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Actualizado: 17/05/2024 12:58

Palestinos, EEUU, Israel

¿Alguien podría explicarle a Trump?

Trump echó por tierra medio siglo de política americana, mediadora en el Medio Oriente y ahora se queja de que los palestinos no quieren ir a la mesa de negociaciones

El presidente Donald Trump le ha dicho a la Autoridad Palestina que no se merece el dinero que les manda Estados Unidos porque no le muestran “apreciación o respeto”, verbigracia que no le hacen caso, y que a lo mejor —dice Trump— les suspende la plata. Pero Washington también le manda dinero a Israel, muchísimo más, unos $3.150 millones al año, e Israel tampoco les hace caso cuando no le parece bien. Todos los presidentes norteamericanos, desde Clinton hasta Trump, le pidieron a Tel Aviv que detuviera los asentamientos o se retiraran de los territorios ocupados[1] pero el soberano Estado de Israel ha seguido por su rumbo. Retirarles los aproximados $360 millones[2] que Estados Unidos les contribuye anualmente a los palestinos sería un error, dicen incluso analistas israelíes, porque crearía una situación mucho más explosiva ya que esos millones van para resolver urgentes asuntos de educación, salud y asistencia social en los deprimidos guetos palestinos. Es cierto que hay muchas acusaciones, y creíbles, de corrupción en la administración de dicho dinero por parte de los palestinos, incluso favoreciendo el terrorismo; como también hay varias concretas acusaciones de corrupción contra el primer ministro Bibi Netanyahu, aunque no precisamente por el dinero americano, según explica The Times of Israel.[3] Mucho va a cambiar en el Medio Oriente después de la aceptación de Trump de Jerusalén como capital de Israel, echando por tierra más de medio siglo de política exterior americana.

Pero el tema no se queda ahí. La administración Trump a cada rato saca a viva voce el tema del dinero en sus relaciones internacionales, como si Estados Unidos fuera una empresa comercial y no un Estado respetable. Ya lo dijo la inefable Nikki Haley en Naciones Unidas, mientras leía su advertencia a los 128 países que condenaron recientemente a Estados Unidos por el tema de Jerusalén. Con su tono de alumna preferida del profe, que lee una composición ante la clase y al mismo tiempo la reprende por encima de las gafas, Haley dijo que se tomaría nota de los países cuyo voto fue condenatorio, para a lo mejor cortarles los fondos. Y también ha pasado otras veces: OTAN, Acuerdo de París, Pakistán. El problema no es que Estados Unidos retire soberanamente su dinero de donde le apetezca porque según el presidente sea lo mejor para el país. El problema es que al parecer el presidente Trump —al que personalmente le atribuyo toda buena intención al mismo tiempo que una osadía peligrosa— no sea capaz de darse cuenta de que en grandísima medida el proverbial liderazgo americano se basa no sólo en sus alianzas y despliegues militares, su enorme economía, sus aliados políticos e intereses comerciales, sino precisamente en esas Naciones Unidas a las que insulta con palabras de escuela elemental y cuyo voto se lamenta de no poder comprar, pero que de todas maneras le sirve en su actual contencioso con Corea del Norte, sirvió para desatar las nubladas primaveras árabes de Hillary y Obama; y por supuesto pavimentó aquella infundada invasión de Irak por Bush que tanto descalabro ha traído al mundo.

Y no es que la Autoridad Palestina no le muestre “apreciación o respeto” a Estados Unidos a pesar de que “les pagamos a los palestinos cientos de millones de dólares al año” porque “ni siquiera quieren negociar un demasiado pospuesto… tratado de paz con Israel” como escribió Trump en sus tweets, reduciendo a los palestinos a la categoría de asalariados. El que no le presta “apreciación o respeto” a menudo a sus propias palabras es precisamente Trump. En su campaña electoral prometió que conseguiría el ansiado tratado de paz entre palestinos e israelíes; hace poco se paró en el micrófono y echó por tierra medio siglo de política americana, mediadora en el Medio Oriente y ahora se queja de que los palestinos no quieren ir a la mesa de negociaciones. Obviamente bajo la sombrilla americana. Por favor: ¿alguien podría explicarle lo que está pasando a nuestro querido presidente Trump?


[1]https://www.theguardian.com/world/2008/jan/10/usa.israelandthepalestinians1

[2]https://www.timesofisrael.com/pa-claims-it-got-no-us-aid-in-2016-in-fact-state-dept-gave-palestinians-357-million-and-thats-not-all/

[3]https://www.timesofisrael.com/the-corruption-scandals-plaguing-netanyahu-and-his-family-explained/

© cubaencuentro

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