El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, parece que quiere pasar a la historia como el exterminador de los esfuerzos de integración en América Latina, en caso de que los países de la región no acepten el modelo creado entre él y su mentor, Fidel Castro, denominado Alternativa Bolivariana para la América (ALBA).

El pasado 22 de abril, el gobierno de Venezuela adelantó el envío de la carta de retiro del país de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), que había anunciado para la semana siguiente, según informaron dos ministros del presidente Chávez.

El canciller Alí Rodríguez y la ministra de Industrias, María Cristina Iglesias, comunicaron en una rueda de prensa que la carta de renuncia había sido enviada a Perú, sede de las instancias ejecutivas de la CAN, cuya presidencia rotativa ejerce actualmente Venezuela.

Rodríguez ratificó que la salida de la CAN obedece a la firma de Perú y Colombia de tratados de libre comercio (TLC) con Estados Unidos, impregnados de "la ya derrotada proposición de conformar una llamada Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)", como había adelantado unos días antes Chávez en Paraguay, cuando anunció su decisión.

A renglón seguido, el presidente boliviano Evo Morales abogó por el acceso al poder en los cinco países de la región andina de líderes con principios "antiimperialistas", como él y el gobernante venezolano, según informó la Agencia Boliviana de Noticias.

"Tenemos que ganar en los cinco países (andinos), compañeros, compañeras, para que la región andina se libere, para que la región andina esté con su pueblo y no con el imperio, no con las multinacionales", sostuvo Morales con su ya clásico lenguaje populista, en un acto público en la localidad de Pucarani, cerca de La Paz.

Retiro e insultos

Como ya es tradicional en la retórica del gobierno de Chávez, el retiro tenía que venir acompañado de insultos y descalificaciones.

Colombia y Perú se "vendieron por un plato de lentejas" a Estados Unidos, que los "chantajeó" para que firmaran tratados de libre comercio que sólo cubrirán sus exportaciones primarias, dijo el ministro venezolano de Integración, Gustavo Márquez.

"Vendieron por un plato de lentejas la posibilidad de desarrollar un comercio entre andinos, fructífero y productivo (…) pretendiendo liquidar la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA)" que promueve el presidente venezolano, dijo Márquez a la emisora estatal Venezolana de Televisión (VTV).

El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, no se quedó callado y afirmó el pasado 27 de abril que esa nación es "polígama", ya que busca negocios con varias naciones, en respuesta a Chávez, quien la tachó de "bígama" por negociar con Estados Unidos.

Antes, el presidente venezolano había señalado que la CAN, de la que también forman parte Bolivia y Ecuador, "está muerta", aunque ofreció reconsiderar su decisión si Colombia y Perú dejan sin efecto los TLC con Estados Unidos.

"Que los colombianos no se molesten con que nosotros salgamos de la Comunidad Andina, porque nosotros no nos preocupamos con que ellos firmaran un tratado de libre comercio con Estados Unidos. Es como un divorcio. No es posible ser bígamo, a no ser en determinadas culturas", afirmó Chávez.

"Sería más preciso que me acusara de poligamia, porque lo que queremos es que Colombia tenga buenas relaciones con Venezuela, Cuba y Centroamérica", respondió Uribe.

El colombiano recordó, con un argumento irrefutable, que "la hermana República de Venezuela le vende el 80 por ciento de su producción de petróleo a Estados Unidos, en lo que son relaciones económicas fluidas y buenas".

En el caso de Perú, Venezuela estuvo al borde de la ruptura diplomática con ese país andino. Chávez calificó al presidente Alejandro Toledo de "cachorro del imperio".

¿Qué es la CAN?

Cinco países andinos —Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú— suscribieron en 1969 el Acuerdo de Cartagena, para fomentar la cooperación subregional y establecer una unión aduanera en diez años.

Venezuela ingresó en febrero de 1973, mientras que Chile abandonó el Pacto en octubre de 1976, tras un alejamiento paulatino iniciado con la llegada al poder del general Augusto Pinochet.

