

Sin embargo, el producto de Miami está demostrando con un comienzo caliente de temporada que aquellos que se apresuraron a proclamar su retiro estaban equivocados por completo.

En lo que va de temporada, Lowell batea por encima de 290, con 11 dobles y 10 carreras traídas para el plato. Su swing parece el mismo de sus mejores años y no hay duda de que el Fenway Park de Boston le ha asentado mucho mejor que el cavernoso Dolphin Stadium.

"Me niego a creer que a un hombre se le pueda juzgar por un año malo'', comentó Beckett, quien formó parte con Lowell del equipo campeón de la Serie Mundial de 2003.

"Mike es un gran jugador y todos podrán apreciarlo aquí en Boston".

Por otra parte, Lowell se beneficiará de la proyección nacional e internacional de los Medias Rojas, quienes sostienen con los Yankees de Nueva York la rivalidad más vieja e interesante en el universo deportivo.

Todavía es muy pronto para hacer un estimado sobre el modo en que Lowell terminará esta temporada, pero por lo pronto ya destruyó cualquier duda sobre su calidad y el supuesto declive en su curva de rendimiento.