Actualizado: 23/04/2024 20:43
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Béisbol: Grandes Ligas

Un poco de redención

Después de que muchos scouts decretaran su final, Mike Lowell es considerado ahora uno de los mejores terceras bases en la historia de los Medias Rojas.

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En varias ocasiones durante la campaña anterior, Mike Lowell escuchó las palabras más temidas para un bateador en las Grandes Ligas.

"Ha perdido velocidad en su swing", susurraban algunos scouts y ejecutivos antes de continuar, generalmente, con una pregunta aún más sobrecogedora: ¿Está al borde del final su carrera?

"Por supuesto que escuchaba esos comentarios", afirmó Lowell. "En el fondo, yo sabía que no se trataba de eso. Creo que fueron un poco injustos conmigo. ¿Acaso no podía tener un año malo, tras algunos buenos? Yo no soy una máquina".

Lo cierto es que Lowell se vio sumido en un prolongado letargo, justo cuando los Marlins habían conformado un equipo que parecía predestinado a repetir la hazaña de la Serie Mundial de 2003.

Aunque trató de una y mil formas de romper con el mal momento, nada le funcionó al antesalista —salvo su soberbia defensa—, que probó 75 formas diferentes para batear y se devanaba los sesos para encontrar una rápida solución.

"Llegó el momento en que ni con dos hits en un juego me sentía contento", afirmó Lowell. "Entonces quería pegar cuatro, para recuperar el tiempo perdido y situar números respetables. Fueron días difíciles, pero dicen que la adversidad endurece a los hombres… y es verdad".

El hijo pródigo

Cuando comenzaron las correcciones de mercado, los Peces colocaron a Lowell como un elemento secundario del canje que envió a Josh Beckett y al venezolano Alex González a Boston, a cambio del dominicano Hanley Ramírez y el también venezolano Aníbal Sánchez.

En un principio, los Medias Rojas no sabían qué esperar de Lowell, pero ahora están convencidos de que el movimiento les está dando frutos superiores a los que soñaron en un principio.

"Había un gran interés por ver triunfar a Mike y no sólo por la falta que le hacía a este equipo, sino porque es un gran ser humano y se lo merece", expresó el manager de Boston, Terry Francona. "Tiene que haber un poco de satisfacción personal en demostrar cuán equivocados estaban aquellos que decretaron su final anticipado".

Por supuesto que sí.

"Claro que hay un poco de redención", indicó Lowell, quien antes de ayer conectaba para 302 con nueve jonrones y 40 impulsadas. "El cambio me ha hecho mucho bien. La fanaticada de Boston es magnífica y se respira béisbol las 24 horas".

Ahora, a su regreso a Miami tras varios años de ser el rostro de los Marlins, el hijo de cubanos nacido en Puerto Rico ha recibido una estridente ovación, de esas que sólo es reservada para los hijos pródigos que regresan.

"Yo juego para Boston, pero sigo manteniendo mi hogar en la postemporada en Miami", recalcó Lowell, quien ganó un Guante de Oro en 2005 y es considerado ya uno de los mejores terceras bases en toda la historia de los Medias Rojas.