Dicha comunidad cubre un área de 4,7 millones de kilómetros cuadrados, formada por Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador y Bolivia, con 120 millones de habitantes y un Producto Interior Bruto (PIB) conjunto de 286.000 millones de dólares (2003). Constituyen un tercio del mercado latinoamericano y un importante polo energético, al poseer las mayores reservas de petróleo, gas y carbón de Latinoamérica.

En 1996 se emprendieron profundas reformas para dar un giro político, y posteriormente social, a la Comunidad. El hasta entonces llamado Pacto Andino pasó a denominarse Comunidad Andina de Naciones (CAN), con una Secretaría General ejecutiva radicada en Lima.

Se creó el Sistema Andino de Integración (SAI), que agrupa los órganos de orientación y dirección política de la CAN, el Consejo Presidencial Andino, el Consejo Andino de Ministros de Exteriores, además del Parlamento Andino y el Tribunal de Justicia, entre otros órganos.

La CAN estableció como principales objetivos, además de la integración económica, el desarrollo equilibrado y armónico de sus miembros en condiciones de equidad, incorporando así la vertiente social.

Como se puede apreciar, hubo progresos en este esfuerzo de integración y la CAN estaba en proceso de negociaciones con la Unión Europea para firmar acuerdos de libre comercio, lo que fue frustrado por la posición de Chávez, que consiguió fracturar una entidad regional ya existente, por la simple razón de que dos de los países (Colombia y Perú) se "alejaron" de los postulados "bolivarianos".

Claro que no existe una imagen idílica de esta organización regional. Preguntado por Encuentro en la Red, el profesor peruano de la Universidad de San Marcos, Juan Gargurevich, opinó: "Tengo la impresión de que las palabras y los buenos deseos sobrepasaron siempre, y largamente, el proyecto de una comunidad andina. Luego de años y centenares de reuniones y gastos enormes, sólo nos queda el hoy CAN como un fantasma del que nació en los años setenta con el impulso de un contexto absolutamente distante del que tenemos hoy. Francamente, el Nuevo Pacto Andino, o Comunidad de Naciones, o el nombre que adopte en el futuro, tendrá necesariamente que asumir que las viejas condiciones han cambiado de manera diametral y habrá que adaptarse".

MERCOSUR y G3 en la mirilla

Pero lo cierto es que este proceso de renovación o reestructuración de la CAN no está en los planes de Chávez, ni de Morales. Por lo que se aprecia, ambos han decidido que los países latinoamericanos, o se pliegan al ALBA, o son descalificados como seguidores de Washington.

Ya Chávez anunció que también se propone dinamitar el denominado Grupo de los Tres (G3), que integran México, Colombia y Venezuela. Dos de esos países ya firmaron TLC con Estados Unidos.

El pasado 8 de mayo, el ex embajador y ex vicecanciller de Venezuela, Milos Alcalay, afirmó que la intención anunciada por el presidente Chávez de sacar a esa nación del G3 pone en riesgo la integración latinoamericana.

"Se habla de que quiere salirse argumentando razones del TLC, pero esa es sólo una de las partes, como la punta del iceberg. De otra parte, la CAN no es sólo comercio. Se trata de un sistema andino de integración y lo mismo pasa con el Grupo de los Tres", expresó Alcalay a la emisora colombiana La FM.

En lo que se refiere al Mercado Común del Sur (MERCOSUR), conviene recordar declaraciones recientes del ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Celso Amorim.

Amorim declaró ante el Congreso brasileño, el pasado 9 de mayo, que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva advirtió a su homólogo venezolano de que su injerencia regional perjudica la integración y el proyecto de un gasoducto suramericano.

El ministro brasileño también se refirió a la presencia de Chávez en una cita de presidentes de Bolivia, Uruguay y Paraguay, donde fueron vertidas duras críticas contra el Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay como socios plenos.

"Ese malestar fue transmitido de una manera inequívoca por el presidente Lula, al punto de él decirle que eso colocaba en riesgo no sólo el gasoducto, sino la propia integración suramericana", dijo Amorim.

En síntesis, el supuesto heredero de la doctrina bolivariana se ha convertido en eje de la discordia. ¿Impone Chávez un modelo de integración o busca la división de Latinoamérica?

© cubaencuentro