Actualizado: 25/04/2024 19:17
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Béisbol: Grandes Ligas

Vuelve a abrirse la puerta

Gracias en buena medida a los pitchers 'El Duque' Hernández y José Ariel Contreras, los Medias Blancas de Chicago son hoy campeones de la Serie Mundial.

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En Venezuela se ha acabado el mundo, ¿y en Cuba?

El país sudamericano ha caído bajo el influjo de sus héroes, el manager Ozzie Guillén, quien condujo a los Medias Blancas de Chicago a su primera Serie Mundial después de casi 90 años; y del lanzador Freddy García, que obtuvo el triunfo en el cuarto y decisivo encuentro.

En Venezuela se han olvidado por un momento las pasiones políticas divisorias y todo el país se ha unido para reconocer las hazañas de sus paisanos. El propio presidente Hugo Chávez ha felicitado a Guillén y a García, y recordó que en cierta ocasión enfrentó al cubano José Ariel Contreras y que, incluso, le pegó un hit.

Al menos Chávez ha mencionado a Contreras, pero de La Habana no ha salido —sería iluso pensar lo contrario— una palabra de elogio para el gigante pinareño, que tiene un mérito enorme en la conquista del premio mayor en el béisbol de Grandes Ligas.

Si los Medias Blancas hoy son campeones, parte importante recae sobre los hombros de Orlando El Duque Hernández, en la primera mitad de la temporada, y sobre los de Contreras, en la segunda.

Los triunfos de Contreras sobre los Medias Rojas de Boston, los Angelinos de Anaheim y los Astros de Houston pertenecen ya a la leyenda. Mientras que el relevo fenomenal de El Duque frente a los patirrojos, según las palabras del propio coach de pitcheo de Chicago, no hará otra cosa que crecer con el tiempo.

Para Hernández este triunfo tiene un sabor añadido: es su cuarto anillo de campeón en Clásicos de Octubre. La mayoría de los jugadores en la Gran Carpa suelen retirarse sin uno, y el cubano, que ya había sumado tres con los Yankees de Nueva York, se colocará un cuarto con los Medias Blancas.

Pero como bien dijo El Duque: "De ganar uno nunca se cansa".

Pese a las dolencias físicas que le afectaron en la campaña regular, Hernández acabó con una marca de 9-9. Sin embargo, Guillén nunca perdió de vista sus antecedentes en la postemporada, donde presentaba foja de 9-3.
La ex estrella de los Industriales y del equipo nacional de la Isla no le defraudó.
Tampoco le inmutó el cambio de papel: de abridor a relevista.

Una especie de redención

Gracias en gran medida a esa conjunción de cubanos y venezolanos, los Medias Blancas suman ahora tres títulos en su trayectoria. Los otros datan de 1906 y 1917.

Para Chicago, el título significa lavar la imagen de una franquicia golpeada por el peor escándalo en la historia del béisbol estadounidense, cuando ocho integrantes del equipo de 1919, entre ellos el mítico Descalzo Joe Jackson, se dejaron sobornar para perder la Serie Mundial de ese año ante los Rojos de Cincinnati.

Este éxito es una especie de redención en el orden colectivo de la franquicia de la Ciudad de los Vientos, pero también en el orden personal para Hernández y Contreras, y si se quiere, para todos los jugadores cubanos.

Tras algunos fracasos individuales —el propio Contreras no escapó a esta percepción durante un tiempo—, se creyó que Cuba no tenía mucho más que aportar a las Grandes Ligas. Ahora, esa puerta que parecía cerrada para el talento antillano, vuelve a abrirse… Tal vez por eso La Habana calla, aunque admira en silencio obligado.