Ir al menú | Ir al contenido

Actualizado: 01/05/2024 21:49

Ucrania: Reportaje

Chernóbil: Veinte años después

La peor catástrofe nuclear de todos los tiempos y el debate internacional sobre la energía atómica hoy.

A la 1:24 de la mañana del día 26 de abril de 1986, el reactor número cuatro de la planta nuclear ucraniana de Chernóbil estalló en mil pedazos. La explosión que siguió fue equivalente a 200 bombas atómicas como la de Hiroshima y durante semanas los altos dirigentes comunistas guardaron silencio. Los demás ciudadanos, soviéticos y vecinos, seguían su rutina diaria mientras una nube radioactiva pasaba sobre sus cabezas y les dejaba secuelas irremediables.

Las tercas estadísticas comunistas todavía afirman que en la explosión sólo murieron 49 personas, pero aunque todavía los científicos no han podido precisar el número exacto de víctimas, la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA) estima que, sólo en aquellos días, perecieron unas 300.000 personas. Las muertes posteriores, directas e indirectas, todavía siguen llevando el luto a muchas familias de Europa del Este.

Las autoridades para Situaciones de Emergencia reconocieron más tarde en Rusia que la explosión atómica de Chernóbil contaminó 2,9 millones de hectáreas de tierras agrícolas y a una población de no menos de tres millones de personas. En Bielorrusia, casi tres mil pueblos y aldeas, con una población total de 1,8 millones de personas, resultaron contaminados. En Ucrania, las autoridades actuales estiman en más de tres millones los ciudadanos de esa ex república soviética que todavía sufren por los efectos de las radiaciones.

En Chernóbil la muerte no respetó a nadie. Quienes vinieron a limpiar y a ayudar durante los días de la explosión también murieron o viven diseminados por Rusia y Bielorrusia arrastrando la herencia de las radiaciones y transmitiéndolas a las nuevas generaciones en la forma de malformaciones y enfermedades hereditarias. Y a pesar de que se estableció un área de exclusión de 30 kilómetros, todavía en Pripyat, lugar donde estaba ubicada la Planta Atómica, viven unas 15.000 personas que regresaron a sus hogares a pesar de que pasarán al menos 500 años antes de que este lugar sea otra vez habitable.

La Agencia Atómica Británica cree que 10.000 personas en Europa, la mayor parte de ellas en Ucrania y Bielorrusia, morirán todavía como resultado directo de la radiación. Pero Jan Beranek, de la organización checa Medio Ambiente, afirma que la cifra es diez veces superior.

La tragedia pudo ser evitada

El servicio de inteligencia de Ucrania, SBU, desclasificó hace dos años los archivos secretos de la antigua KGB y allí se descubrió que la policía secreta soviética había advertido a las autoridades en Moscú que la planta nuclear de Chernóbil era una bomba atómica de tiempo.

Tamara Kolimko, especialista del SBU, dijo a Encuentro en la Red que "antes de la gran explosión, ocurrida el 26 de abril, ocurrieron cientos de accidentes menores que tampoco se habían conocido hasta ahora".

Según su versión, el servicio de inteligencia de la rama ucraniana de la KGB había advertido infinidad de veces sobre los serios problemas de diseño que sufría la planta nuclear, que los materiales utilizados para su construcción eran de segunda mano, que los técnicos que operaban Chernóbil ignoraban cada vez con mayor frecuencia las regulaciones de seguridad, en fin, que allí no había ni eficiencia ni disciplina.

Crimen y castigo

La mayoría de los analistas actuales estiman que Chernóbil fue más que un desastre, fue la primera grieta visible en la Unión Soviética, donde las cosas nunca volvieron a ser iguales.

El británico Vincent Scout, quien reportó el accidente para un periódico de Londres, dijo a Encuentro en la Red: "Occidente sabía que los soviéticos sufrían, pero ese era su destino. Sin embargo, de pronto, en abril de 1986, la tragedia de la vida soviética nos alcanzó. Y mientras la nube radioactiva nos cubría a todos, la Agencia Soviética de Noticias TASS seguía reportando: 'No hay ninguna razón para alarmarse, todo está bajo control, el accidente ha sido controlado'".

La verdad era que los políticos soviéticos estaban demasiado asustados para decir la verdad, esperaban resolver el problema por sí mismos. Sólo dos meses antes del accidente, el entonces ministro de Energía de Ucrania, Bitaly Sklyarov, aseguraba: "Chernóbil es una planta de total seguridad, con un sistema de prevención de accidentes", y decía que allí nunca habría nada que temer.

Otro error mortal, dice Scott, fue la demora para evacuar a la gente del área. Cuando al fin llegó la orden, ya era demasiado tarde, en esos momentos ya más de 50.000 personas estaban afectadas de muerte. Y recuerda como el momento más extraordinario cuando la Unión Soviética se dio cuenta que no podría controlar el desastre.

Ucrania ha sido siempre el corazón de la cultura rusa, era una de las repúblicas fundadoras de la URSS, y allí, en ese centro neurálgico, el imperio soviético recibía su primera humillación: Occidente era invitado a ayudar y a partir de ahí la Perestroika y la Glasnost fueron imparables.

