Los indicadores macroeconómicos y agroalimentarios comentados en la primera parte de este artículo, reflejan estancamiento, retroceso relativo, pues el mundo no detiene su avance. Veamos otros aspectos socioeconómicos volviendo al Anuario Estadístico de Cuba.

Población

• Se mantiene estática (11,2 millones) con 0,58 % de incremento equivalentes a 65.228 habitantes y la proyección para 2030 prevé solo 50 mil habitantes más, es decir, un raquítico 0,44 % de crecimiento poblacional en 13 años.
• Los nacimientos superan en 308 mil las defunciones. Por tanto, el estancamiento poblacional no se debe solo a la tendencia sostenida a la baja natalidad (10,8/mil cierre 2016) pues esa diferencia resulta mayor que el incremento poblacional (308 – 65 = 243 mil). Se desconoce cuanta población reside en el exterior y cada dos años retorna y revalida la residencia en Cuba, es decir, residentes ausentes, en la práctica migrantes.
• La relación de masculinidad cierra en 2016 en 992 varones por cada mil hembras, causas: mayor esperanza de vida femenina y mayor tasa de migración masculina. Consecuencias: menos hombres, fundamentalmente en edad productiva y reproductiva.
• La relación de dependencia (personas dependientes económicamente, niños, ancianos, discapacitados, amas de casa) cierra en 564 por mil habitantes, proyectándose 2030 con 838 por mil. Muchos dependiendo de muy pocos, más de ocho por cada diez. El 20 % actual de la población mayor de 60 años alcanzará el 30 % para esa fecha.
• La tasa de migración (diferencia emigración-inmigración) al exterior resulta negativa (sin considerar residentes ausentes). Entre territorios resulta positiva para La Habana, Artemisa, Mayabeque, Matanzas y Ciego, negativa para Pinar, Isla de la Juventud y muy negativa para las provincias orientales, con el extremo en Guantánamo de -9,1 cada mil habitantes. De oriente a occidente y de ahí al extranjero, con consecuencias económico-sociales funestas por causas ídem.

Empleo

• Crece la población en edad laboral, sin embargo, decrece la económicamente activa (quienes trabajan) desde porcentajes cercanos al 89 % hasta el 65 %, con mayor incidencia en las mujeres desde más de 60 % hasta el 50 % al cierre 2016. En números lo anterior equivale a que la población empleada desciende de 4,9 a 4,6 millones, 317 mil menos, de ellos 167 mil mujeres, el 52,6 %. La igualdad de género no es cuestión de discursos y consignas, depende en primer lugar de condiciones económicas como disponibilidad de círculos infantiles, lugares para menores fuera de horario docente, hogares de anciano, etc.
• Los trabajadores en cooperativas no agropecuarias se han incrementado en la exigua cifra de 9 mil y constituyen el 0,2 % del total. Los trabajadores por cuenta propia se han incrementado en 116 mil y constituyen el 11,8 % del total de la fuerza de trabajo empleada. Estos sectores, equivalentes a las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) defenestradas en número, 55-60 mil en los años 60 pasados, generan en los 34 países más desarrollados entre el 70 y el 90 % del PIB. En Cuba la burocracia impide su desarrollo, sólo se han creado hasta el 30 de junio pasado, 431 CnA a pesar de la algarada en los medios del Partido y Gobierno.
• En todas las ramas —excepto un magro incremento en la construcción— disminuye el número de trabajadores. Sin embargo, las categorías de directivos y administrativos crecen en 102 mil.
• Lo anterior también es contradictorio con la disminución de entidades: -570 empresas y sociedades mercantiles, -802 cooperativas agrícolas. El “redimensionamiento” cerrando entidades productivas ¿Hasta cuándo? Y la burocracia in crescendo.
• El salario medio se incrementa hasta 740 pesos, equivalentes a 30 CUC, muy desigual por sectores y provincias, Guantánamo muestra el 78 % de Matanzas y el 85 % de la media nacional. La ineficientísima Industria Azucarera muestra un salario medio superior 2,33 veces a Educación.
• Las pensiones por jubilación muestran una media de 276.94 pesos, equivalentes a 11 CUC, el 37 % del salario medio; casi congeladas desde hace más de 50 años cada día se alejan más del costo de la vida.

Realmente no ha sido esta una década prodigiosa y en ella se cumple el pensamiento martiano:

Lo que en el militar es virtud, en el gobernante es defecto. Un pueblo no es un campo de batalla. En la guerra mandar es echar abajo, en la paz, echar arriba. No se sabe de ningún edificio construido sobre bayonetas. (O.C. t 13, p. 129-143).

* Como antónimo de prodigio.

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