El experto asegura que las debilidades de la gran potencia, expuestas en Chernóbil, repercutieron de inmediato en los países satélites. En Praga, Varsovia, Budapest, la gente perdió el miedo a comentar el desastre y todos se preguntaban hasta cuándo la URSS podría sobrevivir. En Moscú la policía todavía perseguía con agresividad a los disidentes, pero las cosas comenzaron a cambiar.

Un académico ruso contó más tarde que, para su sorpresa, después de Chernóbil obtuvo el permiso que tanto le habían negado para viajar a una conferencia en Estados Unidos. Cuando regresó le confiscaron los libros que había comprado, pero tres semanas después la policía se los devolvió. Este científico considera la catástrofe de Chernóbil como el punto que marcó el fin del comunismo soviético.

La seguridad nuclear hoy

La sombra de Chernóbil se cierne hoy en día sobre el debate nuclear que se desarrolla en Europa, un continente acosado por el creciente agotamiento de sus reservas de gas y petróleo y temeroso de su principal abastecedor, Rusia, país que demostró —durante un reciente incidente con Ucrania— que quien tiene energía cuenta con un poder no sólo económico, sino también político.

Bruselas teme no sólo al desabastecimiento energético, sino a que los precios de la energía sean imposibles de pagar. Pero aunque la opinión pública favorece en primer término las fuentes de energía renovables, como la solar, eólica e hidráulica, los expertos estiman que éstas no sustituirán en el mediano plazo a la energía fósil, y llaman a considerar las fuentes energéticas que incluyan la energía nuclear y la del carbón.

Y en este camino las principales experiencias están en el centro y el este de Europa, incluyendo las antiguas repúblicas soviéticas, donde, según los expertos en seguridad nuclear, los 67 reactores atómicos que todavía trabajan son ahora mucho más seguros que cuando ocurrió el desastre de Chernóbil, debido al trabajo coordinado de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) desde 1992.

Lo principal durante estos años ha sido el mejoramiento de las plantas, la creación de agencias nucleares independientes encargadas de fiscalizar el trabajo nuclear y el mejoramiento de los análisis de seguridad de los reactores RBMK (del tipo de Chernóbil) y los VVER-230, los segundos más peligrosos de diseño soviético.

El experto Luke Lederman, de la AIEA, aseguró a Encuentro en la Red que al menos las mejoras más indispensables se realizaron en las plantas en el Este y Centro de Europa, donde trabajan mejor y con mayor seguridad. Pone el ejemplo de Armenia, donde en noviembre de 1997 volvió a funcionar la Unidad 2 de la planta de Medzamor, cerrada con anterioridad por peligrosa.

Otro ejemplo es Bulgaria, donde funcionan cuatro reactores VVER-230 de diseño soviético en la planta nuclear de Kozloduy, junto con otros dos del tipo VVER-1000. Grigory Kastchiev, de la Agencia Búlgara Nuclear, asegura que se han colocado más de 1.000 grados de seguridad a los reactores VVER-230, a un costo de 100 millones de dólares.

La Westinghouse cerró contratos en 1995 para modernizar los dos reactores nucleares de la controversial planta nuclear checa de Temelín, que entonces estaba sin terminar. Y en el caso de Lituania, según el BERD, "el país más dependiente de las plantas nucleares del mundo", los dos reactores soviéticos RBMK de 1.500 megavatts de Ignalina también fueron modernizados y rediseñados con módulos de seguridad de nivel occidental.

Peligro latente

Para la Unión Europea la prioridad en el campo de la energía atómica es encontrar maneras de tratar los residuos nucleares que sean seguras y aceptables para la sociedad y con altos niveles de protección contra las radiaciones en la comunidad, así como estandarizar los criterios de seguridad de las instalaciones nucleares.

Y es en este punto donde todos los ojos se vuelven una y otra vez hacia Chernóbil, donde quizás lo peor está por llegar. El reactor que explotó fue encerrado en un sarcófago de concreto, debajo del cual todavía bulle la radioactividad. Nadie sabe cuánto material radioactivo hay ahí depositado ni en qué estado, y el sarcófago tiene cada vez más grietas, lo cual podría crear en cualquier momento una nueva situación de catástrofe.

Pero Ucrania no ha podido recaudar suficientes fondos para remediar esta situación. La planta nuclear de Chernóbil trabajó hasta diciembre de 2000, cuando por fin se apagó su último reactor.

© cubaencuentro

En esta sección

Dilemas de la guerra

Rafael del Pino , EEUU | 13/04/2022

Comentarios



Una oferta muy peculiar

Waldo Acebo Meireles , Miami | 06/04/2022

Comentarios


Rusia, la URSS y el petróleo

Alejandro Armengol , Miami | 04/04/2022

Comentarios


La madre de todas las conspiraciones (III)

Ariel Hidalgo , Miami | 31/03/2022

Comentarios


Sobre la guerra en Ucrania

Rafael del Pino , EEUU | 28/03/2022

Comentarios


Una opinión experta

Waldo Acebo Meireles , Miami | 23/03/2022

Comentarios


La madre de todas las conspiraciones (II)

Ariel Hidalgo , Miami | 21/03/2022

Comentarios


La calle del espía

Alejandro Armengol , Miami | 18/03/2022

Comentarios


La madre de todas las conspiraciones (I)

Ariel Hidalgo , Miami | 16/03/2022

Comentarios



Subir